sábado, 14 de abril de 2018

La relación VIRGO-VIRGO

La relación VIRGO-VIRGO Cuando despiertas por la mañana, la picardía y las pasiones malignas con las que te acostaste han sido plegadas en pequeños dobleces y puestas a buen recaudo en el fondo de tu mente; y encima, maravillosamente ventilados, se despliegan tus pensamientos más hermosos, listos para que te atavíes con ellos. Así es como todos los Virgo prefieren despertar por la mañana: saludando la aurora virginal que encierra la promesa de una jornada de paz, belleza y perfección. Lamentablemente a la mayoría de ellos no les ocurre nada de esto. La mayoría de ellos bajan con mala cara por el lado equivocado de la cama, van hasta la cocina arrastrando los pies, y buscan a tientas el zumo de ciruelas pasas. (Los remedios naturales, veréis, son siempre los mejores para facilitar la regularidad. Siempre existe el peligro de que los laxantes formen hábito, lo cual podría crear una dependencia grave.) Infortunadamente, los pensamientos negativos y las preocupaciones machaconas que dos Virgo pliegan cuidadosamente y ponen a buen recaudo en el fondo de sus mentes se las ingenian para volver a saltar y decirles ¡Bu! a la mañana siguiente, mezclándose con sus pensamientos recíprocos más bellos y positivos... quizá porque no los plegaron con dobleces suficientemente pequeños, o quizá porque ambos Virgo se resisten a cerrar el cajón donde guardan los problemas, y prefieren dejar una rendija abierta, para poder espiar periódicamente dentro y hacer un recuento preciso de sus contrariedades más recientes. Los Virgo tratan a sus problemas como a sus plantas del hogar, con constante y esmerada consideración, sin olvidarse nunca de regarlas y regarlos: a las segundas con H20 destilada, y a los primeros con lágrimas. Desde luego, con tiernos y cariñosos cuidados, las unas y los otros brotarán rápidamente, crecerán profusamente, y necesitarán podas frecuentes. Ahora, si el lector me disculpa, interrumpiré este análisis con una oración, después de la cual volveré al tema, y por favor creed que lo siento si esto parece grosero. Mi oración está dirigida a San Antonio, porque he comprobado que es un intermediario paciente y compasivo, así como fiable, entre el Todopoderoso y mis insignificantes necesidades, las que no son suficientemente importantes como para justificar una cita personal con nuestros Co-Creadores, que sin duda tienen suficientes problemas entre sus manos sin necesidad de hacerse cargo de los míos con más frecuencia de la indispensable. San Antonio es un alma humilde, tolerante, felizmente indiferente a mis creencias religiosas, que tanto podrían ser astrológicas, como católicas, mormonas, bautistas, afines a la Iglesia de Cristo Científico, judías o budistas zen. En realidad, la Babel de los dogmas religiosos escapa a la atención de todos los santos, a pesar de que las iglesias se esfuerzan por acapararlos en virtud de diversas formas de canonización... dudoso honor que ni uno de ellos solicitó jamás. Pero estoy divagando, hábito en el que es fácil caer cuando una está exageradamente ansiosa por analizar cada matiz ínfimo del aserto más informal e inocente. El carisma crítico de Virgo es contagioso. Querido San Antonio: Ya sabes con cuánta frecuencia has intercedido por mí a lo largo de los años cuando mi negligencia ariana me hacía perder cosas de valor, como el dinero, el aplomo, la paciencia y las personas que 81 amo. Y siempre me has ayudado, ejecutando un milagro grande o pequeño, según la magnitud de mi pérdida. Temo que tendré que volver a pedir tu auxilio. Verás, quiero que este libro sea leído por un público numeroso para que las personas entiendan mejor cómo deben amarse las unas a las otras mediante la astrología, reconociendo sus propios defectos y compadeciéndose de los malos hábitos ajenos, distintos pero no menos profundamente implantados... y sería espantoso que lo prohibieran los Virgo. Esto es aún peor que ser prohibido en Boston, porque los Virgo constituyen más de la duodécima parte del público lector. (Nacen más signos solares mutables que de los otros.) Y esto no es todo. Quizá no lo sepas, pero alimento grandes sospechas de que ya se ha corrido la voz, en Roma, de que éste es un libro de astrología. lo cual significa automáticamente que tal vez todos los católicos deberán confesarse y hacerse perdonar su pecado aunque se limiten a echar una ojeada al ejemplar de un amigo... ¡a pesar de que la astrología fue claramente aprobada por el propio Santo Tomás de Aquino, a quien incluso lo canonizaron, nada menos! Ya ves que sería un de- sastre si los católicos y los Virgo dictaran una doble prohibición contra el libro. No sólo esto, sino que también es probable que