sábado, 14 de abril de 2018

La relación GÉMINIS- VIRGO

GÉMINIS Aire - Mutable - Positivo Regido por Mercurio Símbolo: ¡os Gemelos Fuerzas diurnas - Masculino VIRGO Tierra - Mutable - Negativo Regido por Mercurio (también por el planeta Vulcano) Símbolo: la Virgen Fuerzas nocturnas - Femenino La relación GÉMINIS- VIRGO Partimos como los seres más insensibles del mundo, que es lo que son los niños, pero muy atractivos... disfrutamos con el mayor egoísmo; y entonces, cuando necesitamos atenciones especiales volvemos a buscarlas notablemente, confiando en el hecho de que nos abrazarán en lugar de zurrarnos. Es posible, en verdad, que los traviesos Gemelos Géminis les parezcan, a los Virgos más cuerdos y serios, unos crios insensibles. Siempre andan corriendo en pos de telarañas y espejismos, brincando como saltamontes, y tienen accesos de locura' de verano y tratan de estar en dos lugares a la vez. Desde el punto de vista del típico Virgo realista, es obvio que los bruscos cambios de sentimientos y de ideas que sufre el Géminis son un defecto que hay que corregir inmediatamente. La perfección no es una cualidad que a los Géminis les guste cultivar. Valoran, quizás incluso admiran — y ciertamente necesitan — las actitudes más estables de Virgo, y a menudo los tranquiliza descubrir que el pariente, amigo, socio, amante o consorte Virgo sigue allí, en el mismo lugar donde Géminis lo dejó cuando voló por unas pocas horas (o semanas, o meses, o años) para indagar qué sucedía allende la montaña. Pero si los regaña cuando regresan, sencillamente volverán a largarse. A los niños no les gusta que los regañen. Y todos los Géminis son esencialmente niños de alma. Los Virgo, en cambio, no. Los Virgo se sienten muy responsables por los deberes vitales y tienen una conciencia madura de la fiabilidad. Se ciñen a esta esencia de su signo solar, o en caso contrario se sienten culpables y esto les produce urticaria, úlceras, o hipo. A la inversa, Géminis rara vez se siente culpable de algo. O por lo menos no lo demuestra. En el caso de Virgo, todo está a la vista. Sobre todo las preocupaciones secretas, acuciantes. Como Virgo rige las visceras, los intestinos y el plexo solar, estas preocupaciones acuciantes, que al principio se traducen en un ceño ligeramente fruncido, y después en los labios apretados, pueden producir verdaderas infecciones o alteraciones en aquellas áreas. Cuanto más secretas sean las desazones, tanto más fácil será que se manifiesten mediante náuseas, indigestiones o estreñimiento. Estas personas deberían desahogarlas más a menudo, hablar de ellas, expresarse, decir lo que piensan (pero no demasiado a menudo, porque entonces no serian fieles a su signo solar). Géminis es un experto en sacarlo todo a la luz, excepto cuando se trata de infortunados Géminis con un ascendente o Luna en Virgo. A éstos les encantaría conversar alegremente y esparcir ideas, y sin embargo, se encierran en un silencio desasosegado, mientras se miran los dedos y cuentan las líneas de las palmas de sus manos que cruzan con ademán nervioso. El conflicto puede ser muy serio. La mayoría de los Géminis, empero, podrían enseñar productivamente a los Virgo la manera de sobresalir en la charla gregaria, en la 55 garrulería jocosa y en la sintaxis coruscante. Es indiscutible que Virgo sabe deletrear todas estas palabras, pero ponerlas en acción es otra cosa. El intelecto de Virgo está tan aguzado como el de Géminis (gracias a Mercurio, que gusta atribuirse el gobierno de estos dos signos, con su casco de plata y sus talones alados), pero es menos vacilante y versátil (gracias a la influencia oculta del verdadero regente de Virgo, el tronante Vulcano que aún no ha sido visto). Los Géminis ejecutan rápidos malabarismos con los pensamientos y generan ideas, que a menudo parecen brotar del aire, su elemento natural, pero Virgo casi nunca es malabarista ni creativo. Los Vírgenes están demasiado ocupados discriminando y distinguiendo y separando los hechos de las fantasías, muchas veces con lo que podría parecer una precisión excesiva. El explorador-experimentador Géminis busca el espíritu de la ley. El purista-estadístico Virgo se ciñe a la letra de la ley. A la mayoría de los Virgo les resulta difícil entender el concepto de «dólar», porque abarca una cantidad fascinante de centavos. Se distraen contando todas las monedas, con la convicción de que si controlas los cobres refulgentes, los billetes verdes se acumularán por sí solos, sin ayuda. Géminis piensa en gran escala, en términos más vastos, y normalmente arroja los centavos sueltos a los pozos de los deseos, sin contarlos. ¿Lanzar una moneda intachable a las aguas turbias en aras de una superstición estúpida? Otra vez aparece la arruga en el ceño de Virgo, ¿la veis? Empieza a fruncir la frente sobre esos ojos claros, hermosos. Ahora que entendéis algunas de las diferencias obvias entre estos dos signos solares, podéis imaginar el torbellino que debe de bullir en el pecho de un Virgo con un ascendente o Luna Géminis, o de un Géminis en la siñiación inversa. Tener que enfrentar semejante variante metodológica con un compañero extraño es suficientemente lacerante, sin necesidad de tener que enfrentarla todas las mañanas en el espejo, agazapada en su propio carácter y personalidad. Enviadles muchas tarjetas de solidaridad. Algunos, como he dicho en otra parte, se convierten en despertadores humanos; otros se sientan