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sábado, 14 de abril de 2018
La relación VIRGO-ESCORPIÓN
VIRGO
Tierra - Mutable - Negativo
Regido por Mercurio (también por el
planeta Vulcano)
Símbolo: ¡a Virgen
Fuerzas nocturnas - Femenino
ESCORPION
Agua - Fijo - Negativo
Regido por Pintón
Símbolos: el Escorpión y el Aguila
Fuerzas nocturnas - Femenino
La relación VIRGO-ESCORPIÓN
«Ninguno de ellos lo sabía. Quizás era mejor que no lo supieran. Su ignorancia les
concedió una hora más de dicha.
Los Virgo creen que poseen el método perfecto para hacer desaparecer los retorcimientos y tortuosidades de
todas las cosas, para borrar las anfractuosidades de la personalidad de sus conocidos. Entonces Virgo se
encuentra con Escorpión, y la fórmula se atasca en .a computadora. A su equipo le saltan los fusibles. Algo
falla. ¿Qué puede ser?
Lo que sucede es que los Escorpión eluden todo tipo de análisis. Además, les disgusta que los espulguen, que
los regañen o que los riñan por sus tendencias malignas (como la de ser rencorosos y la de mirar a la gente
con expresión torva y alarmante). A la gente regida por Plutón no le agrada que la critiquen, por muy afable y
cortés que sea la crítica. Si fuman, no toleran que les digan que dejen de hacerlo, o que les recuerden que
deben vaciar sus ceniceros sucios. A la inversa, si no ñiman, no necesitan que les digan que son buenos chicos
y chicas porque se abstienen de practicar ese hábito repulsivo e insalubre, por la excelente razón de que las
Aguilas de Escorpión nacen con inconmensurables reservas de confianza en sí mismas, más una naturaleza
sumamente recelosa. Por tanto, ya saben que son «buenas», y además, desconfían de las palmaditas en la
cabeza que no han solicitado y de las alegres palabras de aprobación de los Virgo... o de quien sea.
Los Escorpión a les que les confieren el premio Pulitzer o Nobel no se estremecen de gratitud. Es más
probable que mascullen entre dientes que ya era hora de que alguien reconociera su superioridad (a veces no
entre dientes sino en voz muy audible). Pretenden ganar los juegos de Intelect y Monopoly, las carreras de
cincuenta metros, las competiciones de saltacabrilla, las campañas políticas, los premios de la Academia y las
cintas de los Clubes 4-H.
Es imposible sorprenderlos. O mejor dicho, sí es posible sorprenderlos, pero no lo es detectarlo en el tono
de voz, las palabras o el cambio de expresión del Escorpión. Hay dos razones para ello; a) Son
suficientemente precognitiyos como para adivinar cualquier cosa anticipándose a vosotros; b) Cuando los
sorprendéis desprevenidos, sus facciones sí están prevenidas, aunque ellos no lo estén. Los Escorpión le
quitan la diversión a todo. Son huéspedes de honor muy poco satisfactorios en las fiestas-sorpresa de
cumpleaños. De alguna manera faltará la chispa de espontaneidad. Las cosas sólo resultan excitantes si
recordáis que burbujean por dentro como el champán, aunque las burbujas estén herméticamente
embotelladas.
En cuanto a los Virgo, las sorpresas los ponen más que un poco nerviosos, puesto que representan algo
que no ha sido incluido en sus agendas, y tos dejan aturdidos durante unas cuantas horas. A diferencia de
Escorpión Virgo no es receloso. Los Virgo no disponen de tiempo para derrocharlo alimentando miedos
interiores, y es así como nace el recelo. Tampoco disfrutan de la confianza en sí mismos, propia de Escorpión.
La confianza en sí mismo implica que uno es perfecto, o casi perfecto, y los Virgo conocen demasiado bien
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las imperfecciones de la naturaleza humana en general, y de la suya propia en particular. No existe un solo
Virgo que no esté convencido de que tiene más para criticar y mejorar en sí mismo (o en sí misma) que en
cualquier otra persona. Una vez que Escorpión descubre este rasgo estimable de Virgo (y generalmente los
Escorpión no tardan mucho en evaluar psicológicamente una situación o un individuo), la compulsión del o la
Virgen en virtud de la cual recuerda, sugiere y observa en detalle, le resulta menos fastidiosa, y el Águila le
sonríe afectuosamente a este ser humano bienintencionado, que semeja un duende. Si Virgo modera las
críticas descarnadas, las reprensiones, las amonestaciones y las discusiones bizantinas, los dos se llevarán
estupendamente y entablarán una relación inesperadamente íntima. Inesperadamente, porque la «intimidad»
con otra persona no es algo que Virgo o Escorpión tome a la ligera... o logre fácilmente.
