sábado, 14 de abril de 2018

La relación VIRGO -LIBRA

VIRGO LIBRA Tierra - Mutable - Negativo Regido por Mercurio (también por el planeta Vulcano) Símbolo: la Virgen Fuerzas nocturnas — Femenino Aire - Cardinal - Positivo Regido por Venus Símbolo: la Balanza Fuerzas diurnas - Masculino La relación VIRGO -LIBRA ...cuando el primer bebé se rió por primera vez, su risa se quebró en mil fragmentos, y todos éstos salieron disparados, y éste fue el origen de las hadas... Esta es una charla tediosa... Los hombres y las mujeres Libra son tan regocijantemente inteligentes y, al mismo tiempo, son tan agradablemente optimistas, que a la mayoría de las personas les encanta, sencillamente, estar en su compañía. Basta que sonrían para que un salón de baile sórdido se torne rutilante. Son sacapuntas mentales, que estimulan vuestras ideas y hacen trotar briosamente vuestros pensamientos en el aire fresco de su lógica. Pueden conferir apariencia de cristales a las gotas de lluvia y transmutar las vulgares burbujas de jabón de la bañera o la ducha en un prodigioso montaje de quiméricos globos rosados. Pero... hablando de globos, ¿alguna vez intentasteis aporrear a uno de ellos? Es absolutamente inútil. El globo se limita a evadirse, tantas veces como lo machaquéis y golpeéis... siempre hinchado y refulgente y etéreo, siempre flotante. La frustración es tremenda. La única forma de causarle alguna impresión a un globo — si deseáis desinflarlo al pobrecillo, por alguna razón infame y siniestra — consiste en armaros de una aguja o un alfiler aguzado y puntiagudo. Aunque los Virgo son afables y corteses por naturaleza, están por cierto bien armados con paquetes íntegros de agujas y alfileres aguzados y puntiagudos... y nada puede desinflar en forma más rápida y certera la rotunda alegría y las benévolas burbujas de un Libra que los diminutos alfileres y agujas de las críticas correctivas de Virgo. ¡Pop! Entonces lo único que queda es un pequeño jirón de goma rosada, sin todo el aire que lo hacía tan redondo y ligero y feliz. En semejante estado no sirve para casi nada. Así como los Libra no sirven para casi nada, durante un largo lapso, después de estar sujetos a una andanada especialmente penetrante del realismo de Virgo. Como Libra es un signo cardinal y Virgo es un signo mutable, el o la Virgen aceptará durante mucho tiempo la lógica, las largas discusiones y el jubiloso optimismo de Libra, antes de esgrimir los alfileres y las agujas. El Virgo típico es un alma mansa, pacífica, que se abre y florece deliciosamente bajo el suave resplandor de Venus, el planeta regente de Libra. Durante un período, su convivencia será apacible, serena y mutuamente satisfactoria. No será sensacional, quizá, pero por otro lado tampoco será turbadora o desquiciante. Sólo un hermoso equilibrio de personalidades, motivaciones y objetivos, y una pulcra y limpia armonía de intenciones. A Libra le gusta que todo sea equilibrado y bello, a Virgo le gusta lo mismo. Deambularán juntos por la oficina, el hogar, el aula o la sala de conciertos, beatíficamente, y eludirán, en general, a todos los fumadores y bromistas, a todas las personas bulliciosas y groseras. Ordenarán recíprocamente sus cajones de calcetines, desempolvarán recíprocamente sus empates, lustrarán recíprocamente sus esperanzas, se alisarán el pelo el uno al otro... intercambiarán regalos que consistirán en cepillos de dientes y relojes despertadores... y se canjearán libros. Los marcos de sus retratos colgarán en posición simétrica, no levantarán la voz ni gritarán... y todo será melodioso y maravillosamente mundano. Gradualmente, Libra empezará a depender de Virgo para conservar los platillos de su Balanza correctamente yuxtapuestos, y empezará a confiar cada vez más en el espíritu servicial de Virgo. Como el Virgo medio no disfruta realmente de las fiestas muy concurridas ni de las ceremonias públicas en las que estás obligado a sonreír y a entablar conversaciones triviales cuando no tienes ninguna gana de lo uno ni de lo otro, y .como por lo general a Libra sí le gustan esos festejos, es posible que el Libra se acostumbre 89 insensiblemente a acaparar las diversiones y a pretender que Virgo asuma la responsabilidad de las rutinas monótonas y los deberes aburridos dentro de su asociación, ya se trate de hacer coincidir el debe y el haber de la cuenta bancada. .. de lavar la vajilla... de entretener a la tía Mildred y al tío Casper... de cuidar los niños... de cortar el césped... de seleccionar el alpiste, de clavar el linóleo, de reparar la lavadora (la mayoría de los Virgo tienen dedos mágicos y son prodigiosos en la mecánica), de regar el jardín del frente... de lustrar el auto... de colocar la alambrada del gallinero... de sacar a pasear el caballo... de cepillar el perro ovejero... de afinar el órgano... y de ejecutar todas esas faenas alegres y sublimes que no cautivan el gusto exigente del Libra. Antes de que pase mucho tiempo, se oirán rumores ominosos bajo tierra (Virgo es un signo de Tierra). Nada cataclísmico, sino sólo unos pocos temblores. Virgo empezará por explicar paciente y afablemente al Libra que él (o ella) no ha sido forjado en el molde de un felpudo, sino en el de un ser humano perfectamente normal. Luego, Virgo intentará transmitirle (siempre cortésmente) al sonriente globo rubicundo con hoyuelos y orejas rosadas que el