sobre un balancín de indecisión, incómodos cuando hablan y dos veces más incómodos cuando están callados. Sobre la asociación Géminis-Virgo influye una configuración de signos solares 4-10, así que su relación mutua nunca descansará sobre la frivolidad pura y el escapismo. La seriedad y el respeto (o la falta de éste) se entrelazarán con los eslabones que unen a éstos dos, y a ambos les resultará difícil comprender cabalmente los verdaderos objetivos y la filosofía básica de la otra parte. Esto no se debe interpretar en el sentido de que no pueden generar juntos una cálida armonía. Sólo se trata de que habrá que alimentar pródigamente las chimeneas y los hogares con el carbón de la comprensión y la tolerancia mutuas. Sin embargo, al fin se pueden lograr, con un poco de esfuerzo, la paz y la compatibilidad, porque a menudo existe, oculto bajo las desavenencias superficiales de estos dos, un sutil intercambio de lealtad y afecto. Hay que admitir que el hombre o la mujer Virgo promedio no se dedica a provocar conflictos, y generalmente tampoco se apresura a reaccionar cuando éstos se producen, a diferencia de los Géminis, que siempre montan una tempestad con un solo soplo de aire turbulento, y que frecuentemente arremeten como huracanes ante lo que interpretan como el continuo hostigamiento crítico de Virgo. Por supuesto, para Géminis una reyerta no es realmente una reyerta, sino sólo un duelo intelectual. Para el signo de Tierra Virgo las controversias son más profundas, y las ofensas son más perdurables. La amistad y las otras relaciones entre estos dos pueden ser estables, y en unos pocos casos íntimas, pero lo que normalmente los hace confluir en primer lugar es una comunidad de intereses en el plano profesional o intelectual, o en la órbita de la familia o los deberes, como en el caso de todas las personas influidas por la vibración 4-10. La mayoría de los Virgo parecen humildes y modestos, y casi nunca se muestran excesivamente pundonorosos y orgullosos, pero convendrá que el Géminis refrene su lengua cáustica en los momentos cruciales, porque habitualmente los Virgo son muy sensibles cuando alguien ofende su escaso pundonor y orgullo. Los signos más agresivos no entienden en absoluto al Virgo; pero al Géminis que encuentra demasiado extenuante al Aries, demasiado arrogante al Leo y demasiado altanero al Escoipión, puede resultarle relajante la compañía del Virgo habitualmente dulce y cortés. Además, el Géminis puede experimentar una sensación de alivio en razón de que con el Virgo no es necesario competir como con otros signos solares. Los Virgo exhiben una humildad conmovedora y atractiva, una modestia personal que despierta poca envidia o resentimiento. Pero igualmente a los pájaros de Mercurio se les pueden erizar un poco las plumas cuando se enteran de que, si bien Virgo nunca estará en condiciones de correr tan velozmente como Géminis y rara vez podrá arrebatarle un Gran Premio a los Gemelos, a veces se las apaña para quedarse con el puesto más codiciado sin siquiera insinuar que lo ambiciona y, por supuesto, sin disputárselo a nadie. A menudo los jefes de partido eligen como candidatos de transacción, dentro de las trastiendas políticas sañiradas de humo, y en la órbita municipal, estatal o nacional, a los individuos con signos solares, ascendentes o signos lunares Virgo, lo cual fastidia considerablemente a los signos solares más extrovertidos, que han estado seduciendo plácidamente a los votantes en la primera fila, confiados en la victoria, mientras que el Virgo sale de la 56 retaguardia: un advenedizo que triunfa súbita e inesperadamente sobre los caballos preferidos de la pista. Por ejemplo, Lyndon Johnson era un Virgo, que el sagaz y astuto Géminis John Kennedy eligió premeditadamente . En cualquier disputa entre Géminis y Virgo, aquél casi siempre ganará el primer round, porque arremete con más rapidez y es más veloz para las réplicas. Pero ganar una batalla no implica ganar la guerra. No implica ganar nada cuando se trata de los Virgo, pues éstos saben que lo que parece ser un aserto absolutamente veraz puede estar igualmente sobrecargado de errores y de insinuaciones equívocas. El mayor talento de los Gemelos Géminis consiste en una fascinante capacidad para torcer la verdad y la mentira de modo tal que se entrelazan y se confunden. Esta táctica engaña a casi todos menos a un Virgo. Un vendedor Géminis de Volkswagens que enumera demasiados datos con excesiva rapidez puede ahuyentar realmente a un cliente potencial Virgo. No encontraréis a muchos Virgo jugando a los bolos ni montando en las norias gigantes y tiovivos de los parques de atracciones, en los cuales a los Géminis les encanta girar. Tampoco son muy aficionados a los copos de azúcar mercuriales. Pura azúcar y aire, sin ningún valor nutritivo. Géminis tiene una cautivante cualidad mágica que atrae y excita a los Vírgenes más tímidos, y este elemento puede generar el misterio suficiente para que la relación sea permanentemente seductora. El problema consiste en que los. Virgo no quedan satisfechos hasta que descubren con exactitud cómo se ejecuta el truco mágico, y la clave de la existencia de Géminis consiste en probar algo a partir de la nada, en extraer la realidad de la ilusión pura. Para el Virgo de mentalidad práctica, la realidad nunca puede ser ilusión, y a la ilusión tampoco se la puede denominar nunca realidad. Este no es más que otro juego