Es posible que otros teman sondear y hurgar la naturaleza secreta de Escorpión y su manto do misterio,
pero Virgo tiene una mente curiosa, exploradora, y aunque no estirará la mano para arrancar bruscamente la
máscara de Escorpión, intentará desnudar delicadamente lo que está oculto a la vista. Quién sabe por qué,
Escorpión no inspira a los Virgo el espanto o el temor reverencial que inspira a menudo a otros signos solares,
porque Virgo respeta francamente las aptitudes críticas y analíticas del mismo Escorpión. En su relación con
un Águila, el o la Virgen hará frecuentemente un esfuerzo consciente encaminado a evitar, por dos razones,
los temas polémicos, antes de que éstos se conviertan en desacuerdos concretos. En primer lugar, Virgo confía
en que Escorpión será tan cuidadoso y cauteloso como podría serlo él (o ella) — y también más lúcido, y más
sensible — y por tanto los Vírgenes piensan que existen muchas posibilidades de que las opiniones de
Escorpión sean las correctas. En segundo lugar, Virgo ya ha calculado el porcentaje de posibilidades de ganar
una contienda de ingenio con el Águila y ha decidido que, en el mejor de los casos, dicho porcentaje no es
muy alto. Además, el hombre o la mujer Virgo saben muy bien que los resultados serán casi seguramente
desagradables si hostiga demasiado o desafía innecesariamente a Escorpión... y los enfrentamientos desa-
gradables son contraproducentes para sus objetivos comunes. («Contraproducente» es una de las palabras
favoritas de Virgo.)
Los Virgo son desmedidamente prácticos en este contexto. Es esta cualidad de aplomo la que hace que
Escorpión sonría en presencia de los o las Vírgenes. Son personas simpáticas, sensatas... criaturas sonrientes,
de ojos brillantes, corteses, que no representan en modo alguno una amenaza. Los Virgo parecen serenar, por
alguna razón indefinible, el espíritu de Plutón, y en tanto que los Virgo pueden sobresaltar a otros individuos,
o hacerlos sentir ligeramente culpables por no ser perfectos en su presencia, el efecto que surten sobre
Escorpión es el opuesto. En verdad, los Escorpión se sienten a menudo curiosamente distendidos y relajados
en presencia de Virgo. No es una hazaña de menor cuantía lograr que un Escorpión se sienta «distendido».
Esta es una configuración de signos solares 3-11, que combina los elementos de Tierra y Agua. Lo cual,
traducido de lo simbólico a lo real, significa que Escorpión sentirá de alguna manera que ha «encontrado
raíces» en una asociación con Virgo... y este último tendrá la marcada impresión de haberse enriquecido
desde muchos puntos de vista merced al contacto con Plutón. En una forma inesperada y nada convencional.
Virgo ayudará, silenciosa y discretamente, a materializar las esperanzas, deseos y ensueños de Escorpión y
también su éxito social, prestigio y posición en su carrera o en la comunidad. Escorpión abrirá la mente de
Virgo a muchas nuevas perspectivas intelectuales y teorías progresistas, y le aportará al Virgen o la Virgen
una fácil comunicación de ideas. Es posible que ambos sean presentados por parientes del uno o del otro, o
que éstos ocupen un lugar destacado, de alguna manera y en algún momento, en su asociación.
Escorpión puede controlar más que cualquier otra persona (excepto, quizá, Tauro. Cáncer y Capricornio),
la tendencia de Virgo a preocuparse y enfurruñarse, en razón de lo cual los Virgo parecen más sosegados, más
tranquilos, menos inquietos y nerviosos en compañía de los Escorpión. Estos dos ejercen una influencia
francamente beneficiosa el uno sobre el otro, por contraste con el efecto tétrico (Escorpión) e inquietante
(Virgo) que pueden ejercer sobre los demás. Si sus signos lunares o ascendentes tuvieran por casualidad un
aspecto negativo en sus respectivas cartas, la influencia beneficiosa será, por supuesto, menor, y serán
mayores la irritación y la tensión. Sin embargo, en circunstancias normales la una y la otra durarán poco.
Escorpión no es proclive a sufrir en silencio, o durante mucho tiempo, antes de proponer enérgicamente un
cambio de actitud, y de exigir luego la disolución de la asociación si el cambio no se produce inmediatamente.
Los Virgo tampoco se dejan estar, después de haber recibido una desilusión. Como el gato de Cheshire y los
viejos soldados, estos dos personajes pueden esñimarse sencillamente, para no volver jamás.
Ya sea que confluyan como parientes, hermanos, padres e hijos, amigos o amantes, tienen ciertos rasgos
en común que abrirán puertas de comprensión entre ellos. Por ejemplo, Virgo y Escorpión conocen sus
virtudes individuales tan bien como sus defectos. Ninguno de los dos se tasará por encima o por debajo del
precio justo. Cada uno conoce sus propios talentos y capacidades, sin que este conocimiento los haga egoístas.
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También tienen conciencia de sus defectos, de los límites de lo que pueden esperar de su personalidad
interior, y no traspondrán estos límites. Nunca encontraremos al Virgo típico estirando su suerte más allá de lo
que aconseja la prudencia, y lo mismo vale para el Escorpión. ¡Cuando un Águila corre un gran riesgo, podéis
estar seguros de que se trata de un Águila confiada! (Pero habrá computado cuidadosamente los porcentajes
de probabilidades.) Los Escorpión pueden equivocarse alguna vez, pero es más frecuente que acierten y no
que cometan errores de cálculo. Esta es una cualidad que Virgo admira y respeta. Por ser un signo mutable,
Virgo no envidiará a Escorpión ni competirá seriamente con él o ella. Escorpión intuye esto inmediatamente,
y he aquí una de las razones por las cuales el Águila puede distenderse con estas personas y bajar las defensas
que este hombre o mujer (o niño) utiliza contra otros signos solares. No es necesario que el Águila tome
excesivas medidas de autoprotección con él o la Virgen (excepto armarse de un par de tapones para las orejas,
para cuando empiecen las reconvenciones).