sueño que acaricia desde la infancia no es realmente el de convertirse en valet, criada, chófer o mayordomo... ni el de triunfar en una carrera aunque sólo sea remotamente afín a estas otras. Virgo tiene ambiciones más variadas que la de ser deshollinador o casero. Libra escuchará paciente y respetuosamente la Declaración de Derechos del Virgo, y después de sopesar los pros y contras durante un lapso razonable, decidirá que las quejas de su interlocutor son justas, y que él (o ella) no ha estado tratando correctamente al Virgen. Entonces Libra ofrecerá generosamente asumir por lo menos la mitad de los deberes y responsabilidades, dejándole al Virgo abundante tiempo extra durante el cual él o la Virgen podrá mantenerse ocupado y ajetreado como más le plazca. Ésta parece ser la solución perfecta, la transacción ideal. Al principio. Después el Virgo empezará a entablar discusiones bizantinas y a criticar los esfuerzos del Libra, que sencillamente no estarán a la altura de la perfección que el Virgo aportaba previamente a esas faenas. Todos saben que a un perro ovejero no se lo cepilla hacia adelante, sino hacia atrás, para conferir más vitalidad a su pelambre. No se riega demasiado el césped, para no ahogarlo... y si no se le echa suficiente agua, se secará. En el coche lustrado quedaron tres manchas nítidas sobre el capó, para no mencionar el raspón que los malditos anillos del Libra dejaron sobre el parabrisas. (La mayoría de los Libra se chiflan por las joyas.) Llega la noche en que Libra clava el linóleo, deja unas chinchetas olvidadas en el suelo, y Virgo pisa una mientras marcha descalzo desde el dormitorio hasta la cocina para tornar su leche de magnesia. Entonces se arma la gorda, y cuando todo termina el pobre Libra ha quedado postrado sobre la alfombra, o despatarrado sobre el diván de terciopelo, con los platillos de su Balanza oscilando como un péndulo, y quizás incluso sollozando suavemente por tan tremenda truculencia. Probablemente el Virgo no se mostrará desmedidamente comprensivo. Una triple combinación de estreñimiento, enfado e insomnio puede transformar a los o las Vírgenes normalmente afables en criaturas nada semejantes al ángel de la misericordia. Pero probablemente se reconciliarán luego, y su vida volverá a marchar sobre rieles... hasta la próxima vez que Libra le endilgue a Virgo una disertación desmesurada sobre esto o aquello, y el Virgen se sienta nuevamente obligado a llenar de alfilerazos la encantadora lógica y el debate lírico de Libra. (Es posible que la segunda vez sea Libra quien pierda los estribos, y Virgo quien se acurruque en un rincón moqueando y sintiéndose odiado.) Sin embargo, los amigos, socios, parientes, amantes o consortes de estos signos solares, congeniarán durante la mayor parte del tiempo. Puesto que influye sobre ellos la vibración 2-12, lo más frecuente será que Virgo respete a Libra en lugar de encontrarle defectos, pues intuye que Libra tiene conocimientos que podrían hacer menos caótica la vida. Y los tiene. Ya que precede a Virgo en la rueda kármica, Libra puede enseñarles a los y las Vírgenes, con el ejemplo, los beneficios de una actitud más tolerante y desprejuiciada respecto de las discrepancias entre lo ideal y lo viable, tanto en uno mismo como en sus congéneres, y puede enseñarles asimismo a cultivar un carisma más informal y a comprender que la vida nos ha sido conferida para que la gocemos y no sólo para que clasifiquemos sus defectos por orden alfabético. Pero Libra proyectará este esclarecimiento hacia su amigo o amante Virgo con la tolerancia benévola que el signo más adelantado experimenta, hasta cierto punto, por el signo que lo sigue, en razón de haber pasado ya por esa experiencia espiritual (probablemente más de una vez). En conjunto, estos dos tienen mucho en común: mucho más que lo que tienen en oposición. Libra aprueba la estricta ética del trabajo de Virgo (por lo menos en principio), y casi la envidia. Virgo aprueba el espíritu de justicia y equidad de Libra, aunque los Vírgenes pasan por un trance traumático cuando los obligan a ser el público cautivo de las pendulares maratones de toma de decisión del Libra, con sus sí, sus no, y sus quizá, porque Virgo inteipreta semejante deliberación superflua como un derroche frustrante e innecesario de tiempo valioso. Seguramente habrá ocasiones en que Virgo pensará que Libra es perezoso o perezosa, lo cual es muy injusto por parte del o la Virgen, porque a los períodos de letargo de Libra los siguen infaliblemente 90 eclosiones de energía y entusiasmo verdaderamente impresionantes. Al fin y al cabo, una persona debe descansar en algún momento, cuando se divierte con tanta vehemencia y trabaja con tamo tesón como lo hace siempre el Libra, por partes casi iguales, equilibrando lo uno y lo otro tanto como es humanamente posible. Pero cada uno de ellos admirará y respetará inmensamente la inteligencia del otro, porque ambos están dotados, desde la cuna, de una cantidad considerable de células cerebrales en buenas condiciones de funcionamiento. Lo cierto es que las características similares de Virgo y Libra determinan que a veces sea difícil distinguir dichos rasgos. Un solo ejemplo es el del bello equilibrio de Libra... y la tendencia al orden de Virgo. Tengo un amigo Piscis cuyo horóscopo he rectificado perfectamente en el sentido de que tiene