de palabras geminiano. Generalmente los pájaros de Mercurio han revoloteado por una docena de ocupaciones antes de cumplir treinta años, en tanto que los Virgo a menudo se ofuscan cuando les piden que introduzcan aunque sólo sea una pequeña modificación en su rutina burocrática. En cuanto al cambio de empleo, esto es algo que los Virgo normal- mente encaran con la misma circunspección con que se elige al Presidente de los Estados Unidos. En verdad, con mucha más circunspección que la que se ha puesto de manifiesto en las elecciones de los últimos años. No obstante sus diferencias y las tensiones engendradas por los tironeos con que sus soles en cuadratura ponen a prueba sus almas mediante la difícil vibración 4-10, Géminis y Virgo comparten una encantadora curiosidad, una inteligencia excepcional y cierto comportamiento cautivante y agraciado, que les permite corretear unos cuantos miles de kilómetros, juntos y felices, por los maizales del cambiante país de Oz. Pero si pretenden seguir unidos cuando lleguen a la presencia del Gran Mago (que, desde luego, es un Géminis), tal vez deberán adaptarse y transigir de cuando en cuando. Los magos Géminis, fascinados por toda clase de maravillas, deberán recordar que el Leñador de Lata que marchaba por el sendero junto con Dorothy y sus amigos era un Virgo, un alma bondadosa y afable, pero solitaria, que buscaba ansiosamente un corazón humano. Y fue el sagaz Mago Géminis el que descubrió que Virgo siempre había tenido un corazón, sin darse cuenta de ello, oculto dentro de una envoltura de metal frío, y sin embargo más grande que cualquiera de los otros. ¡Eso es magia! 57 Mujer GÉMINIS Hombre VIRGO ...su sistema era con un lápiz y una hoja de papel, y si ella lo confundía con sugerencias tenía que volver a empezar por el principio. — Ahora no me interrumpas — le suplicaba él. El primer problema con que tropiezan este hombre y esta mujer reside en el contraste entre el carácter gregario de ella y la tendencia de él a la reclusión. Si él es un hombre Virgo típico (excluyendo la intervención de un signo lugar o ascendente más sociable), en realidad preferiría, en lo más hondo de su inconsciente, vivir solo, sin necesidad de llevar constantemente una compañera adosada a él... aunque sea inteligente, bonita, suave y estrujable. El hombre no puede pasarse la vida estrujando a su esposa. Debe pasar algunas horas estrujando los planes para la seguridad futura, acomodándolos a los moldes apropiados. Por consiguiente, es posible que cuando la chica Géminis reivindique periódicamente sus escapadas de libertad, su amante o marido Virgo refunfuñe un poco, exteriormente, pero también es probable que por dentro lance un suspiro de alivio. Ahora podrá disfrutar de un poco de paz y tranquilidad, para calcular cuántos átomos componen una molécula y por qué la Bolsa subió o bajó la semana pasada, y para ajustar su reloj despertador, para clasificar su ropa sucia, para contar los bigotes de su gato y para meditar sobre los enigmas del Universo en general, sin ese parloteo constante y ese bullir de actividad. Es posible que ame sinceramente a su chica Géminis, pero su corazón contiene gavetas ocultas que ella no está autorizada a limpiar... ni a espiar, siquiera. Cuando ella lo deslumbra continuamente con su perfume, con su personalidad estrujable, con su ingenio y su agilidad mental, él se confunde y pierde el rastro de las opiniones que ha archivado en cada gaveta, e incluso del día y el año específicos en que las guardó allí. Y por tanto es posible que no se interrogue sobre el paradero de la Géminis, porque está muy complacido de gozar de un período de serena contemplación. No por ello deja de haber algunos hombres Virgo que tienen accesos ocasionales y más o menos violentos de celos. Hay unos pocos. Pero cuando se analiza la cuestión es un gran error resentirse por la diversidad de la chica Géminis, y los Virgo son expertos en análisis. La necesidad que ella experimenta de comunicarse con diferentes personas (y los hombres constituyen, al fin y al cabo, aproximadamente la mitad del género humano) no se debe interpretar como una prueba de que es infiel o promiscua, a menos que exista la certeza de que lo es. A veces lo es. Sin embargo, con sorprendente frecuencia, no lo es. Claro que puede llegar a serlo si las críticas de Virgo, sus quisquillosidades y sus rezongos le hacen sentir que le están recortando las alas. Si hay algo que una mujer Géminis no puede soportar, eso es que le recorten, le cercenen o le plieguen las alas. Los pájaros deben volar. Enjaular un ave implica una crueldad insoportable contra los designios de la Naturaleza. Igualmente, a pesar de ser un hombre cuya actitud esencial y cuya esencia astrológica apuntan hacia la soltería, el Virgo es capaz, cuando quiere, de acomodarse con inesperado buen talante a la rutina del matrimonio o de la vida en común con la mujer que ama. Aunque es básicamente un solitario, y le disgusta compartir todos sus pensamientos con una compañera, Virgo pertenece al elemento Tierra, y la Tierra permanece donde fue colocada por la Naturaleza, a menos que un cataclismo o un tornado le arranque terro- nes. ¿Pero acaso la Tierra tiene la culpa de ello? Allí estaba, ocupándose estrictamente de lo suyo... Hasta aquí me he referido a su relación como si estuviera consolidada en el matrimonio, porque la mayoría de los Virgo se sienten incómodos cuando conviven con una