Virgo nunca estará de acuerdo con otro signo solar cuando éste describa a Escorpión como un ser cruel, frío y
peligroso. No es así, en absoluto, como Virgo ve al Águila. A los ojos de Virgo, el individuo regido por
Plutón es cálido, generoso y protector, además de comprensivo y compasivo. Normalmente Escorpión
tampoco permitirá que alguien denigre a Virgo diciendo que los o las Vírgenes son fastidiosos, quisquillosos
y nerviosos. ¿Cómo podrían serlo, si Escorpión siempre se muestra más sereno que de costumbre (y ésta ya es
mucha serenidad!), y más pacífico, cuando tiene cerca a un amigo, pariente o consorte Virgo? Debéis de estar
hablando de algún otro, y no de Virgo. Una vez que se ha forjado un vínculo entre estos dos, generalmente el
o la Virgen recibirá toda la fuerza de los poderes protectores de Plutón, y disfrutará también de la vehemente
lealtad de Escorpión, conferida a todos los que se la han ganado. A quien pretenda hacerle daño a un Virgo
que ya ha conquistado la devoción de un Escorpión, le advertimos que desista mientras aún esté a tiempo.
Todos los Vírgenes, machos y hembras, tienen un aire de mansedumbre e indefensión, y cuando el Escorpión
ve que alguien se dispone a agredir o maltratar de hecho o de palabra a esta alma cortés e inerme, el Águila
interviene para volver toda la energía del poder de Plutón contra el atacante, que pocas veces omitirá
replegarse... a menos que quien ha lesionado a Virgo sea otro Escorpión con la Luna en Géminis o Sagitario.
(En este caso, Virgo deberá abandonar la ciudad por unos pocos días, pues esto será mejor que quedar
atrapado en medio de un intercambio de fuerzas de Plutón entre dos Escorpión, ninguno de los cuales
retrocederá hasta que alguien sea declarado vencedor.)
A veces los terráqueos menos evolucionados que nacieron bajo el signo de la Virgen son capaces de proferir
sarcasmos corrosivos y locuciones agrias. En verdad, el único y exclusivo defecto de los Virgo es su ocasional
crítica cáustica (¡pero cauterizante!). Pero nunca los convenceréis a ellos de esto. Los Virgo creen tener todas
las faltas y todos los defectos conocidos por el hombre... o la mujer. Nombrad uno, y se confesarán culpables
de haber incurrido en él. Sin embargo, ni siquiera un Virgo muy modesto llegará nunca al extremo de aceptar
que lo acusen de ser egoísta. Ninguna imputación podría ser más injusta. Estos hombres y mujeres tienen la
compulsión de servir, de una manera u otra, a todos los terráqueos que se les cruzan en el camino. El
desinterés está grabado en el corazón y el alma de los Virgo... estos seres a veces mohínos, pero más a
menudos corteses y siempre dispuestos a ser serviciales, cuyos modales agraciados y afables son un bálsamo
para nuestras tribulaciones.
Si yo estuviera en vuestro lugar, jamás me atrevería a llamarlos «egoístas» donde pueda oírme un
Escorpión que ha experimentado la dulce devoción de un Virgo a lo largo de los años. Sería una tremenda
imprudencia.
Mujer VIRGO Hombre ESCORPIÓN
...y cuando Wendy terminó, él emitió un gruñido hueco.
— ¿Qué sucede, Peter? — exclamó Wendy, corriendo hacia él, pensando que estaba
enfermo ... — . ¿Dónde es, Peter?
— -No se trata de ese tipo de dolor — respondió Peter tenebrosamente.
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Una de las virtudes más deslumbrantes de la chica Virgo consiste en su tierna y desinteresada devoción por el
hombre que ama. Una de las cualidades más loables del hombre Escorpión es su leal y vehemente devoción
por la mujer que ama. Así que aquí los tenemos, a esta mujer de ojos rutilantes, voz clara y tintinearte, y
modales afables... y a este hombre, de ojos profundos y sabios, voz suave y dulce, y modales magnéticos...
ambos movidos poruña devoción recíproca... tierna-desinteresada-leal-vehemente.
¿No es un cuadro hermoso? Como una escena pastoral de Degas, pintada con delicados tonos rosados, verdes
y azules... blancos rielantes... con opulentos y aterciopelados matices de color... borgoña y verde silvano.
Una creación absolutamente perfecta de dicha poética y belleza y tranquilidad.
¡ESPERAD! ¡ALTO! ¡SANTO-DIOS-DE-LOS-CIELOS!
¿Acaso eso es... puede ser... una mancha? ¿Quizás una salpicadura de tierra o una raya-dura... producto del
manejo torpe? Una huella digital, tal vez... o quizá... ¡horror!... ¿una mosca que alguien aplastó de un golpe
sobre esa celestial pincelada de nube-blanca-y-cielo-azul, en el ángulo superior derecho? Podría ser, desde
luego, una hormiga... arrastrándose sobre el lienzo. Pero no parece moverse. Acerquémonos para ver mejor.