un ascendente Escorpión, aproximadamente un grado de Escorpión «ascendente». Ya hace años que él trata de persuadirme de que mi rectificación de su ascendente está «desviada» en un grado o dos, y de que en realidad tiene un ascendente Libra. Está convencido de ello porque tiene la obsesión específica de verificar su cartera mientras atraviesa una calle muy transitada, y si los billetes no están debidamente escalonados en el orden correcto (los de uno, después los de diez, a continuación los de veinte, y así sucesivamente), se detiene en medio del tráfico para redistribuirlos. Está seguro de que éste es un trauma de Libra. No lo es. Admito que podría parecer una enfermedad de Libra, pero en realidad es un síndrome de Virgo. Si Virgo no está en absoluto cerca de su ascendente, ¿por qué tiene semejante excentricidad? Porque Vulcano, el verdadero regente de Virgo (y un planeta muy poderoso), será descubierto e identificado muy pronto (véase el capítulo Virgo-Virgo), y actualmente irradia influencias controladas hacia la Tierra. Indudablemente, cuando nació mi amigo Piscis con el ascendente Escorpión, Vulcano estaba en conjunción con su Sol natal, en su horóscopo. Es una diferenciación muy sutil, pero si reflexionáis sobre lo que habéis aprendido acerca de los signos solares, podréis practicarla. Escalonar los billetes, dentro de la cartera, en el orden numérico correcto, es un rasgo obviamente virginiano. Un ascendente Libra generaría un problema diferente. Libra se detendría en medio del tráfico porque de pronto vacilaría entre dos alternativas: seguir cruzando la calzada, o volver al restaurante para servirse otro trozo de pastel de limón. El hogar o la oficina donde Virgo y Libra fusionan sus auras, generalmente es agraciado por una atmósfera feliz y armoniosa, que contiene y combina las configuraciones de paz de Libra, de un color claro delicadamente atenuado; la risa argentina y la mirada fresca y transparente de Virgo; los hoyuelos y la voz celestial de Libra, su brama de dulzura, sus nubes de gentileza, y su colonia o su talco, el aroma de jabón Ivory, propio de Virgo; bellos cuadros, ventanas relucientes e impecables, un fondo musical suave, el tintineo de los cubos de hielo de Libra en un vaso, sincronizado con el ritmo apaciguador de la calculadora de Virgo... y un par de chinchetas olvidadas en el suelo. 91 Mujer VIRGO Hombre LIBRA Qué raro que Wendy reaccionara bruscamente. Pero la habían exasperado mucho, y no sospechaba lo que ocurriría antes de que terminara la noche. Si lo hubiera sabido, no habría reaccionado así. Lo que azoró a Peter no fue el dolor de ese trance, sino su naturaleza injusta. Quedó totalmente desvalido. Sólo atinó a mirar, horrorizado. No obstante la compulsión de su signo solar a criticar, a descubrir defectos y a corregir- los, la mujer Virgo no anda por el mundo consagrando cada momento de su tiempo a discusiones bizantinas y melindres. Durante la mayor parte de sus horas de vigilia es una atractiva criatura femenina, con una personalidad plácida y agradable, una sonrisa dulce, y ojos centelleantes (todos los ojos de Virgo, como los de Géminis, centellean literalmente, cual si desde ellos refulgieran estrellitas... tierno toque mágico que el titilante Mercurio, el de los pies alados, confiera a ambos signos solares). El solo hecho de estar cerca de ella relaja al hombre Libra... o a cualquiera de nosotros. La presencia de la mujer Virgo es sosegante. Su aura contiene un elemento reconfortante y fresco y verde como una floresta, algo puro y blanco y suave, que parece penetrar la atmósfera circundante, apaciguando el espíritu de los atribulados y deprimidos. Un hombre Libra específico que conozco, que perdió a su esposa cuando se divorció de ella, aún no se ha recuperado de su tremenda sensación de vacío y soledad... y han transcurrido cinco años desde que se cortó el lazo, desde que se rompió el vínculo que los unía. Así que es realmente importante que la astrología procure impedir que todos los miles y miles de amantes o consortes Virgo-Libra del mundo experimenten un dolor análogo. Como os lo dirá cualquier Virgo práctico y sensato (los Vírgenes son aficionados a los aforismos): «Mejor prevenir que curar». Ajuicio de Libra, siempre es posible expiar y rectificar posteriormente un error, de lo cual resulta una reconciliación. Pero la Virgen típica sustenta una actitud un poco distinta, que ella no puede evitar, porque es una parte intrínseca de su naturaleza. Virgo ve los errores bajo una luz distinta. Cree, primeramente, que hay que comenzar por no cometerlos. Debemos admitir que ésta es una actitud muy lúcida, porque no es necesario expiar ni rectificar los errores no cometidos. Lógica pura, impecable. Por tanto, esta dama de la filosofía virginal se descoyunta, como una contorsionista mental y emocional, para no incurrir en errores que más tarde lamentará... y también para ayudar a que su hombre Libra no los corneta, en lo que concierne a su relación. Cuando sus esñierzos hercúleos fracasan, piensa que lo ha intentado (palabra demasiado suave para designar su plácida paciencia), y que nadie puede pretender más, ni siquiera de los ángeles. Por consiguiente, le resulta un poco más fácil enfrentar la conclusión de que es hora de cortar el vínculo con sus tijeras de Virgo. La mujer Virgo aceptará alegremente y de buen grado, durante