mujer sin la bendición eclesiástica. No todos. La mayoría. Sin embargo, normalmente a los Géminis no les resulta difícil aprobar y defender el amor libre o el matrimonio libre. Géminis es un fanático partidario de todo lo que incluya la palabra «libre». Por tanto, una vez que ambos hayan experimentado el magnetismo químico que los incita a unirse, es posible que la primera controversia gire en torno de si se casarán o no. Dentro de los límites indispensables del amor o el matrimonio, así como en los de la relación con un socio comercial, el hombre Virgo generalmente no trata de dominar. Tiende a ser impecablemente formal respecto de su amorío o matrimonio, y a menos que tenga un horóscopo excepcionalmente «mal aspectado» en el plano emocional, será un excelente compañero en lo que concierne a los pequeños bienestares y convencionalismos: recordará puntual y diligentemente los cumpleaños y aniversarios, vaciará el recipiente de 58 excrementos del gato y cuidará que no se quede sin vitaminas. Por supuesto, la mayoría de las chicas Géminis preferirían que sus cumpleaños y aniversarios se festejaran, como de costumbre, mediante el recuerdo apasionado o sentimental, y no mediante tildes periódicos con lápiz rojo en una agenda. ¿Pero, quién es ella para quejarse? Ciertamente las fechas no son su punto fuerte, y es posible que de cuando en cuando se confunda y le envíe a él una tarjeta para desearle una pronta mejoría con motivo del cumpleaños de su madre, o que le haga un regalo de aniversario de bodas en la fecha en que compraron la casa... y ya que hablamos de casa, si la compran, él será quien sugerirá la idea en primer término, nueve veces de cada diez. En el décimo caso, si es ella quien inicia la consulta con un agente de propiedades, verificad su signo lunar o ascendente. Probablemente uno de los dos, o ambos, están en el elemento Tierra. A la chica Géminis típica le gustan bastante las casas, pero prefiere los apartamentos, porque es posible cambiarlos periódicamente. Digamos cada pocos meses. No hace falta aclarar que normalmente a los hombres Virgo no les parece viable ni práctico este juego de mudanzas. Vale la pena recordar que el espíritu práctico — por defecto o por exceso — será la auténtica causa subyacente de muchas de sus reyertas. Él lo tiene en exceso, para el gusto de ella, y a ella le falta, para el gusto de él, si son, respectivamente, un Virgo típico y una Géminis típica. En cuanto a su compatibilidad sexual, el Virgo puede ser, con toda su innata dulzura, cortesía, consideración y puntualidad, un amante o marido imposible para una mujer temperamental. Por supuesto, no todas las Géminis son temperamentales. O mejor dicho, es posible que una de las personalidades gemelas sea emocionalmente temperamental, y que la otra sea despegada. Los hombres Virgo, veréis, no son exageradamente emocionales. El Virgo medio tampoco es demasiado afectuoso. La leyenda afirma que Narciso era un Virgo, perdidamente enamorado de su propia imagen. Yo creo, personalmente, que Narciso era Leo, pero aparte de ello, es cierto que a los hombres Virgo se los acusa a menudo de ser fríos y egocéntricos. (Leo puede ser egocéntrico, pero nunca frío.) Si el secreto espiritual más profundo del sexo consiste en la entrega recíproca de la personalidad a la otra parte, que culmina en una fusión de mentes, almas y cuerpos en una unidad perfecta (y en verdad lo es), el Virgo típico aún no ha terminado de asimilar este misterio esotérico. A menos que se le inculque cuidadosa y tiernamente, o a menos que haya tenido una temprana enamorada Escorpión, es posible que se le escape durante muchos años, y quizá durante toda la vida. Él rehúye inconscientemente el concepto de entrega total, tal como rehúye a la idea de usar un ungüento Vicks ajeno. Conozco a una mujer Géminis (esto no es una fábula) que me contó una vez que su marido Virgo insistía en rotular los dos potes de ungüento Vicks que había en el botiquín con las etiquetas ÉL y ELLA. A casi todos los Virgo los asustó en el seno materno un germen maligno (y también a bastantes Acuario). Este hombre no sólo recela de la entrega, sexual o de otro tipo, sino que tampoco se complace demasiado en el paso inicial de la conquista... de modo que es posible que no se entusiasme él ni entusiasme a los demás. Esto puede no caerle bien a una mujer Aries. Leo o Escorpión, pero podría ser la razón por la cual las Gemelas se enamoran de él desde el primer momento. No todas las chicas Géminis, pero sí la mayoría, se sienten más seguras, dentro o fuera del matrimonio, y se den cuenta o no de ello, cuando pueden jugar al amor como si fuera una farsa. El amor de Géminis es volátil y ligero, delicadamente etéreo. Como el hombre Virgo está magníficamente dotado para el arte de hacer el amor con ligereza, él puede triunfar con ella donde otros han fracasado por negarse a participar en el juego de la simulación. Por instinto, ella puede sentirse emocionalmente a salvo con este hombre, y ambos pueden suministrarse recíprocamente una sensación de seguridad que constituye el cimiento para el posterior desarrollo de una profunda pasión, que tal vez nunca habría florecido en ella con un hombre más serio en el aspecto sexual, o con una mujer más apasionadamente exigente, hablando desde el punto de vista de él. Es posible que a ella la desconcierten un poco algunos hábitos de él, como el de ducharse inmediatamente antes y después