¿Me presta su lupa, por favor? Muchas gracias.
Es una mancha. Ciertamente es una mancha. No queda la menor duda. ¿La veis? Mirad atentamente. Una
mácula, un borrón... algo que el artista no planeó.
¿...o acaso el artista si lo planeó?
Sí, el artista lo planeó. Lo ideó deliberadamente para añadir a su obra de arte la verdad y la belleza, la poesía
de la imperfección. Veréis, la imperfección es lo que nos une a los ángeles, que también son, en mayor o
menor grado, imperfectos. Es posible que vuestra maestra de religión no os lo haya dicho, pero tampoco os
dijo muchas otras cosas... porque hay muchas cosas que la Biblia no le dijo a ella... en razón de varias
operaciones de cirugía espiritual que les fueron practicadas a las escrituras, tales como la que el emperador
Justiniano y su emperatriz Teodora perpetraron contra los libros sagrados en el siglo sexto (y éste no es más
que un solo ejemplo).
El concepto de perfección es el más aburrido y letal para el alma que se concibió dentro de la peligrosa
doctrina de olvido llamada Nirvana. Como toda otra «religión» o teoría filosófica de este mundo, desde el
Alfa hasta que esté programado el Omega, la forma de vida Yoga es esencialmente buena, pero sin embargo;
como todas las restantes (incluida la astrología) contiene unas pocas simientes negativas de verdad
deformada. El Nirvana es una de ellas. El sinónimo del Nirvana — la perfección — es otra.
Una de las grandes lecciones espirituales de la Verdad consiste en tolerar los defectos e imperfecciones
menores, en tratarlos recíprocamente con ternura... pero a Virgo le disgustará francamente aprender esta
lección. Escorpión nació sabiéndola. Quizás él podrá explicársela a ella. Ella lo escuchará. Porque ella respeta
sus opiniones y juicios... y porque confía en que no la llevará por el camino errado. Sí, confía en este hombre.
Esperemos que su Escorpión individual sea digno de esta confianza.
Es muy probable que la merezca. El Escoipión típico tiene un fuerte sentido de la integridad. Es casi
imposible que el Águila no esté a la altura de lo que se espera de él, de lo que los demás creen que encama: la
integridad inconmovible. O, por lo menos, el coraje de ser leal consigo mismo, tal como se ve... o con una
situación, tal como él la ve.
Tal vez la mujer Virgo crea que, si el hombre Escorpión es «leal consigo mismo», esto significa que nunca
le ocultará nada. No necesariamente. Lo que nunca hará es ser deshonesto con ella. Existe una diferencia.
Nunca será deshonesto, según su código personal, que es individualmente suyo, y que puede no ser el de otro
Escorpión, pero en el cual la integridad siempre ocupará un lugar destacado. Una vez que el Águila se ha
comprometido en una relación, será fiel a sus juramentos de amor... a menos que su horóscopo tenga graves
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antagonismos planetarios con la quinta y la séptima Casas y con su Sol natal, e incluso entonces se sentirá
tremendamente incómodo en el papel de amante o marido infiel. Su instinto natural lo impulsa a ser leal... y
honesto.
La Virgen que tiene relaciones con este hombre y que aún no ha decidido si le conviene foijar un vínculo
a largo plazo con él puede estar segura de que, si alguna vez entra en su vida otra mujer, se tratará de un flirt
pasajero... o de lo contrario él le comunicará francamente que su corazón ha seguido otro derrotero. Es posible
que se sienta tentado, y quizás incluso que sucumba a la tentación. Pero antes de que transcurra mucho
tiempo, habrá evaluado cuidadosamente su amorío. Si piensa que no tiene futuro, le pondrá fin
inmediatamente, le devolverá su corazón a la Virgen, pues a ella le pertenece... y sufrirá torturantes ramalazos
de remordimiento por su error. Si interpreta que la nueva relación es auténtica, le confesará su cambio de
afecto a la Virgen, lo más tiernamente posible, y así ella sabrá la verdad, dignamente, antes de la separación.
Pero si no fue más que un error pasajero y lamentable, es posible que ella no se entere nunca. Escoipión
guarda los secretos mientras piensa que no lastimarán ni ayudarán a otra persona. Los secretos que le ocultará
a ella, tanto antes como después del matrimonio, no serán necesariamente de naturaleza romántica. Abarcarán
muchas complejas emociones humanas muy alejadas del romance. Tampoco le revelará hasta el último
misterio. Es posible que él no le especifique cada fragmento fugitivo de fantasía que pase flotando por su
conciencia, pero tal vez compartirá más con la Virgen que con la mayoría de las otras personas.
Una de las características sobresalientes de la chica Virgo es su capacidad para bastarse a sí misma. No
piensa que el mundo — o un hombre — le deba nada. Una de las características sobresalientes del Águila es su
confianza en sí mismo. No vive esperando que el mundo — o una mujer — juzgue sus méritos o su valor. El,
personalmente, los conoce, y está seguro de que finalmente el mundo los reconocerá. Lo mismo hará cual-
quier mujer que aspire a ser su mujer.