aparezca en la lista remilgadamente limpia de travesuras vedadas a los mormones, lo cual implicaría una triple prohibición (contando a los católicos y los Vírgenes). Así que, ¿supones que podrías proteger de alguna manera este capítulo específico de mi libro de todo error ortográfico, defecto de puntua- ción, imperfección gramatical o cualquier otra aberración que pudiera ofender a los Virgo? La cosa es, Tony, que no sé cuál será el signo solar del linotipista. Por supuesto, si tengo suerte, será un Virgo. ¡Pero imagínate que sea un Aries! ¿Podrías darle un empujoncito cuando está componiendo los tipos, si te parece que se va a saltar una coma, o un punto, o que va a invertir los números de la foliación, o algo por el estilo? No me creerás si te cuento que recibo pilas de cartas de lectores Virgo, que critican un par de errores de la autora y de erratas tipográficas de mi primer libro, Sun Signs, lo cual me ha traumatizado. De modo que te suplico respetuosamente que nos guíes a mí y al linotipista de signo solar desconocido para que estas páginas sean absolutamente impecables. De todas maneras, te agradezco la molestia y te pido disculpas por haberte intermmpido, pues sé que estás muy ocupado. No dudo que hacer milagros lleva aún más tiempo que solicitarlos. Entre paréntesis, gracias por haberme ayudado a encontrar la billetera, la medalla de San Francisco de Asís, la agenda, la nueva caja de cintas para la máquina de escribir, el suéter y la tarjeta de la Seguridad Social que extravié la semana pasada. Saluda a Francesco de mi parte, y por favor no molestes a Dios ni a la Señora Diosa con este pedido. Estoy segura de que podrás apañarte solo. Amén. Al lector: Gracias por tu amable paciencia. Ahora, continuemos con el análisis de la relación VIRRGO- VERGO. Pero antes permíteme decirles a los Virgo que lean este capítulo, y a las personas de cualesquiera otros signos solares con su Luna o ascendente en VIRAGO, que si por casualidad mi súplica no es satisfecha totalmente, en un sien por siento, éste podría ser un sutil mensaje del Universo para informarnos que a Dioz no le interesa tanto la forma en que escribimos Su nombre como el amor, la tolerancia y la indulgencia que manifestamos respecto de las imperfecciones y errores del prójimo. ¿Me hentendéis? Es bueno y necesario que hablemos, escribamos e imprimamos en la forma más correcta, siempre que ello sea posible, para evitar malentendidos en la comunicación humana, que ya es de por sí bastante difícil. Sin embargo, también es buena y necesaria la gentileza de pasar por alto los errores involuntarios. En verdad, es, como diría el Principito de St. Exupéry, un asunto de gran trascendencia. Dos Virgo que se relacionan como amigos, socios, parientes o amantes, se sienten obligados, frecuentemente, a evaluar todas sus respectivas emociones, acciones y respuestas, y a enunciar todas las opiniones y reacciones, utilizando el diccionario no abreviado de sus propias pautas preconcebidas de perfección, o de las de la sociedad. Y esto implica un tremendo derroche de tiempo, que se podría emplear mejor remontando cometas; fabricando muñecos de nieve; instalando inodoros sin agua para salvar nuestros arroyos y ríos y océanos de la extinción y contaminación finales; rescatando gatitos y perritos y crías de mono de los viviseccionistas financiados por el Departamento de Salud, Educación y Bienestar con sede en Washington, que los torturan tan cruelmente; corriendo con la cabellera al viento; vadeando un arroyo borboteante; o urdiendo sueños, que son las auténticas realidades. Alguien debe señalar amablemente a los Virgo (y también a bastantes Libra) que la lógica no es el dios que parece ser, porque la lógica implica una falacia peligrosa: la presunción de que lo que nunca ha sido no podrá, por consiguiente, ser nunca, y la presunción inversa de que lo que siempre ha sido deberá por consiguiente, ser siempre. La expresión «por consiguiente» es la herramienta de la lógica que puede hacer fracasar incluso al jugador más espabilado en un juego de anagramas de esclarecimiento cósmico. No siempre, pero sí a menudo, la expresión «por consiguiente» es una señal de advertencia, para la mentalidad abierta, de que alguien se dispone a cerrarla herméticamente y a 82 deshacerse de la llave... de la verdad. En la brumosa comprensión que el hombre y la mujer tienen de la realidad, nada es más errado que estas presunciones generalizadas de la lógica parcialmente ciega, nacidas de las falacias del pensamiento preestablecido. Esta aceptación obcecada nos pone a todos a merced de los locos cuyo objetivo consiste en controlar la mente humana individual (y eventualmente a las masas) mediante diversos tipos de drogas y