de su contacto físico... pero a él también podría resultarle bastante deprimente y desalentador el hecho de que ella tenga la cosñimbre de interrumpir el beso de las buenas noches, o los prolegómenos de un abrazo de unión íntima, con la descripción de un sueño extraño que ñivo la semana anterior. Ninguno de los dos quedará totalmente destruido, en el plano emocional. Si esto determinara el aplazamiento del beso o el abrazo hasta la mañana siguiente. Sí, tendrán pequeñas diferencias. La mayoría de las chicas Géminis se complacen en dormir hasta tarde y están sujetas a ataques periódicos de insomnio. Los hombres Virgo también sufren de insomnio, cuando los preocupa algo, cosa que sucede con frecuencia... pero este hombre preferirá que lo sorprendan luciendo vaqueros con flores rojas y purpúreas antes que dejar que lo encuentren durmiendo hasta mediodía; y aclaremos que estas dos opciones son pecados más o menos mortales para el Virgen. Si se trata de uno de los 59 Virgo que insisten en tener un hogar pulcro y en sentarse a la mesa puntualmente, no tardará en descubrir que esta chica no ve la necesidad de alcanzar la perfección absoluta en estos dos contextos. Ciertamente es capaz de comportarse como una anfitriona exquisita (aunque será raro que él invite a alguien a casa para que ella demuestre sus dotes de anfitriona) y, cuando quiere, puede crear una deliciosa atmósfera hogareña. Pero es dudoso que friegue los pisos con verdadero entusiasmo y pasión, y si fuma (¡rogad que no!) posiblemente habrá más de un cenicero sucio en la casa. Esto no lo pondrá eufórico, porque para empezar la mayoría de los Virgo detestan el cigarrillo, y aborrecen lisa y llanamente el olor desagradable de los ceniceros repletos. Lo sorprendente, empero, es que las habituales irritaciones minúsculas de todos los días no generen grandes reyertas entre ellos. El hombre Virgo no pide realmente mucho del amor ni del matrimonio, excepto tal vez disponer de su propio pote de ungüento Vicks. Y lo mismo vale para ella. Por supuesto, él agradecerá un poco de puntualidad en las comidas, y por lo menos una apariencia de lealtad. Pero, en general, la chica Géminis es suficientemente adaptable como para poder acomodarse a estas condiciones que desesperarían a otras mujeres, y él es suficientemente práctico como para no pretender que el amor y el matrimonio se desarrollen en el cielo o en el infierno, sino en un lugar intermedio. A menos que existan serios antagonismos planetarios entre sus respectivas cartas natales, probablemente estos dos no serán demasiado cargosos el uno con el otro, cuando se los compara con otras combinaciones de signos solares. Los rápidos cambios de personalidad y los múltiples estados de ánimo de ella podrían desconcertarlo y fastidiarlo. Los taciturnos trances de introspección de él, durante los cuales se niega a comunicarse, podrían desencadenar en ella muchas borrascas instantáneas, que normalmente se disiparán enseguida. Hay momentos en que él la hará llorar de hastío, y en que ella lo ofuscará hasta indigestarlo, y también es posible que su vida en común sea una larga partida adivinatoria de ajedrez verbal y de jai alai emocional. Sin embargo, es igualmente posible que ella le suministre la excitación y el estímulo vital que este hombre tanto anhela y necesita, y que él le proporcione la estabilidad de miras que ella busca, aunque sin saberlo. Géminis es Aire, Virgo es Tierra, y estos dos elementos tienen poco en común. Pero se trata de una configuración de signos solares 4- 1 0, y en consecuencia es posible que el respeto mutuo sea el imán que los atrae el uno hacia el otro, en tanto que el deber o algún tipo de responsabilidad, familiar o profesional, los mantiene unidos. El hombre Virgo es más veraz, e incluso más honesto, básicamente, que los Arqueros. A su juicio, la veracidad ahorra muchos contratiempos. Su abuela acostumbraba a canturrear: «Ay, qué telaraña más embrollada tejemos cuando empezamos a mentir», y ya entonces él decidió que el embuste era un lastre innecesario. No quiere enredarse por nada del mundo en ningún tipo de telaraña. Y menos aún tejida por él. En consecuencia, el Virgo típico pondrá sobre la mesa la verdad descamada de cualquier situación, sin subterfugios. Este no es el comportamiento ideal para ganar estima, pero uno de sus rasgos más admirables consiste en que le importa poco ganar la estima de todos: sólo ambiciona la de unos pocos amigos íntimos. Si éstos lo quieren, y si él puede servirles a su leal saber y entender, se da por satisfecho. No necesita ganar competiciones de popularidad para sentirse conforme con el estado general de las cosas y para disfrutar de lo mejor de la vida. En verdad, a menudo disfruta de mucho más que lo mejor de la vida — y del amor — cuando lo tratan afable, dulcemente, y no lo envuelven en torbellinos de emoción que ahuyentan su simpatía silenciosa y sus bellos modales y los hacen replegar en una caverna excavada por él mismo para eludir conflictos. Sin embargo, cuando los conflictos no son emocionales, él seguirá adelante y raramente se apartará del nimbo que considera justo. El camino del Virgo casi nunca está sembrado de flores, y él tampoco se detiene en el trayecto para cosechar ramilletes de halagos por sus servicios. Igualmente, su corazón se aligerará y su espíritu se iluminará si deja que una chica Géminis dance junto a él y colme esos momentos de soledad con su