Es raro que estos dos persigan agresivamente el amor echándose el uno en brazos del otro apenas se
encuentran. Ambos son tímidos. A veces, dolorosamente tímidos. Oh. es posible que ella parlotee con sus
amigos sobre una miríada de temas, y es posible que él sea locuaz con sus parientes, sus amigos íntimos o sus
compañeros de trabajo, pero en el área de las emociones humanas, ambos tienden a ser circunspectos. La
capacidad de ella para bastarse a sí misma y la confianza de él en sí mismo están sepultadas bajo la superficie,
como un tesoro oculto que se reservan secretamente para el momento en que el mundo los defraude. Es
improbable que estos dos se defrauden alguna vez el uno al otro, porque para ambos es importantísimo poder
confiar en otra persona.
Es posible que, hasta que él la conozca mejor, recele de sus motivaciones con poca o ninguna justificación,
como recela de las de todo el mundo. Más- adelante, es probable que confíe en que ella es exactamente lo que
parece ser, lo que dice ser... ni más ni menos (como lo es él mismo), y el solo conocimiento de este dato
elemental le producirá una paz espiritual mayor que la que jamás habrá de confesar. Cuando este hombre de
múltiples talantes enigmáticos la busca, siempre la encuentra. Esto lo consuela, y embota el filo de sus miedos
interiores.
La naturaleza amorosa de este hombre es más vehemente que la del hombre común, y esto es muy natural,
porque el Escorpión no es en absoluto «común». La naturaleza amorosa de ella es más trascendental, y sin
embargo también hay mucho de «terrenal» en su comportamiento íntimo con él, porque Virgo pertenece al
elemento Tierra. He aquí una combinación ante la cual él responderá ávidamente, porque sus necesidades
sexuales también tienen dos facetas. Una parte de él interpreta la unión entre el hombre y la mujer como una
experiencia mística, como algo sagrado. La otra parte es sensual, erótica, busca todos los niveles de la pasión
para lograr la satisfacción absoluta. Es posible que al comienzo haya áreas de acomodamiento en su acto
amoroso, pero cuando aprendan que pueden mostrarse tal como son el uno con el otro, sin temor al agravio o
al rechazo, los problemas desaparecerán.
Curiosamente, en ambos casos puede producirse un ocultamiento en la expresión física del amor. Una
parte de él permanece bajo control estricto, sin abandonarse a los deseos de la carne; una parte de ella se
mantiene virginal e intacta... casi como si ambos aguardaran un milagro innominado de afirmación amorosa
para dejar que sus almas se unan libremente a sus corazones y sus cuerpos. Incluso en el caso de una mujer
Virgo que ha estado dichosamente casada durante años y que ha co-creado hijos con su marido, existe una
«virgen» que continúa durmiendo en algún recoveco interior, sin despertar. Incluso en el caso de un hombre
Escorpión que ha sido un marido y padre cariñoso durante muchos años, la simiente más profunda del
misterio de amor yace esperando que Plutón la libere... y hasta ese momento ignoto permanece silenciosa y
yerta dentro de él. Un comentario de Pascal puede encerrar la clave del final de la espera. «Le 'coeur a ses
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raisons que la raison ne connaít point»... el corazón tiene razones que la razón no conoce.
Existen muchas posibilidades de que estos dos se pongan de acuerdo en todas las cuestiones financieras.
Ninguno de ellos es proclive a despilfarrar el dinero, despreocupándose del mañana. Ambos se sienten más
seguros en todo cuando imitan el ejemplo de las prudentes ardillas. Dudo seriamente que en algún lugar del
mundo exista una pareja Virgo-Escorpión que no tenga una libreta de ahorros. A esta mujer le interesa más un
porvenir seguro, desde el punto de vista financiero, que el lujo del momento. (A menos que su Luna o
ascendente esté en un signo derrochador, por supuesto.) Y este hombre reflexionará largamente sobre sus
compras de gran envergadura antes de extender un cheque.
Ambos consideran importante disponer de suficiente dinero para las vacaciones, preferentemente largas. El
acumula renovadas energías psíquicas, paz emocional y equilibrio mental cuando pasa unos días y noches
libres de apremios, sosegados, junto al mar. Esto «restaura su alma». Ella debe cambiar frecuentemente de
escena para apaciguar su espíritu. La uniformidad y la monotonía son realmente letales para la esencia de
Virgo, y literalmente muy insalubres para ella desde el punto de vista mental, emocional y físico. Los rayos
combinados de Mercurio y Vulcano generan en Virgo mucha energía nerviosa y desasosiego, que aumentan
visiblemente después de largos períodos de estabilidad... y que se reducen drásticamente después de un viaje,
largo o corto. A ella tanto le da que se trate de una gira turística, emprendida con el fin de descansar, o de un
viaje de negocios que en cierto sentido le impone un programa de trabajo más frenético que el usual: él la verá
florecer y verá brillar sus ojos plácidos. Lo que la ha curado es el cambio de escena, no la relajación. Poco
importa que se trate del Are de Triomphe, en medio de las bulliciosas calles de París... o de una playa
silenciosa y aislada en medio de la nada. Lo que sí le importa a Virgo es que sea algo distinto de su rutina
normal, monótona, cotidiana.