de hipnosis... y mediante mensajes subliminales proyectados por televisión, demasiado rápidos para que los capte el ojo humano, pero no tanto como para que no sedimenten en el inconsciente. Aunque la esencia de Virgo nos ayudará a precavernos de estos peligros, la misma virtud de Virgo se puede utilizar por la vía de la cara negativa de la moneda. Es indudable que los Virgo poseen excelentes aptitudes para la investigación científica y metafísica pero a veces son propensos a tropezar y caer en la trampa del empleo ocasionalmente errado de la expresión «por consiguiente», y pierden así la oportunidad de experimentar la sublime libertad de descubrir su propia conciencia creadora portentosa: la Verdad más profunda, ajena a la lógica (en su actual estado equívoco de interpretación), a saber, que pueden ser, si quieren Co-Creadores con el Bien. [NOTA AL LINOTIPISTA: En realidad, la última palabra debería haber sido Dios (God, en inglés), en lugar de Bien (Good, en inglés), pero le ruego que lo componga tal como está, porque el significado es el mismo. Muchas gracias.] A veces una errata puede ser muy útil. Si al menos los Virgo se dieran cuenta de ello. Por supuesto, hay algunos Virgo que se han convertido en almas libres, y que han ingresado en diversas disciplinas con los ojos muy abiertos. Han aprendido a cerrar el cajón de sus preocupaciones insignificantes, a hacer caso omiso en sus contratiempos pasajeros, y a fijar la vista en el amanecer de la Nueva Era. Al combinar su espléndido discernimiento en los espacios más vastos, azotados por el viento, de dos mentes abiertas, estos Virgo pueden sintonizar juntos el llamado cada vez más insistente, atronador, de su verdadero planeta regente, Vulcano, que no tardará en ser localizado e identificado, y que gira cerca del Sol y Mercurio. En verdad, el descubrimiento de Vulcano está tan próximo «en el Tiempo», que ya se ha producido una descarga parcial de sus poderosas influencias magnéticas a través del cosmos. Estas vibraciones invisibles pero potentes afectan más y más a todos los terráqueos, pero sobre todo estimulan reacciones extrañas y a veces inquietantes en los Virgo. Muchos de éstos necesitarán tiempo para aprender a manejar la nueva energía, pero algunos, como acabo de decir, ya se han adaptado a la frecuencia más alta, y la utilizan, ahora mismo, con resultados asombrosos, en su vida personal y emocional, así como en sus carreras. Puesto que jugamos con anagramas, la palabra «vulcanizar» deriva del planeta Vulcano, y designa un proceso en virtud del cual se somete al caucho (y a las personas) a un tratamiento sulfuroso y a un calor extremo, que aumentan su fuerza... y su elasticidad. Y así, como veis, es gracias a la misteriosa influencia de su auténtico planeta regente que dos Virgo unidos en cualquier tipo de asociación o relación experimentan dentro de sí mismos este proceso de vulcanización temporalmente inquietante, pero ulteriormente rejuvenecedor. Gradualmente, comprobarán que éste les revela que poseen una fuerza (de carácter) antes insospechada, junto con una mayor elasticidad (de puntos de vista), que se reflejarán ostensiblemente en una conducta menos envarada y en una reducción de las ansias autocríticas. Es interesante saber que algunos aspectos de las nuevas vibraciones del planeta Vulcano no tardarán en causar (y ya están causando), no sólo en los Virgo, sino en determinadas personas de los doce signos solares, una sutil regeneración celular, que finalmente hará imposible descubrir la edad cronológica. La magnitud de este fenómeno depende de la posición todavía ignorada (pues aún no ha sido determinada astronómicamente) que ocupa Vulcano en sus cartas natales. Este es un proceso similar al de las técnicas alquímicas que perfeccionó milagrosamente el Iniciado conocido entre los metafísicos por el nombre de Conde de St. Germain (sólo una de sus múltiples identidades), el cual, según los historiadores del siglo XVIII, rejuveneció a ciertas damas de la corte francesa, algunas de las cuales, a una edad cronológica superior a los ochenta años, eran, en apariencia, suficientemente jóvenes y bellas como para que hombres adolescentes y veinteañeros se batieran a duelo por sus favores Ya se trate de la magia alquímica de St. Germain o de las nuevas vibraciones de Vulcano, hay muchos caminos que conducen a Roma, y hay muchos prodigios que están próximos a florecer entre nosotros en este despuntar de la era de Acuario... siempre que optemos enseguida por no aniquilarnos mediante la demencia nuclear y ecológica. Los «nuevos» planetas (que no son en absoluto nuevos, sino que han sido descubiertos, identificados y redescubiertos después de cada gran cataclismo de la Tierra) siempre son «descubiertos» en el momento justo, sincronizado con el programa de una evolución de la humanidad masculina y femenina elegida hace mucho tiempo mediante el libre albedrío, en dirección a la madurez espiritual necesaria para aceptar estas poderosas influencias preestablecidas. Antes de que se produzca dicho «descubrimiento» en ese momento estipulado, sus vibraciones están mitigadas, parcial y temporalmente controladas. 