años, las restricciones, los desengaños y las lesiones que sacuden, de cuando en cuando, todas las relaciones humanas... mucho, muchísimo más allá de lo que estipula el deber del amor (tal como se lo interpreta normalmente). Sacrificará sus propios anhelos... la canción matinal de su propio espíritu libre, que ansia liberarse... su propio ego y su orgullo, su necesidad de identificación personal... y se consagrará totalmente a la comodidad, la satisfacción, el éxito y la dicha del hombre Libra al que ama con tanta pureza (y al que también respeta, por supuesto, ya que el respeto es un elemento inseparable e integral del amor de Virgo). El hombre Libra también se esfuerza, porque, para Libra, la vida es categóricamente una inmensa nada cuando no se comparte con alguien especial. Por tanto, el hombre Libra se descoyuntará (simbólicamente) casi tanto como la mujer Virgo para mantener cohesionado un matrimonio o una relación amorosa. Sin un amor compartido y recíproco, sin una entrega a la sociedad de la pareja, el romántico Libra está auténticamente perdido. Para este hombre, su relación amorosa es un tesoro precioso e impagable, de modo que lo asegura de la mejor manera posible contra daños o extravíos... y para ser justos, la «mejor manera posible», tal como él la entiende, no está nada mal. El Libra típico, regido por Venus, derrama sobre su mujer Virgo una plétora de dulzura, ternura, consideración y afecto... excepto en aquellos miércoles y viernes ocasionales en que se transforma truculentamente en el más rabioso de los cocodrilos porque alguien (no necesariamente ella) le ha desequilibrado la Balanza, y entonces se siente atravesado, torcido, desgraciado y patas arriba. Pero se recupera rápidamente y retorna su personalidad normal, dichosa, afable, dulce... y la vida se torna nuevamente lírica y hermosa. Oh, es posible que siga desparramando sus calcetines por el suelo para que ella los recoja... que deje por ahí sus tazas y vasos para que ella los recoja y los lave... que flirtee un poco en las fiestas... quizá que estudie durante demasiado tiempo y con demasiada vehemencia o que en raras 92 ocasiones se exceda en el consumo de bebidas burbujeantes. Pero incluso con estos pequeños defectos, es tan rico en simpatía cautivante y hoyuelos, en sonrisas rutilantes y conversación encantadora, para no hablar de su intelecto casi siempre brillante, que continúa siendo un individuo bastante perfecto, incluso para una mujer Virgo (que utiliza un patrón muy severo para medir cualquier forma de perfección). La atracción sexual entre ellos no es ni devoradora ni débil, sino que está en un punto intermedio. A menos que exista un mal aspecto de las Luminarias entre sus cartas natales, este hombre y esta mujer generalmente descubren una forma poco común de plácida satisfacción y gozo en su abrazo sexual. Habrá momentos en que ella sentirá que él es demasiado abstracto, desde el punto de vista romántico, para su gusto... y otros momen- tos en que él sentirá que quizás ella alimenta una actitud demasiado prosaica respecto de la intimidad física. Pero la mujer Virgo a la que tratan con ternura despertará gradualmente a una comprensión sensual de la pasión, porque su naturaleza básica es «terrenal» y contiene niveles inesperados de respuesta para el hombre cuya forma de hacer el amor es suficientemente delicada y sutil como para estimular los deseos latentes de ella. En el caso de Libra, lo es. Incluso es posible que al cabo de un tiempo él conquiste la confianza de ella en la medida suficiente para transformarla en una sentimental, como lo es él... y para enseñarle que su búsqueda instintiva de «realismo» no pertenece al campo de su expresión sexual. Finalmente, ella estará en condiciones de dar y recibir amor con tanto afecto espontáneo, irrestricto, como su compañero guiado por Venus. 4. Al hombre Libra le resulta fácil dar por supuesta la aquiescente devoción de la mujer Virgo, persuadido por sus modales en general corteses y contemporizadores de que ella siempre estará a su lado para equilibrar la Balanza y restaurar la armonía, y de que ella no es en realidad tan agresiva o resuelta como para reclamar mucho para sí misma. ¡Ningún hombre Libra que haya leído el capítulo dedicado a la mujer Virgo en mi primer libro, Sun Signs (Los signos del Zodiaco y su carácter j, cometerá semejante error! Esta dama no es una dulce y ruborosa concubina ni una geisha genuflexa a la que el hombre puede darle unas palmaditas de vez en cuando en su bonita cabeza, y moldear plácidamente a su imagen y semejanza, convirtiéndola en un pálido reflejo de su propio estilo de vida y sus ambiciones. Ella también es un individuo, como él. Además, su verdadero planeta regente, Vulcano — deidad coja del trueno (véase el capítulo Virgo-Virgo) ejerce actualmente sobre todos los Virgo una influencia magnética que aumenta sistemáticamente, como un llamado lejano que se oye reverberar dentro del alma. Es posible que un día ella conteste el llamado y que parta, sencillamente... para seguir a su nueva estrella, Vulcano... para verificar si puede encontrarse... a sí misma, allí lejos, en alguna parte. Y quizá si puede encontrar, también, la respuesta al misterio esquivo del amor. El hombre Libra que cree equivocada (y ciegamente) que su dama Virgo es feliz con las migajas de su corazón, sentada junto a la