Es posible que otras personas digan que el hombre Escorpión es poco demostrativo y frío, pero no lo
conocen como ella. Cuando el Escorpión se enamora de la Virgen, ésta descubre la profundidad de sus
sentimientos y su gran generosidad. Es posible que otras personas digan que la mujer Virgo es
exageradamente analítica y poco imaginativa, pero no la conocen como él. Cuando la Virgen se enamora del
Escorpión le revela el lado tierno y poético de su naturaleza que los otros casi nunca ven. Tal como está
escrito en el Antiguo Testamento, en el libro de Proverbios: « ¿Pues quién podría prever el rumbo de un
águila en el aire... o de un hombre con una doncella?».
Recordémoslo: tanto Virgo como Escorpión tienden a reservar sus auténticas personalidades para alguien
especial, para un amor perdurable... con todas las imperfecciones necesarias y muy preciosas.
Hombre VIRGO Mujer ESCORPIÓN
— Tengo una libra diecisiete aquí, y dos con seis en la oficina. Puedo reducir mi café en la
oficina, digamos diez chelines, haciendo dos noventa y seis, con tus dieciocho con tres
hacen tres noventa y siete... ocho noventa y siete, punto y me llevo siete... no hables,
querida... y la libra que le prestaste al hombre que llamó a la puerta... ¡buena la has hecho!...
¿he dicho nueve noventa y siete? Sí, he dicho nueve noventa y siete; el problema es, ¿podremos
apañarnos durante un año con nueve noventa y siete?
— ; Claro que podemos, George! — exclamó ella.
Un mensaje astrológico para la chica Escorpión: (la mujer Escorpión, mejor dicho; estas hembras nunca son
realmente chicas, ni siquiera cuando tienen doce años, y aunque las he designado así en otras secciones
consagradas a Escorpión en ésta necesitará más que nunca ser mujer); a la mujer Escorpión, entonces, que se
formula preguntas acerca de un hombre Virgo que le ha cautivado la vista y casi le ha atrapado el corazón:
Vamos, ámalo. Te necesita. Puedes ayudarlo.
Este hombre tiene un problema. Siempre tiene un problema, cualquiera que sea la categoría de Virgo a la que
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pertenece, y hay varias categorías. De todos modos, el problema estará hecho a medida de sus necesidades
individuales. En realidad, los hombres Virgo tienen más de un problema. Tienen los suyos personales, que
vienen en diversas formas y tallas, más los de todas las personas caóticas, desaliñadas y negligentes que
conoce, cuyas vidas son un tremendo desbarajuste. Pero lo que reviste más urgencia para la dama Águila es su
problema particular en cualquier momento dado. Con su propensión mística y su poderosa penetración
telepática, ella es la persona indicada para ayudarlo a resolver dicho problema. Éste puede ser delicado y
trivial, o de naturaleza seria. Fuera como ñiere, ella es necesaria.
Por ejemplo, ella podría estar enamorada del tipo de hombre Virgo que posee una imaginación sencillamente
asombrosa, a veces demasiado vivida, con su mundo mental — regido por Mercurio y Vulcano — poblado por
toda clase de criaturas ajenas a esta dimensión, que él puede describir con un detallismo exquisito, a veces
alarmante, que abarca hasta el último pelo de la barba y hasta la última escoba. Esto será especialmente cierto
si él tiene una Luna o ascendente en Escorpión, cosa muy posible si estos dos se sienten recíprocamente
atraídos: él y esta mujer Escorpión enigmática, que desea protegerlo, respetarlo y amarlo, todo al mismo
tiempo. Una influencia de Escorpión en su carta natal puede determinar que los compañeros de juegos
mentales e imaginarios de Virgo sean... bueno, personajes poco juguetones. Bajo una vibración de Escorpión
en su propia natividad de Virgo, podrían asumir formas en verdad extrañas, tenebrosas y siniestras, que lo
inducirían a aterrarse por la compulsión en virtud de la cual Virgo tiende a investigar todo lo que va desde la
brujería hasta el vudú, desde la hipnosis hasta la donación. Algunos hombres Virgo son tan propensos a
investigar ávidamente todo lo relacionado con el mal, a pesar — o quizás en razón — de su pureza intrínseca,
que pueden realizar algunas incursiones realmente tétricas por las zonas crepusculares de la psiquis humana.
Pero esto es, en verdad, beneficioso, porque cuando esté muerto de miedo como consecuencia de su
exploración pulcra, cuidadosa y minuciosa de las tinieblas, y cuando esté inmovilizado por un vago
desasosiego que tiene vergüenza de confesar, con las mantas estiradas sobre la cabeza, ocultándose de sí
mismo, ella sabrá con precisión cuáles son los botones que debe apretar para hacerlo salir de su tienda.
«¡Válgame Dios! — exclamará ella, con fingido horror — . ¡Pues mira eso! En la esquina de esta colcha hay
cinco hilos sueltos... no, más exactamente son seis, y el forro de satén tiene un desgarrón.» La cabeza del
hombre Virgo asomará instantáneamente de abajo de su manta de color chocolate, con los ojos todo lo
brillantes que pueden ser, para verificar la imperfección que ella acaba de señalar, y la enmendará
rápidamente. Ella es una mujer sagaz.