83 Cuando dos Virgo se juntan, tanto si uno de ellos, o los dos están muy influidos, o poco influidos, por las nuevas vibraciones de Vulcano. se preocupan mucho. Sin embargo, la mayoría de sus preocupaciones son «mucho ruido y pocas nueces». (Gracias. Will Shakespeare, por la frase que me has inspirado: «much ado about nothing». El bardo, entre paréntesis, era otra de las múltiples identidades del Conde de St. Germain.) Si reflexionan, se darán cuenta de que pierden demasiado tiempo precioso en preocupaciones improductivas y contraproducentes. El despertador no sonó, en razón de lo cual uno de ellos llegó tarde a una cita o (¡Dios no lo permita!) al trabajo. ¿Quién fue el culpable del inexcusable atraso y de la imperdonable impuntualidad? Alguien tiene que ser el culpable, ¿no es cierto? No, no lo es. Puede suceder, con igual facilidad, que nadie sea el culpable. Una costosa lámpara de porcelana se rompe, una carta importante no ha sido despachada, la cuenta bancaria está en rojo, aparece un raspón en el guardafangos del auto, se pierde la llave de la puerta de entrada, las flores no fueron plantadas a tiempo en sus tiestos, no se ha pagado la factura del dentista, la cola del gato quedó atrapada en la trituradora de desperdicios, el helécho se está marchitando... ¿quién olvidó regarlo? ¿Quién rompió la lámpara, perdió la llave, firmó cheques sin fondos, estropeó el auto, quemó la tostada, y... oh, A QUIÉN LE IMPORTA? A Virgo le importa, creedme. Renuente a cargar toda la culpa (por lo menos interiormente) sobre el otro, a menudo cada Virgo se acusa a sí mismo, se deja someter al implacable veredicto de: CULPABLE. Después viene la severa sentencia autoimpuesta: el bloqueo emocional, que consiste en un resentimiento reprimido, en una tensa ansiedad, más el cilicio de la expiación excesiva y la automortificación... con una mitigación de la pena por buena conducta, o mejor dicho, por una conducta perfecta en el futuro, cosa que los Virgo no atinan a comprender que es siempre inalcanzable para los seres humanos. Es encomiable seguir esmerándose por alcanzar esta meta, pero exigírsela continuamente a uno mismo y a los demás es inútil... y además produce extenuación emocional y un desgaste de energía. El problema más difícil que deben enfrentar dos Virgo, siempre magnificado en su configuración de signos solares 1-1, se puede sintetizar en una palabra: evacuación. Éste es no sólo un síntoma escatológico, que genera malestares que oscilan entre el simple estreñimiento y graves dolencias intestinales, sino que también se puede manifestar en forma del no menos incómodo bloqueo emocional que mencionamos en el párrafo anterior. En este último caso, el sencillo remedio consiste en comprender sinceramente la necesidad de evacuar: de purgar la mente y el corazón de ridículos sentimientos de ineptitud, culpa y frustración por la incapacidad temporal para modificar una situación que no llega a estar a la altura del desiderátum, tan rápida y metódicamente como lo exige el impaciente Mercurio. (¡Pero hay esperanzas! Mercurio no influirá por mucho tiempo sobre los Vírgenes, porque Vulcano no tardará en reclamar la abdica., ción de aquel, para enviarlo a jugar juegos mentales con los Géminis, como corresponde.) Como les sucede a todas las parejas de la vibración de signos solares 1-1, Virgo y Virgo tienen mucho — a veces demasiado — en común, pero dada la empatia que existe entre sus respectivos puntos de vista y traumas, no hay ninguna razón para que no intenten disfrutar juntos, en lugar de destruirse el uno al otro. Los ayudará el hecho de que sus signos lunares y/o ascendentes sean compatibles. También los ayudará el hecho de que ambos se relajen y acepten con más naturalidad, con un grano de sal y una pizca de humor, los desencantos que les producen los pequeños contratiempos y complicaciones de la vida... evitando juzgarse o juzgar a los demás tan compulsivamente, y dejando los análisis más complejos por cuenta de robots y computadoras que están programados con precisión, y que no son tan susceptibles a los dolores de estómago de la tensión. Los Virgo podrán sacar mucho provecho del ejemplo de los santos, puesto que viven tan obsesionados por la perfección, y presuntamente los santos se aproximaron a dicho estado ideal tanto