chimenea como una Cenicienta sumisa, sana y salva, inmune al comportamiento no convencional, debería analizar la situación con su lógica de Libra. También debería tomar en cuenta que la Virgo Margaret Tmdeau, encantadora y apacible esposa del primer ministro Libra Pierre Tmdeau, de Canadá, la misma que era la imagen perfecta de la esposa y madre complaciente y totalmente satisfecha, rompió dicha imagen en forma desconcertantemente súbita cuando les informó suave, triste (pero categóricamente) a su atónito marido y al mundo en general que los dejaba a él y a sus hijos, porque no podía seguir soportando la presión. Después se remontó por el cielo tentador de sus sueños largamente cautivos, como lo hará un pájaro inquieto e inseguro cuando le dejan accidentalmente abierta la puerta de la jaula en una mañana luminosa. En realidad, esta mujer Virgo es un retrato «perfecto» de la Virgen actual, a la que el atronador Vulcano exhorta cada vez con más insistencia a probar sus alas. Probablemente Margaret Tmdeau ignora, en un nivel consciente, las implicaciones más profundas de su declaración personal de independencia. Sin embargo, los comentarios que hizo en 1978, cuando la entrevistó una revista, dejan traslucir un conocimiento creciente de su nuevo ser, transformado por Vulcano en una criatura inquieta, que practica las lecciones aprendidas de la Balanza de Oro de su consorte Libra cuando trata de equilibrar su razonamiento racional de Virgo, su sentido común «terrenal», y su realismo... con una búsqueda inusitadamente imaginativa, audaz e impulsiva de la «Vida, la libertad y la dicha». Para decirlo con sus propias palabras: «Extraño tremendamente a mis hijos, y amo a mi marido. Es la mejor relación que he tenido en mi vida. Mi partida fue sólo una proclamación de libertad. Realmente no sé qué ocurrirá, porque tal vez nunca podré dejarlo. Cualquier relación que podamos montar juntos será buena y apropiada para nosotros... ya se trate de un matrimonio o sólo de la mayor contigüidad que pueda existir entre dos personas para ayudarse recíprocamente a sobrevivir en una existencia que no es fácil. Si tuviera el poder necesario para blandir una varita mágica, yo estaría dichosamente casada, con montones de crios a mis pies, horneando pan, envasando conservas, preparando encurtidos, cantando... feliz». 93 Después agregó un mensaje anhelante, obviamente irradiado por Vulcano, lo supiera ella o no... un mensaje en el que reverbera la esperanza silenciosa y rutilante de todas las mujeres Virgo de todo el mundo, cuando piensan en los hombres Libra que amaron y abandonaron. «Quizás un día — musitó la Virgo Margaret Trudeau — , me alcanzará un rayo... y volveré a mi amado, mi leal Pierre.» El hombre Libra que ama a una Virgen, y que no le ha quitado últimamente el cerrojo a su jaula de oro, puede concentrar beneficiosamente la equidad y la justicia de Venus, y sobre todo la sabiduría de Libra, y rumiar larga, largamente estas palabras inteligentes y auténticamente nacidas del corazón. En 1969 tuve una curiosa experiencia. Un amigo mío Virgo había escrito una melodía frágil, pero arrebatadora, que me fascinaba. No tenía letra. Una tarde de diciembre, en medio de una tormenta de nieve, en Nueva York, mientras él interpretaba la melodía en un estudio de grabación, sentí la compulsión de coger un bloc y un lápiz y de garrapatear la letra de esta canción de Virgo. Las palabras brotaron sobre el papel, de primera intención, con una métrica perfecta, en no más de cinco minutos, y entonces comprendí, por supuesto, que yo no era realmente la autora, sino que habían sido encauzadas por mi intermedio desde una fuente superior, por alguna razón que no atiné a comprender en ese momento. En homenaje al compositor Virgo, la titulé «Canción de Vulcano». Pero cuando él volvió a interpretar suavemente la melodía y entonó la nueva letra, se produjo un fenómeno asombroso. Súbitamente, su voz fue ahogada por el potente retumbar de una serie de truenos. ¿Truenos en diciembre... con nieve? «Vulcano atruena su aprobación», dijo el Virgo, sonriendo (Vulcano no es un planeta masculino, sino femenino). A la mañana siguiente los periódicos de Nueva York publicaron la historia de los «truenos sin precedentes» del día anterior, durante una copiosa nevada. No pude dejar de preguntarme si la voz atronadora de Vulcano confirmaba como una profecía válida el sentimiento que yo había volcado impulsivamente, a la manera ariana, un año antes, en mi libro Sun Signs, a saber, que este planeta será redescubierto, aproximadamente en el curso de una década, girando cerca del Sol y Mercurio (el actual regente adoptivo de Virgo). Me hice esa pregunta porque no soy profeta, ni he deseado serlo. Aquello sucedió a fines de 1969 y comienzos de 1970. Esto lo escribo en 1978. Y sigo formulándome la misma pregunta. Porque me siento inexplicablemente impulsada a dedicar esta humilde canción, casi olvidada, de 1969-1970, a Margaret Trudeau... y a todos los hombres y mujeres Virgo que han experimentado recientemente dentro de sí los aleteos de un vago anhelo... que les produce una sensación de cambio cercano, una especie de aflojamiento de las restricciones. Que quizá no se producirá mañana ni pasa- do, que quizá no se puede medir en semanas o meses. Pero dentro de un par de años... ¿quién sabe? CANCIÓN DE VULCANO... Búsqueda de Virgo