O ella podría estar liada con otro tipo de hombre Virgo, ligeramente mayoritario, que es incapaz, por mucho
que se esfuerce, de ver las flores ocultas por las espinas, o la nieve oculta por el cieno. Por muy agudo que
sea su intelecto — y probablemente lo es, porque todos los Virgo son tipos espabilados, con mentes sagaces,
analíticas — sus sentidos astrales más finos están tan mal sintonizados que no puede ver el ruido de las olas
ni oír la Luna llena, y menos aún puede ver la «Rhapsody in Blue» de Gershwin... u oír la música de un
cuadro de Andrew Wyeth. Ésta es una verdadera desventaja, como podréis imaginar (y como también
podréis imaginar, los Virgo que lean esto creerán que he confundido mis verbos: estoy resignada a recibir
una avalancha de cartas).
A diferencia de los Virgo de imaginación hiperactiva, descritos en el primer ejemplo, estos otros, más
típicos, sólo poseen una pizca de imaginación, y ello es triste de ver, aunque no se trata de un problema que
los poderes de la mujer Escorpión no estén en condiciones de solucionar. Como modelo de este tipo de
Virgen, conozco a un hombre Virgo muy apuesto, superinteligente, que es dulce y afable con los perros y los
niños, y que está agraciado por una multitud de virtudes encomiables. Mirándolo, nadie adivinaría que tiene
un problema a su nombre. Pero, ay, sí lo tiene. Su hermano Leo, con la Luna en Escorpión igualmente
atractivo y superinteligente, pero más sagaz, más perspicaz y más sensible, le dio un ejemplar de El
principito de St. Exupéry para que lo leyera, con la esperanza de que este libro le abriera nuevas perspectivas
excitantes. Fue una esperanza vana.
La única reacción del Virgen, después de leerlo, consistió en dedicar varios minutos a explicar
cuidadosamente a su hermano las razones exactas por la que no era posible que alguien viviese en un
asteroide. Se lo explicó todo de una manera muy correcta, científica y lógica, y, por supuesto, cortésmente
(todos los Virgo son muy bien educados). Cuando su hermano le dijo que se le había escapado todo el
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mensaje del libro, una arruga de perplejidad surcó sus rasgos perfectamente cincelados. «¿Qué lección puede
extraer un adulto de un libro infantil?», preguntó.
Tanto daría preguntar qué lecciones se pueden extraer de los niños mismos. Tanto daría no creer en los
elfos ni en los druidas ni en los trasgos... ni en ningún tipo de magia. ¿Imagináis lo que habría dicho este
Virgo hace veinte años, cuando él y su hermano eran adolescentes, si éste hubiera comentado que sería
interesante dar un paseo por la Luna?
Por supuesto, hay muchos Virgo más lúcidos que éste (y es posible que incluso él vuelva a leer algún día el
libro de St. Exupéry, con una mentalidad más abierta), pero el Virgen medio, cualquiera sea su tipo
individual, necesita aprender, hasta cierto punto, que las cosas realmente importantes de la vida son aquellas
que sólo se ven con el corazón... y la mujer Escorpión es una excelente maestra de lo intangible.
La faena de enseñarle a este hombre que hay más cosas en el Cielo y en la Tierra, George, que las que tú
puedes soñar con tu regla de cálculo y tus gérmenes de trigo, tu queso de soja y tus pastillas antiácidas... la
obligará a movilizar todo su talento de concentración. El hombre Virgo es sensacional con los detalles y un
poco confuso con el cuadro general. Necesita una mujer que lo trate con paciencia mientras le enseña todo lo
referente a los asteroides, las auras, la inversión de la gravedad y la proyección astral... aunque, si ella está
enamorada del primer tipo de Virgo al que nos referimos en el comienzo de esta sección, deberá proceder con
tacto en el contexto de lo astral, en razón de todos esos duendecillos que pueblan sus sueños. Un exceso de
concentración en este tema podría generar — y disculpad por favor mi franqueza escatológica — un fuerte
acceso de la dolencia eterna de Virgo, el estreñimiento.
La lección más importante será la que ella podrá dictarle acerca de los pájaros y las abejas. Los pájaros y
las abejas han sido tradicionalmente elementos auxiliares para enseñar la función sexual (y sin duda ella
también deberá dictarle bastantes lecciones sobre este tema), pero aquí me refiero a ellos en un sentido literal.
Un buen punto de partida será el enigma de la Naturaleza que concierne al abejorro común. Según todas las
leyes inflexibles, tipo Virgo, de la física y la aerodinámica, relacionadas con el peso del cuerpo, la
envergadura de las alas, y así sucesivamente, el abejorro está diseñado de manera tal que no debería poder
volar. Afortunadamente, ni los Virgo ni los científicos han conseguido comunicar todavía esta lógica
irrefutable al abejorro y, por ello, sumido en su ignorancia abismal, el alegre y confiado bichito... ¡continúa
volando!
Se necesita una paciencia colosal a la hora de inculcar al hombre Virgo este gran secreto de la metafísica,
porque él forzará considerablemente sus células grises con el objeto de resolver el enigma, finalmente se verá
obligado a confesar que no puede elucidarlo... y como consecuencia de ello podría sufrir un pequeño colapso
nervioso, junto con su estreñimiento y su permanente indigestión. Es francamente perverso hacerlo lidiar con
los tres al mismo tiempo.