como es humanamente posible dentro de una envoltura camal. Quiero decir que... nunca nada perturba realmente a un santo. Yo tengo una relación muy estrecha con San Antonio y con San Francisco de Asís (sobre todo con Francesco), que me comunicaron, de primera mano, cómo reaccionó San Cristóbal (tradicionalmente, el protector de los viajeros) cuando recibió la noticia de que el vaticano (Señor linotipista: con y minúscula, por favor), lo había despojado de su previa canonización como santo. Aunque su destitución angélica y su baja deshonrosa conmocionaron mucho a los millones de leales amigos que tenía aquí en la Tierra, y provocaron gran agitación e irritación y acaloradas polémicas religiosas, «Cris» lo tomó todo a risa. No lo afligió en absoluto la pérdida de su condición formal de santo, por la sencilla razón de que nunca se había enterado de que se la habían conferido, para empezar. Para él, todo fue una tempestad en un vaso de agua. Sigue haciendo milagros y prestando servicios desinteresados a los demás, con o sin el sello de aprobación canonizado por el vaticano. Tony y Francesco (de 84 Assisi) me cuentan que el sentido del humor de Cristóbal permanece intacto, que continúa siendo tan cabalmente objetivo como antes, que no tiene la menor conciencia de su propia humildad, y que no le preocupa lo más mínimo si la primera letra de los diversos pronombres de su patrón ha de ser una mayúscula o una minúscula, como por ejemplo en «hágase tu voluntad» por contraposición a «hágase Tu voluntad». Propongo aquí mismo que todos los Vírgenes adopten a San Cristóbal como gurú oficial. ¿Hay entre el auditorio un Virgo que secunde la moción? ¿Lo hay? ¡Dios! Entonces se cierra el debate. Quiero decir... Bien. La misma confusión entre las palabras inglesas Gody Good, Dios y Bien. Entonces el debate se ha cerrado. Más tarde podremos votar. Mujer VIRGO Hombre VIRGO El señor Darling estaba tremendamente orgulloso de ella, pero era muy honorable, y se sentó en el borde de la cama de la señora Darling, teniéndole la mano y calculando los gastos, mientras ella lo miraba con expresión implorante. Poco importa que él esté calculando los gastos, el monto de: sus impuestos, o precisiones menos prosaicas y más exóticas. Lo importante es que el hombre Virgo puede pasar por alto, durante largos períodos, el mensaje implícito en las miradas suplicantes de su compañera Virgo, la cual le recuerda afablemente la verdadera intención de esta experiencia hombre-mujer que ambos acordaron analizar detenidamente en busca del potencial de perfección que encierra en el plano emocional. Una vez conocí a un astrólogo Virgo que pasaba noche tras noche con su amiga Virgo, frunciendo el ceño sobre una efemérides de medianoche, mientras calculaba las mínimas fracciones de movimientos lunares y los aspectos consiguientes de los planetas en el firmamento, a intervalos de cinco y diez minutos. (Esta es una historia auténtica y no una exageración ni una parodia.) Los cálculos planetarios infinitesimales de este tipo dan realmente resultados de asombrosa exactitud y le confieren a cualquier astrólogo esotérico, experto en matemáticas y provisto de dotes intuitivas, unas aptitudes precognitivas asombrosas. Pero sólo a un Virgo se le puede ocurrir dedicar toda una vida (o una relación amorosa) a demostrarlo. ¡Tantos logaritmos... tanta trigonometría! ¿Para qué? ¡Santo cielo! De todas maneras, durante esas sesiones él conseguía fascinarla con una magia zodiacal francamente fantástica. Por ejemplo, en aquella noche específica de verano, en el curso de unas pocas horas que pasaron juntos, él diagramó el momento exacto en que sonaría el teléfono e incluso que la autora de la llamada sería la madre de ella, para anunciarle que la semana anterior había tenido un ataque de cálculos biliares (lo cual dejó verdaderamente alelada a la chica)... predijo correctamente que el repartidor de periódicos vespertinos llegaría con seis minutos de retraso porque se había caído de su bicicleta cerca de una esquina donde una cuadrilla nocturna estaba reparando una tubería rota de agua, en la calle (cosas de la tercera-Casa-Marte-Plutón- Escorpión)... profetizó el acceso de hipo de la chica un instante antes de que hipara por primera vez... y por fin se superó triunfalmente a sí mismo y batió su propio récord de exactitud al pronosticar (con horas de anticipación) el momento en que retumbaría el primer trueno de la tormenta de verano que amenazaba con desencadenarse esa noche, con un margen de pocos segundos. Para ser precisos, creo que fue con una diferencia de cuatro segundos y medio respecto del primer BUM. Por lo menos, así es como recuerdo de memoria las estadísticas que me dio de su puntaje perfecto (puntaje astrológico, quiero decir) cuando él y yo discutíamos la cuestión poco después de que ambos rompieran sus relaciones y ella se casara con un Leo, aproximadamente una semana más tarde. Veréis, él omitió calcular el momento exacto del primer estallido de cólera de la chica hasta-esa-noche- paciente que tenía a su lado. Absorto en su efemérides, no captó la tormenta de verano que se estaba formando dentro del pecho de su chica Virgo. No obstante todos los rumores que circulan acerca de los aires virginales de la mujer Virgo, ésta experimenta la necesidad perfectamente humana de tocar y ser tocada, aunque sólo se trate de un frote de narices al estilo esquimal con el hombre que ama, sobre todo cuando éste se halla demasiado cerca para su paz espiritual. Aquella noche él estaba sentado en la cama de ella (créase o no, el único lugar desde el que podía ver constantemente el segundero del reloj eléctrico adosado a la pared), mientras la chica temblaba interiormente con el anhelo de una auténtica comunión... o por lo menos de una 85 expresión de amor más tangible que un guiño desde el otro lado de la colcha. Toda Virgen (técnica o simbólica) enamorada de un hombre que nació bajo su mismo signo solar, no tardará en descubrir que el hecho de implorarle al Virgo con sus ojos siempre inusitadamente bellos y despejados rara vez implicará una señal telegráfica morse de tipo romántico suficientemente inteligible. Ella deberá ensayar un método más agresivo, como por ejemplo, tamborilear el mensaje sobre el brazo de él con sus dedos primorosos... raya-punto-raya-raya-punto... y pasar gradualmente a unos besitos en la mejilla, ligeros como copos de nieve. Entonces su unión natural y dichosa se celebrará al cabo de un período razonable, si la atracción es mutua, como muy probablemente lo es, pues si no lo fuera él no estaría derrochando el tiempo con ella y arriesgándose a perder su valiosa existencia solitaria. Al fin y al cabo, ni siquiera un hombre Virgen puede mantenerse eternamente inmune a la poderosa química del amor. Más tarde o más temprano se rendirá a la pasión, seguirá los mandatos de su corazón, y dejará que sus emociones se impongan sobre su mente cronométrica. Más tarde o más temprano, he dicho. Más temprano de lo que podría prever una chica Virgo desalentada y pesimista... pero más tarde que la mayoría de los hombres de otros signos solares. Todo es relativo. Naturalmente, la situación siempre podrá invertirse, y ella tendrá su nariz metida en una efemérides, en un periódico, en un libro o en su tejido, y hará caso omiso de las miradas implorantes de él. Entonces él deberá darle unos toquecitos en su brazo, y así sucesivamente, agregando cualesquiera ideas agresivas puramente masculinas que afloren en su espabilado cerebro de Virgo, el cual, de cuando en cuando, accede de mala gana a cooperar con el corazón de Virgo en una empresa común como la del amor. El es innegablemente listo. Ella, también. Admirarán sus respectivas mentes, nunca se les agotará la comunicación verbal (a menos que uno de ellos tenga un ascendente o signo lunar de elemento Tierra), y se turnarán para lustrar su nido de amor, contando las bayetas, intercambiando lecturas, resolviendo crucigramas, confeccionando anagramas... las posibilidades son colosales e infinitas. En cuanto a su armonía sexual (pensé que ya había tocado este punto. ¿No? Bueno, quizá no...) Esta se profundizará, como les ocurre a las parejas de todos los signos solares, si sus signos lunares y ascendentes son mutuamente compatibles. Pero esencialmente, estos dos saben casi siempre muy bien cómo satisfacerse el uno al otro, y excepto cuando uno de ellos tiene un aspecto muy negativo de Venus o Marte en su carta natal, nunca se ofenderán recíprocamente con groserías u obscenidades. Al Virgo típico le horroriza envilecer el sexo. Probablemente sus intimidades estarán más teñidas de ternura que de erotismo sensual o pasión fogosa. Sin embargo, siempre acecha el peligro de que los viejos tabúes de Virgo se materialicen para atormentarlos, y que produzcan una rigidez de conceptos y una frigidez de modales o comportamiento que podrán generar discrepancias respecto de detalles de su manera de hacer el amor. Podrían quejarse de que su unión sexual es demasiado breve, o demasiado prolongada, desde el abrazo inicial hasta la consumación final. Alguien debería advertirles que ni las emociones ni la pasión se pueden regular con un cronómetro, ni se pueden acomodar por la fuerza a las dimensiones exactas de un programa medido. Los Virgo de la era de Acuario que se desentiendan de los acicates gemelos de la impaciencia y el desapego frío y crítico — que su regente adoptivo, Mercurio, implantó durante