hay una Estrella que nunca he visto perdida dentro de una plegaria y misteriosamente, la respuesta al amor está allí debo ir a donde nació esa estrella... hace muchos años entonces misteriosamente... conoceré la respuesta al amor oculta por la medianoche... pero próxima al Sol montada sobre una nube remota ¿cómo puedo verla, con ojos eternamente ciegos? ¿marchando a tropezones con la muchedumbre? sin embargo debo buscar mi Estrella a solas sólo un sueño o dos atrás pero en alguna parte... la respuesta al amor sé... que hallaré Aun ahora, Venus de Libra brilla con un poco más de fulgor... irradiando un mensaje silencioso que dice que el agotador tiempo de la espera ya casi ha terminado, que pronto se reencontrará lo perdido... y que pronto se 94 reunirá lo que se separó hace mucho. Sí, la hora de Vulcano es inminente. No importa lo que digan los astrónomos científicos. Antes de que hayan transcurrido muchas lunas, en alguna parte, en un claro crepúsculo, uno de ellos apuntará excitado hacia el firmamento que canta suavemente y gritará: «¡Mirad! ¡Allí arriba, cerca de Mercurio! ¡Una nueva estrella!». Es posible que al principio la bauticen con un nombre falso. Pero no importa. Así como los astrónomos fueron guiados por sus personalidades superiores para cambiar finalmente el nombre del planeta «Herschel» por el de Urano, obedeciendo sin saberlo las antiguas profecías de Acuario... así también serán guiados nuevamente por un Poder que escapa a su control científico para designar finalmente a la nueva «estrella» con el nombre de Vulcano... cumpliendo así otro de los nacimientos predestinados de la astrología. Como Vulcano, la deidad coja del Trueno, gira cerca de la protección de Apolo, el dios Sol, no es posible ver al planeta en la luminosidad del día... ni por la noche. Vulcano está «oculto por la medianoche, pero próximo al Sol», lírica y literalmente. Habrá que descubrirlo cerca del amanecer o el crepúsculo. El amanecer es mejor. El crepúsculo encierra para Vulcano tristes remembranzas de tragedia... remembranzas que preferiría olvidar, respecto de Set y Osiris. Sí, el amanecer es mejor. La aurora, justo cuando empieza el nuevo día, en el momento en que la estrella matutina (Venus de Libra) se pierde de vista sobre el horizonte, para soñar un poco... antes de regresar cuando oscurece. Hombre VIRGO Mujer LIBRA Supongo que todo fue especialmente cautivante para Wendy... ¡Qué historias contaron, antes de que llegara el momento para la historia de despedida de Wendy! Generalmente, cuando ella empezaba a contar esta historia, él abandonaba la habitación o se cubría los oidos con las manos. La mujer Libra te recuerda muchas cosas. A algunas personas les hace evocar el cruce entre un globo flotante y una almohada. Una almohada blanda, mullida, rellena de plumón, forrada con raso o terciopelo, con borlas de seda, encantadoramente redondeada y tentadora. No dije gorda. Sólo redondeada, lo cual implica que es curvilínea. Más o menos como las mujeres salpicadas de hoyuelos que se complacían en pintar Miguel Angel, Rembrandt y Da Vinci: los maestros. Bella y opulenta. A otras personas les recuerda un arpa de oro. A veces lo que genera esta imagen es el hecho de que «vibra» por varias cosas cuando la estimulan mentalmente, pero sobre todo es consecuencia de su voz melodiosa y de su talante musical. Es tan encantadora, tan grácil, tan resueltamente alegre... y huele divinamente. Casi todas las mujeres Libra están bien provistas de jabones aromáticos, perfumes, colonias, talcos... velas fragantes e incienso exótico. Muchas de ellas tienen las campanillas de un templo colgadas sobre la cama. Libra rige al Oriente misteriosamente sabio, y posiblemente es por ello por lo que muchos Libra son aficionados al Zen y a Zenón. Si esto parece contradecir sus sentimientos y su naturaleza afectuosa inspirados por Venus, debéis recordar que estas contradicciones constituyen el fin cabal de la Balanza de Libra. En un platillo colocáis unos cristales granulados de dhyana Zen y del estoicismo de Zenón... en el otro una dosis cuantiosa de simpatía pulverizada y de dulce sentimiento, con una pizca de trémula vulnerabilidad. Después los equilibráis, de manera que estén precisamente nivelados. Muchísima suerte. Los Libra no son personas simples, desprovistas de complicaciones. Es posible que a menudo asuman la forma y el perfil de alegres pirulines, decorados con sonrisas soleadas y rutilante encanto... pero siempre está presente esa «doble Z» oriental. Las campanillas del templo, las velas y el incienso. La sabiduría antigua. La mujer Libra le hará evocar al hombre Virgo que la ama todas estas imágenes de belleza, tales como las almohadas mullidas, los globos, los pirulines, las nubes y los cuadros de los maestros... cuando su Balanza se inclina en esa dirección. Pero posiblemente habrá circunstancias en que le hará evocar otras cosas. Como su viejo sargento mayor del ejército. O su brigada, si estuvo en la marina. Esta última imagen es indigna de la mente clara y concisa de Virgo. No encaja bien. Hay algo un poco desnivelado en ella, no del todo perfecto, pero no sé con certeza por qué. Acaba de ocurrírseme qué es lo que falla en ella. Es 95 más afín al carisma de él que al de ella. Esto es lo que falla. Brigada, chief petty officer, en inglés. ¿No sería mejor, quizá, decir Chief of Pettiness, o