Cualesquiera que sean las lecciones que esté dictando a este hombre inteligente y afable, la mujer Escoipión
deberá tener en cuenta que es posible que él se distraiga cuando la tenga suficientemente cerca como para oler
su perfume... suficientemente cerca para estirar la mano y tocarla... suficientemente cerca para que a él se le
embrollen los procesos mentales, como para que se le acelere el pulso, como para que sus pensamientos se
encaucen hacia otro tipo de meditación sobre los pájaros y las abejas.
Normalmente, la relación sexual de esta pareja con una configuración de signos solares 3-11 exige que ambas
partes hagan ajustes, pero puede convertirse gradualmente en una experiencia muy bella, después de hechos
estos ajustes. Quizás a ella le resultará más fácil que a él expresar físicamente su amor. Si esta operación es
siempre menos que perfecta es posible que él cavile y se pregunte qué es lo que falla, y que se culpe a sí
mismo. (Los Virgo se culpan a sí mismos por casi todo.) Ella sabe instintivamente que el acto amoroso es
como todas las otras áreas de contacto humano entre aquellos que se aman: a veces es un milagro de goce
mutuo, a veces es sólo un plácido intercambio de afecto, en otras oportunidades es apasionadamente
vehemente, pero siempre contribuye a acercarlos a la resolución de un misterio... el misterio de sus
respectivos sueños y necesidades más recónditos. La naturaleza emocional de él es un poco más fría y contro-
lada que la de ella. Sin embargo, él anhela aprender los secretos intangibles e inefables del apareamiento, que
ella parece conocer tan instintivamente. Ella, a su vez, se siente atraída por la honestidad y la simplicidad
cabales que él aporta a su intimidad, porque aunque Escorpión experimenta mucha curiosidad por los aspectos
sensuales del sexo, también intuye interiormente la pureza de su significado y su potencial místico. Ni los
Virgo ni los Escorpión entregan nunca su personalidad íntegra a la fusión sexual. Ambos retienen, por
distintos motivos, un núcleo privado, intacto, de su esencia. La conquista de la consumación total conjunta es
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un desafío que puede seguir estimulándolos durante todos los años de su romance, porque el ocultamiento
puede terminar en cualquier momento — o nunca — permitiéndoles alcanzar la verdadera integridad. No es
sorprendente que esta expectación tácita, pero profundamente sentida, enriquezca a menudo, el lado sexual de
su relación, en lugar de perjudicarlo. «La ambición del hombre... y la de la mujer... debe exceder su alcance,
porque si no, ¿para qué está el cielo?»
Como él tiene una naturaleza indagadora, se sentirá lastimado por los silencios de ella. Este hombre es curioso
y necesita conocer y entender todo lo que lo rodea. Sobre todo a la mujer que ama, pero ella no es fácil de
sondear. Él tendrá más éxito si comprende que las fórmulas previsibles no siempre sirven para resolver la
ecuación humana. Esta es esquiva, a diferencia de un problema de trigonometría, y el resultado no se puede
calcular previamente. Las teorías científicas y los asertos financieros se entienden con la mente. A una mujer
sólo se la entiende con el corazón... y éste casi nunca es lógico.
El hombre Virgo puede pasar de la ternura cariñosa y los modales afables al entrometimiento, el sarcasmo y la
actitud fríamente analítica. Si exagera este último cambio de actitud, es posible que lo lamente. La mujer
Escorpión que ha sido lastimada más de una vez se sentirá inconscientemente impulsada a dar una lección a
quien la ha herido. Si él no aprende, y continúa repitiendo el error, lo dejará. Pero le advertirá, con mucha
anticipación, que no se siente feliz. Si él está sintonizado con su pareja en la frecuencia del amor, captará las
señales a tiempo para restañar la herida y salvar su romance. Estos dos tienen mucho en común, como la
honestidad y la integridad básicas, la sed de conocimiento y la perseverancia. Serán amigos, además de
amantes, y se defenderán de amenazas exteriores. Cuando ellos mismos causan la desdicha del uno o el otro,
él tiene la sensatez suficiente para inducirla a discutir el problema, sin dejar que la emoción se imponga por
completo a la razón. Si comparten un aspecto luminario (Sol-Luna) o ascendente negativo entre sus
natividades, es posible que ninguno de los dos sea muy sensato. Es posible que él se repliegue en una dureza
pétrea y se refugie dentro de sí mismo, enfurruñado. Es posible que ella tenga accesos vehementes y
alarmantes de cólera. Igualmente, a los amigos siempre les resulta mucho más fácil reconciliarse que a los
amantes, y como sobre estos dos influye la vibración 3-11, y por tanto son al mismo tiempo amigos y
amantes, ni siquiera una discrepancia violenta marcará necesariamente el final de su relación. Podría implicar,
por el contrario, el comienzo de una nueva comprensión.
Hay muchas lecciones que este hombre y esta mujer pueden dictarse recíprocamente. En el pasado, muchas
personas intentaron hacerle ver a él con el corazón, y fracasaron. Pero en compañía de ella, está dispuesto a
intentarlo. En el pasado, muchas personas intentaron persuadirla de que no debía desconfiar tanto de la
felicidad, de que debía ser más franca con sus sentimientos, y no lo lograron. Pero en compañía de él, está
dispuesta a intentarlo. Quizás esto se debe a que, como observó sabiamente Goethe... sólo aprendemos
realmente de aquellos que amamos.
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