tantos siglos en su personalidad — y que opten por sentir, en cambio, los truenos más lentos, más sabios, más conmovedores, de su auténtico planeta regente aún por descubrir. Vulcano, recibirán una valiosa recompensa. Comprenderán gradualmente que el sexo no debe ser analizado ni criticado entre dos personas que se aman. Debe ser dado y recibido sin bochorno, y compartido con alegría y gratitud como la bienaventuranza que en verdad es — la forma más natural en que pueden unirse dos almas inquietas — para así profundizar y renovar sus sueños recíprocos mediante la fusión en una sola carne. Sin embargo, confesemos que, incluso utilizando los binoculares del amor sincero, es difícil ver esta pura verdad sexual a través del smog de inmundicia que últimamente envuelve a todos los enamorados, incluidos los Virgo... sean o no Vírgenes. En verdad, una cantidad creciente de individuos Virgo, cuyas almas han sido desgarradas por una falsa interpretación de los truenos desacostumbrados de Vulcano, se han sentido confun- didos como consecuencia de ello y han caído en la reacción frenética de la promiscuidad. Esta expresión sórdida de la sexualidad es interiormente incómoda y exteriormente inapropiada para los Virgo, pues implica una inversión total de la sencillez y pureza de corazón que constituyen la característica innata de su signo solar. Por cierto, la crisis emocional de Virgo es facilitada e instigada por quienes parecen resueltos a matar el sexo, rebajándolo a la categoría de la concupiscencia insensible, y este asesinato premeditado del sexo es un crimen contra el amor. La astrología es una parte integral de la Naturaleza, y a ésta no le gusta que cometáis imprudencias con la esencia de Virgo sobre el planeta Tierra. Las vibraciones de Virgo están programadas con el fin de 86 suministrar el peso y la medida indispensables para mantener el equilibrio de la Balanza sexual del signo siguiente. Libra, pues de lo contrario la tremenda energía del sexo podría dispararse y combinarse con otras energías explosivas que ya están fuera de control en esta esfera menguante, terminal y giratoria que necesitamos durante un poco más de tiempo para la supervivencia de la raza humana en su forma actual. Pero el Universo es sabio. La programación y ejecución de las influencias planetarias a través de las pautas de control kármico es tan justa, que el sexo crea su propia vía tortuosa para encauzar hacia la desgracia y el infierno a quienes abusan de él... y esto es tan cierto como que el sexo, cuando está enaltecido por el amor, se convierte en uno de los caminos tachonados de estrellas que conducen más rápidamente al cielo. Porque la fusión sexual en la unidad que experimentan los verdaderos enamorados hace despuntar la aurora en la comprensión de la unidad de todos los Universos, y finalmente... el jubiloso derecho innato del hombre y la mujer a reunirse con sus CoCreadores. ¡Cuántas disquisiciones sobre el sexo en un capítulo dedicado a dos Virgo! Probablemente esperabais encontrarlas en el capítulo dedicado a dos Escorpión. El estudio de la astrología está lleno de sorpresas. Esto depende de la faceta del sexo que abordéis. Su pureza pertenece a Virgo, su misterio a Escorpión, su romance a Leo, su sensibilidad a Tauro, su naturaleza esquiva a Géminis... y así sucesivamente. Ningún signo solar tiene el patrimonio exclusivo del sexo. Cualquier Libra podría informaros que eso no sería justo. El éxito de la relación entre una mujer Virgo y un hombre Virgo depende mucho de la capacidad de ambos para reconocer sus propios defectos en el espejo del otro, y para corregirlos luego.,, y de su idéntica capacidad para ver sus propias virtudes reflejadas en los modales atractivos del otro, y para reconocerlas luego, franca y orgullosamente. Estos dos amantes están agraciados con una cortesía, una inteligencia y un humor chispeante innatos. Una delicadeza y pureza espiritual inefable brilla tenuemente a través de sus ojos despejados, serenos, maravillosamente plácidos. Ambos están alegremente dispuestos a escuchar mientras el otro habla y a trabajar mientras el otro juega, sin resentimiento. Las parejas Virgo que se aman multiplicarían inmensamente sus probabilidades de vivir en un clima de armonía, compatibilidad, entendimiento mutuo y ternura si comprendieran la compulsión que se ocultaba tras las famosas «charlas domésticas» de la Virgo Martha Mitchell con la prensa, Es innegable que a menudo eran irritantes, erradas e injuriosas. Los hombres Virgo lanzan a menudo esta misma acusación contra toda mujeres Virgo a las que aman... y viceversa, Las afirmaciones de Martha eran un modelo de la típica costumbre Virgo de señalar los defectos patentes (para ellos) de cualquier