risa maravillosa, y con su arte para capturar la brisa entre las manos y para verter en su voz la melodía de un fresco arroyo del bosque, aunque sólo esté diciendo: «Buenos días, cariño». La palabra «imposible» no existe para ella. Si algo no se puede lograr de una manera, ella ideará otro sistema, mejor. A él, este talento le resultará estupendamente útil. La chica Géminis es incorregible, irrefrenable... pero también irresistible. Con un intercambio luminario armonioso entre sus horóscopos, tal vez podrán encontrar en sus respectivas sonrisas un territorio familiar, y la aventura de explorarlo juntos será prodigiosa. Pero las Géminis son gemelas, a veces incluso trillizas. Y al hombre Virgo ya le resulta bastante difícil lidiar con una sola mujer. No nació con aptitudes para manejar un harén, o a una pareja con personalidad múltiple. Para alcanzar la dicha junto a él, la chica Géminis deberá decidir primeramente cuál es su verdadera personalidad, y después deberá pertenecerle eterna, indivisiblemente. 60 Hombre GÉMINIS Mujer VIRGO ... y entonces Wendy, a quien siempre la había gustado hacer las cosas correctamente, le preguntó a Peter cuántos años tenía. En realidad no fue una pregunta afortunada, sino algo parecido a un cuestionario de examen que te formula preguntas sobre gramática cuando quieres que te interroguen sobre los Reyes de Inglaterra. Ésta no es una relación amorosa que se rodeará inmediatamente de nubes de arco iris cortinas de flores, porque los dos enfrentan la difícil prueba de la influencia de la configuración de signos solares 4-10, con sus dificultades y sus ventajas, que pueden ser, las unas y las otras, considerables. Tienen que roturar un terreno romántico escabroso. Esto no significa que no podrán cultivar coles juntos, pero sí que deberán escardar a menudo su huerto de amor. Tal vez empiecen por disputar si plantarán rosas u hortalizas. Obviamente, es más lógico optar por las hortalizas. Ella es Virgo, así que la preocupan la posibilidad de una hambruna mundial, las termitas de la buhardilla, la inflación._ y el botón que falta en la camisa de él. Evidentemente las hortalizas son el remedio. No para la camisa ni las termitas, quizá, pero sí para la inflación y el espectro de la hambruna. ¿Qué puedes hacer con una rosa, cuando el lobo llama a tu puerta? Olería. Puedes olería. El hombre Géminis puede inhalar la fragancia de una rosa mientras se cierne la pobreza, más o menos como Nerón tocaba la lira mientras ardía Roma. Por supuesto, toda esta divagación sobre horticultura es simplemente simbólica, como la melomanía de Nerón entre las llamas. Pero por otro lado todo es simbólico, académico o retórico para Géminis. Éste nació envuelto en charadas, berreando metáforas y anagramas, y fajado con analogías. Además, con un teléfono en una mano y un telegrama en la otra. A ratos él pensará que a ella la engendró una unión improbable entre una computadora y un estropajo. Una computadora aut oprogramada. (¿Existe semejante artefacto? No importa, algún Virgo con ascendente Acuario lo inventará, trabajando en colaboración con un Géminis.) Con esto no quiero dar a entender que este hombre y esta mujer no se sentirán mutuamente fascinados, sino que también se sentirán mutuamente frustrados. La mayoría de los hombres Géminis han olvidado su fecha de nacimiento, inocente o deliberadamente, cuando llegan aproximadamente a los veintiún años en el ilusorio calendario cronológico. Por el contrario, muchas chicas Virgo han grabado en su memoria la hora, el minuto y el segundo exactos de su nacimiento, y además, piensan que la juventud eterna no sólo es imposible sino que además sería aburrida. A él le parece al mismo tiempo posible y encantadora. Ya veis que los relojes, los cronómetros y la teoría de la relatividad de Einstein pueden crear uno de los abismos que los separan. Por supuesto, hay otros. Es rara la mujer Virgo a la que le seduce la idea de arrojar una pluma al aire y enderezar en la dirección que señala al caer. La Virgen típica no es aficionada a la rayuela geográfica. Cuando viaja, prefiere utilizar un folleto de turismo, un agente de viajes, y el plan de descuentos familiares para el fin de semana. Las compañías de aviación inventaron precisamente para las Virgo los vuelos supereconómicos (entre las dos y las seis de la mañana), cuando todo el mundo duerme, porque esta mujer es sensible al ahorro. En cuanto a los Gemelos, al hombre Géminis de la mujer Virgo le gustaría, secretamente, guiarse por la pluma, y en cuanto al sistema de viaje, es a él a quien están dirigidos los carteles que dicen «desayune en Londres y almuerce en Italia». Apenas se enamoren, a menudo por curiosidad mutua, a ella la enñisiasmarán las posibilidades de la vida informal y despreocupada que él avala tan seductoramente, mientras que él se sentirá halagado por la atención arrobada, la mente alerta y los modales muy femeninos de ella. Pero después de un tiempo, es posible que ella empiece a preguntarse si es prudente sincronizar su vida con la de un hombre que parece deambular eternamente — ya sea en el plano físico, en el mental o el emocional — y cuyos pensamientos y acciones no son más previsibles que el estado del tiempo. Es posible que más adelante Géminis intuya que la atención de Virgo está hasta cierto punto excesivamente arrobada, que su mente está quizá tan alerta que no le permite disfrutar a él de vez en cuando de la