sea, Jefe de mezquindad? Sólo lo estoy preparando para la lógica brillante que le opondrá este equipo polémico formado por una sola mujer si alguna vez él cometiera un traspié y le aplicara semejante mote. Él lamentará haberse metido en ese jaleo. También es posible que aprenda que sargento mayor es una designación más apropiada. La única razón por la que él empezó a concebir, al principio, dichas imágenes de autoridad, consiste en que esta dama se las ingenia para maniobrar afable, insistente y tenazmente hasta salirse con la suya y dominar a las personas más sumisas que la rodean. Es cierto que casi nunca o nunca alza la voz o blasfema. Venus castiga severamente a los Libra cuando éstos cometen la impertinencia de maldecir o gritar. A cualquier estallido de esta naturaleza lo sigue siempre el remordimiento. Sin embargo, a pesar de sus modales cautivantes y de su dulzura, ella se las apañará de alguna manera para hacerle compartir su manera de pensar en casi todos los asuntos de mucha o poca envergadura. Lo cual puede ser un problema, porque a este hombre lo altera mucho que ella le haga compartir su manera de pensar. Generalmente ella coloca dos ideas en los platillos de su Balanza, espera un rato hasta que se asienten, lee el peso... y una de ellas sale victoriosa. Ésta es su manera de pensar. El hombre Virgo típico no soporta, sencillamente, que le atiborren la mente con dos opiniones antagónicas al mismo tiempo. Prefiere concentrarse en una toma de decisión rápida, entre una y otra. Analiza cuidadosamente cada detalle minúsculo de los defectos y las virtudes de ambas alternativas, elige una, y descarta la otra veloz y eficientemente. Escapa a su imaginación que alguien pueda andar tanto tiempo transportando el pesado lastre de las decisiones inconclusas. Virgo odia las decisiones inconclusas casi tanto como odia las camas deshechas. Aun los rarísimos Virgo «negligentes» sufren tenebrosos accesos de autorreproche, incluso de autoaborrecimiento, por haber permitido que su entorno cayera en semejante desorden. Cuanto más se aplaza y posterga el proceso de organización, tanto más empeoran las cosas, hasta que se genera un círculo vicioso. Sin embargo, a pesar de su tendencia a preocuparse y agitarse y fastidiarse por trivialidades, y a pesar de su insistencia en sustentar actitudes mentales pulcras y ordenadas, etcétera, etcétera, este hombre, al igual que ella, puede contradecir su quisquillosidad con largos períodos de sosiego. Entonces puede apaciguar el espíritu de Venus... con su propia y especial canción de cuna impregnada de nostalgia. Hay algo muy plácido y sereno y refrescante en su mirada. En esas oportunidades él se desplaza y habla apaciblemente, en voz baja. Su presencia puede ser tan discreta, y al mismo tiempo tan reconfortante, relajante y estimulante, que es una de las pocas personas que pueden mantener equilibrado el talante de ella y devolverle su natural vivacidad y optimismo venusinos, después de un trance particularmente grave de impotencia e inseguridad letárgicas. La tierna consideración de Virgo trueca las lágrimas de Libra en sonrisas, y determina que todo parezca nuevamente rutilante y teñido por los colores del arco iris, como una hoja de papel limpia y blanca... un nuevo comienzo. La depresión siempre le produce más dolor a Libra que a otras personas, porque es una condición muy rara para esta mujer. Cuando su Balanza oscila hacia abajo, la abrama la mano pesada de la desesperación, y puede sentirse muy, muy sola, sin saber muy bien por qué, sin poder identificar el motivo. Todo le parece lúgubre y gris. Su imaginación vivida exhala una espesa brama de posibilidades tétricas, cubre sus ojos con una película vidriosa de inexpresividad, y agota su energía física, de modo que lo único que le queda por hacer, prácticamente, es tumbarse y meditar en un vacío de terciopelo. Incluso el repique de las campanillas del templo la fastidiará. Su delicada música tintineante sonará como la sirena ululante de un auto policial... su incienso olerá como caucho quemado. En esos momentos su hombre Virgo podrá ser inmensamente reconfortante, como una mano fresca, terapéutica, aplicada sobre tu frente cuando estás afiebrado y desasosegado. Muchos Virgo se convierten en excelentes médicos y enfermeras. Son algo así como hierbas humanas, porque la esencia de Virgo está estrechamente emparentada con los elementos verdes, con las cosas que crecen, con los espesos y umbríos bosques de pinos de la Naturaleza... y con los lagos serenos. La esencia Libra de ella está hecha de la dorada nostalgia bruñida del otoño y de la maravillosa belleza del poniente, salpicada de avidez... y por tanto se amalgama bastante bien con los tonos y colores áulicos de él, invisibles pero nítidamente sentidos, propios del veranillo de San Martín. Su expresión sexual reproducirá esta amalgama de sus auras. Siempre existe un elemento de paz y sosiego en el acto amoroso entre la etérea mujer Libra y el terrenal hombre Virgo. Sus intimidades son de alguna manera descansadas y relajantes. Si la carta natal de uno de ellos o de ambos muestra la Luna o el ascendente en un signo de Fuego, su pasión se intensificará, y su consumación física contendrá una urgencia más dramática. Pero la unión sexual típica de Virgo y Libra compensará con su plácido bienestar y su mansa satisfacción lo