persona o 'situación que haya estimulado su espíritu crítico en un momento dado. Es importante que dos Virgo que se aman mediten sobre un aserto muy pertinente que formuló Martha en una ocasión, después de haber anunciado jubilosamente su propósito de dictar algunas conferencias en los campus universitarios, porque alimentaba el sincero deseo de comunicarse con la juventud norteamericana, circunstancia en la cual sus amigos horrorizados le dijeron que no tuviera la temeridad de enfrentar a los enfurecidos estudiantes, que seguramente (opinaron) la acribillarían con huevos podridos, si no le pegaban un tiro en el escenario. Nunca sabremos qué habría sucedido realmente si Martha hubiera conseguido que la invitaran a pronunciar esas conferencias. Pero hay algo que sí sabemos. Sabemos cómo reaccionó Martha ante la advertencia. Con la sinceridad y la total inocencia reflejadas en sus ojos claros y refulgentes de Virgo, con su frente de Virgo atravesada por fugaces amigas de preocupación, comentó con sincero asombro: «Juro, por mi vida, que no entiendo por qué los jóvenes de este país habrían de estar tan encolerizados conmigo, por qué habrían de pensar que soy su enemiga, o la enemiga de sus ideales. Sólo me he limitado a proclamar claramente qué es lo que me parece correcto e incorrecto — en el momento — , ¿y acaso no es éste el comportamiento que dicen admirar, y que pretenden poder poner en práctica ellos mismos?». Sí. Casualmente es ése. Precisamente. Y tengo la marcada convicción de que la reacción Virgo de Martha frente al ataque ajeno, muy reveladora, merece tener una mayor difusión en este capítulo de mi libro. Ilustra perfectamente el adagio astrológico de que los Virgo sienten la compulsión de criticar y analizar, y de hablar luego en voz alta. Y de que dan rienda suelta a estos arranques sin una verdadera intención malévola, y con la predisposición propia de Virgo a conceder a los demás la misma libertad de análisis y de crítica. Pero si el discernimiento de los Virgo es tan refinado, estos hombres v mujeres también pueden captar rápidamente los defectos de su propio análisis original. Entonces lo modifican con consideración y cortesía, para acomodarlo a su nuevo y más escrupuloso análisis microscópico. La Virgo Martha merece que quienes comparten su signo solar la recuerden con respeto y gratitud. No sólo a los Vírgenes, sino a todos los diversos animales del zoo astrológico, les convendría reflexionar sobre el coraje inspirado por Vulcano que demostró Martha cuando se negó a dejarse acallar por las amenazas, y cuando nos 87 informó valerosamente, por los canales cada vez más menguados de la prensa todavía libre y crítica, que los «gorilas» del gobierno la habían maltratado. El ex Fiscal General del régimen de Nixon, John Mitchell, también es un Virgo, así que el matrimonio de Martha y John era una configuración de signos solares 1-1... como el vuestro, Virgo Virgo. A Martha la han olvidado demasiado rápidamente. Sus hijos deberían estar orgullosos de ella, y si nadie más lo dice, lo diré yo, francamente — en el capítulo de este libro donde analizamos la relación entre dos Vírgenes — en un esfuerzo encaminado a enaltecer la imagen de una turbada pero extraordinaria dama Virgo de admirable coraje, que ha sido tan injustamente difamada. Es demasiado tarde para ayudar a Martha, pero no para contribuir a que todos los hombres y mujeres Virgo se entiendan un poco mejor... y valoren el sincero amor que los une. El mismo tipo de amor que la Virgo Martha y el Virgo John conocieron alguna vez... exhibieron altivamente ante el mundo... y después perdieron. Como los Virgo siempre buscan definiciones, he aquí una del amor, para ellos: El amor es la prueba visible de que todos los hombres y mujeres experimentan una necesidad abrumadora de ser aceptados totalmente cuando menos por una persona además de sus Hacedores... Quienes, entre paréntesis, encauzaron un sabio mensaje para los Virgo (y para todos nosotros) por intermedio del bondadoso hijo de Galilea: Amaos los unos a los otros, como yo os he amado a vosotros. Esto abarca evidentemente los caprichos, los defectos, los errores, las equivocaciones, los traspiés, los pecados, las excentricidades y todo lo demás. ¡Está bien, Vírgenes, adelante, criticad a Dios y a su compañera, y veréis hasta dónde llegaréis! Ahora, por favor, callad. Dejaos de querellas y de regañaros el uno al otro y de regañarnos también a los demás, ¿de acuerdo? P. D. Aunque no accedáis a esta petición, os seguiremos amando. A veces, las críticas de Virgo son valerosas y necesarias. Firman afectuosamente. Los santos y pecadores de los otros once signos solares 88

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