intimidad indispensable para entregarse a sus reflexiones abstractas. Es posible que entonces se entable la controversia de las rosas y las hortalizas, simbólicamente. Todas las reyertas entre enamorados se originan en cuestiones que por sí mismas carecen de importancia pero que han sido elegidas porque simbolizan los problemas arraigados y reales que son la auténtica causa de su tensión recíproca... una verdad subyacente que ninguno de los dos quiere enfrentar, por una razón cualquiera. A pesar de su inteligencia analítica, tajante, la chica Virgo es ultrasensible y necesita estima. Es posible 61 que el hombre Géminis sea un poco incompetente en este contexto, porque el suyo es un signo de Aire. Aunque los signos de Aire no son incomprensivos, irradian un cierto desapego y una frialdad altanera que pueden dejar a un Signo de Tierra como Virgo con una sensación de vacío, de relativa frustración. Habrá momentos en que él será verdaderamente incapaz de entender la profundidad y la fuerza de ella. Entonces él intentará discutir y llegar a una transacción, a menudo sin conseguir llegar a la causa del problema. Aún así, la destreza intelectual y la simpatía de él, combinadas, bastarán para apaciguarla temporalmente, hasta que ella tenga tiempo de analizar los errores y defectos inherentes a la ágil argumentación de Géminis. Si ella no lo toma demasiado en serio, su relación puede ser excitante desde el punto de vista intelectual, estimulante desde el punto de vista emocional, y muy divertida. Pero Virgo lo toma todo en serio, y ciertamente no hará una excepción con su amante o marido. Quizás él debería tomarla a ella más en serio. A menudo las Virgo dan la impresión de haberse comprometido «hasta que la muerte nos separe», y después traumatizan a su pareja con una demanda de divorcio tan diestra y rápida (y tan cruel) como la decapitación de una flor. Casi todo lo que hace Virgo es diestro y rápido. En esto, los dos son muy parecidos. Ambos pueden impacientarse con la rutina, y ninguno de los dos es desaliñado en el pensar ni en el vestir. En lo sexual, ella necesita más demostraciones físicas de afecto que él, y él necesita más variación y poesía que ella en el acto amoroso. No se trata de que Géminis pretenda que Virgo duerma con un ejemplar de las poesías de Rossetti bajo el brazo, ni de que ella aspire a que él la conquiste como Valentino, pero es indiscutible que existen diferencias sutiles en sus maneras de abordar la alquimia física del amor. La chica Virgo no desea necesariamente que el hombre que ama la trate como si fuera Virgen. Es cierto que la sexualidad de ella, en conjunto, no es dramáticamente fogosa ni excesivamente apasionada, pero lo que sí quiere es saber que él está allí. Y no sólo la mente, el corazón y el alma de él, sino todo él. Aunque las mujeres Virgo, como los hombres Virgo, pueden tomar el amor sexual a la ligera, son un poco más terrenales al respecto que el etéreo Géminis. Además, esta chica se siente más confiada y distendida, y por consiguiente puede ser una compañera más satisfactoria para el amor, si capta una dosis de seguridad y familiaridad en su relación íntima. Esto no es siempre posible en compañía de un Géminis, que, por si acaso lo hemos olvidado, contiene dos personas en una (a veces tres o cuatro), y es tan cambiante como para proyectar su deseo una noche y una fría indiferencia la noche siguiente. Semejante comportamiento puede producirle a la chica Virgo un trauma de silenciosa desesperación, y hará que achaque estos altibajos del ardor de él a un defecto suyo. Los Virgo pueden ser implacables con los demás, pero siempre lo son más consigo mismos. Siempre habrá algo que permanecerá tácito, en reserva, entre estos dos. Raramente lograrán la entrega y el olvido total de sus personalidades en la unión sexual, y por tanto su compatibilidad física, si bien podrá ser inmensamente satisfactoria en algunos sentidos, tal vez será un poco reservada y controlada desde el punto de vista emocional. Sin embargo, en el ámbito mental, no se ocultarán casi nada. De ninguno de los dos se puede decir que sea circunspecto en lo que al lenguaje se refiere. Algunas parejas Géminis-Virgo utilizan las palabras como armas, con puntería letal. Las palabras hieren. Pero las palabras también curan, y estos dos signos solares pueden usarlas para bien o para mal. Nadie puede estimular tiernamente a una Virgen tímida para trasmutar su estricta reserva en el floreciente jardín de rosas de la confianza en sí misma, con mayor pericia y delicadeza que un hombre Géminis... y nadie puede sosegar los nervios frecuentemente alterados de este hombre, mercurial con más dulzura y sagacidad que una chica Virgen, cuando ambos actúan motivados por el amor. Claro que probablemente respetarán sus respectivas aptitudes mentales, pero es posible que sofoquen demasiado a menudo sus manifestaciones francas, de afecto. Quizá ni él ni ella comprendan que es necesario que la relación emocional sea profunda. Ella cumplirá con todos los deberes indispensables para con él, sin descuidar ningún detalle. Le coserá los botones caídos, y le suministrará excelentes consejos respecto de su carrera, siempre y cuando él se los pida, porque pocas veces o nunca le enunciará sus opiniones sin invitación previa. Será una compañera estimulante en el teatro o frente al televisor, y podrá conversar muy inteligentemente con él acerca de los libros, revistas y periódicos que lean. Igualmente, en su devoción, aunque estable y admirable, quizá habrá una pizca de «deber». El encontrará tiempo para conversar con ella acerca de todas las cosas que la preocupan, probablemente la alentará a discutir todo aquello que se le cruce por la cabeza, y le concederá un amplio margen para desarrollar libremente sus propias ideas, sus ideales y sus objetivos. No la sofocará con un exceso de celos o de espíritu posesivo, pero quizá la haga sentir acorralada con sus averiguaciones y sondeos, a veces exagerados, en el plano verbal. Una vez mitigado el primer fulgor del romance, es posible que la mujer Virgo empie- ce a acusarlo de dispersar excesivamente su energía mental. Ella también tiene sed de conocimientos, pero no es propensa a 62 desperdigarse y puede pensar que él se limita a buscar ávidamente excitaciones y novedades continuas. Además, es posible que no comparta el entusiasmo de él por las excursiones y los viajes. La mayoría de las Virgo tienen una extraña empatia por los niños, y digo extraña porque ellas mismas son tan «adultas» en todos los sentidos. Pero los niños siempre hacen aflorar el potencial latente de la mujer Virgo para la amabilidad y la belleza, un talento insospechado para el desarrollo de la imaginación, y una inmensa ternura: la capacidad para escuchar con verdadero interés todas las angustias y alegrías de una mente joven, sumada a la sagacidad necesaria para orientarla delicadamente hacia nuevas corrientes de pensamiento. Puesto que todo hombre Géminis es, en su corazón, un niño, un chiquillo, estas cualidades intrínsecas de ella no pueden hacer menos que atraerlo inmensamente. Sin embargo, cuando se trata de él, ella deberá ocuparse no sólo de un «niño», sino de los Gemelos. Es posible que, a menudo, ella intente enseñarle el valor del discernimiento, y descubra que a él no le interesa realmente discernir. A su vez, es posible que él intente enseñarle a ser más franca, más expansiva, a valorar la libertad personal, y a adquirir el don de correr impulsivamente en pos de un sueño. Pero los Virgo se abren muy lentamente, como una puerta chirriante, y él siempre tiene una prisa tremenda. Además, a juicio de ella, la libertad nunca será tan valiosa como la seguridad. A la inversa, para Géminis, la seguridad es a menudo sinónimo de un presidio mental, que restringe toda posibilidad de cambiar los planes. Y ajuicio de él esta posibilidad es la que hace a la vida digna de ser vivida. La mujer Virgo pertenece a la categoría de las que le dan al amante o marido la sorpresa de servirle el desayuno en la cama, pero, lamentablemente, son pocos los hombres Géminis a los que les gusta dormir hasta tarde. Es más probable que él salte de la cama, se duche y pedalee o corra unas cuantas veces alrededor de la manzana, o lea los titulares del periódico de la mañana, antes de pensar en algo así como las tostadas o los cereales. Es posible que su reacción seca o indiferente ante las amabilidades de ella la ofendan más de lo que él sospecha. Como su mente regida por Mercurio es muy analítica, el hombre Géminis que tiene la suerte de ser amado por una Virgen también regida por Mercurio (hasta que aparezca Vulcano), deberá analizar la auténtica naturaleza de ella con más minuciosidad, si desea conservarla. Algunas mujeres Virgo se mantienen castas e indiferentes al romance durante años, y entonces lo arriesgan todo en aras de una pasión única, inesperada e irrealizable, que no tarda en extinguirse. De modo que es posible que, en verdad y por dentro, ella no sea tan fría y controlada, en el plano emocional, como a veces parece serlo. Es igualmente posible que el auténtico amor se le escape al' hombre Géminis hasta que deje de ser Peter Pan, y hasta que Wendy haya llegado a la edad de casarse con algún otro, o sea con alguien que demostró más interés por ella que por sus propias aventuras. Estos tristes desencantos pueden determinar que tanto Virgo como Géminis cavilen a solas, atormentándose con añoranzas y lamentaciones. O pueden determinar que entablen una relación mutua serena, segura y despejada de exigencias, que podría ser precisamente lo que ambos han estado buscando. Claro que para ello tendrán que mirarse durante un poco más de tiempo a los ojos. En cambio, es posible que eviten escudriñarse de frente, por el temor a que sus ojos revelen demasiado, mientras ella barre los suelos... y él deambula por la casa, silbando su canción infantil... tanteando ambos con sus corazones, pero igualmente incapaces de expresar con franqueza lo que sienten. Es inevitable que entre éstos dos exista una cierta dosis de tensión e incomprensión, porque sus soles natales estaban en cuadratura cuando nacieron. En la electrónica del amor, la tensión puede producir un cortocircuito de las emociones, reduciéndolas a la oscuridad silenciosa. Pero con un intercambio Sol-Luna armonioso entre sus horóscopos, este hombre y esta mujer podrán alcanzar, mediante su unión, un afecto y una satisfacción perdurables. Es posible que nunca se trate del éxtasis turbulento y exaltado que vivieron Scarlett y Rhett, pero el amor no tiene por qué ser siempre explosivo. A veces, la dicha puede consistir en un trance apacible y sereno, en un momento de reposo en el viento, que convierte la puesta de sol en algo menos triste y obsesivo... y que ilumina la aurora con una tierna promesa.

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