que pueda faltarle de deseo apasionado. Existen muchos niveles en la demostración física del amor entre dos 96 personas, y cada nivel genera su propia dimensión especial de dicha y asombro. Pero él deberá tener la precaución de no desequilibrar la Balanza de ella con críticas, aunque éstas sean tácitas y sólo se traduzcan en miradas de reproche... sobre todo cuando se aproxima la hora de su fusión. La mujer Libra anhela y necesita sinceramente que la amen como se ama a una diosa, con mucha elocuencia y una entrega total. Adora que la adoren, y la crítica puede arrojar cubos de agua fría sobre la adoración, congelándola en carámbanos de resistencia y frigidez. Como al hombre Virgo nunca lo consumen, en el mejor de los casos, los fuegos de la pasión abrumadora, su reacción consistirá en volverse aún más frío y desapegado, levantando entre ellos una barrera innecesaria que habrá que disolver antes de que puedan comunicarse nuevamente sus sentimientos y emociones con sus personalidades íntegras. Ya sea que el hombre Virgo que ella ama luzca la etiqueta de una edad cronológica ilusoria de dieciséis o noventa y dos años — o cualquiera de los falsos rótulos intermedios — la mujer Libra podría verlo bajo una luz auténtica si meditara sobre su arquetipo, el Virgo Howard Jarvis. Éste es el que, como sabéis, experimentó dentro de sí el trueno poderoso de su planeta regente que será descubierto en breve, Vulcano (ved el capítulo Virgo-Virgo y las páginas precedentes de esta sección), y se sintió impulsado a batirse por la gente común. Sus esfuerzos incansables y su paciencia finalmente convirtieron en realidad, en 1978, la aprobación de la ahora famosa «Proposición 13», simultáneamente bendecida y abominada. Es muy propio de un hombre Virgo que, secretamente estimulado por el palpitante mensaje de cambio que le envía Vulcano, y por el nacimiento de una nueva agresividad personal, consagre todas sus energías a colaborar con los demás para ayudarlos a emanciparse, muy tardíamente, del puño de hierro de la atroz voracidad fiscal... hasta hacer promulgar, por sí solo, mediante la tenacidad de Virgo, las reformas tributarias más drásticas y más desesperadamente necesarias de éste o cualquier otro siglo. ¡Es delicioso que un Virgo critique tan claramente las torpezas burocráticas y los fastuosos derroches imperiales de los gobiernos locales y estatales a expensas de quienes no pueden darse el lujo de cargar sobre sus espaldas el peso de semejante despilfarro! Es cierto que durante su cruzada, Howard Jarvis olvidó con frecuencia la cortesía y la afabilidad de Virgo, y adoptó otros rasgos típicos de su signo solar, como la terquedad, el mal carácter y la quisquillosidad... porque estaba exhausto, secretamente preocupado y tenso por su papel de David solitario, que enfrentaba a los Goliats del gobierno sin más arma que la honda del pensamiento lúcido,, la evaluación honesta y la integridad de propósitos. Es cierto, también, que hubo y aún hay muchas objeciones justas respecto de algunos resultados indeseables de la Proposición 13. Pero ni siquiera Virgo puede crear la perfección absoluta dentro de la «imperfección» de la estrucñira tradicionalmente menos que ideal de «la ley» misma... y de la criatura tentacular caprichosamente conocida por el nombre de política. El corolario, sin embargo, fue que gracias a la «Proposición 13» de Howard se oyó hasta Washington el fuerte tañido de las campanas de la libertad y la reforma, que hizo temblar a los legisladores. Éstos vieron la vivida escritura en la pared, como el personaje bíblico, y dicha escritura había sido trazada por un público colérico, al que el Virgo Jarvis le había revelado los vicios del indolente y extravagante despilfarro gubernamental, fundado sobre la sangría del incentivo de cada ciudadano individual a trabajar y a retener una compensación justa por sus afanes. En 1978, después de su gran victoria, Howard Jarvis fue entrevistado en un programa de televisión respecto de la «Proposición 13». Inesperadamente, mientras lo interrogaba una periodista, la voz del hombre Virgo tembló cuando se sintió prácticamente obligado a decir: «Es estupendo que un hombre de mi edad, setenta y cinco años, pueda hacer por el pueblo de California más de lo que nadie ha hecho jamás por él». Luego, el- Virgo Howard Jarvis se sorprendió indudablemente más a sí mismo de lo que sorprendió al público televidente cuando perdió el control y se echó a llorar abiertamente, mientras su entrevistadora lo abrazaba espontáneamente, también conmovida hasta las lágrimas. Ésta es la imagen más nítida del hombre Virgo que podrá tener el privilegio de contemplar la mujer Libra que lo ama. Por mucho que él la ame a cambio, con todo el corazón y la mente y el alma, debe seguir siendo leal a su propio signo solar, y debe colocar el servicio a los demás por encima de todo, incluso por encima de sus propias necesidades y, sí, si el deber, la responsabilidad y la dedicación lo exigen, también por encima de las de ella. Su programa rutilante consiste en mejorar de alguna manera el mundo en que vive, en hacer todo lo posible por extraer orden del caos y la confusión, en aclarar los errores de los terráqueos, ya sean éstos los que él ama personalmente o perfectos desconocidos. Se siente impulsado a transformar el smog y la contaminación del pensamiento humano en el aire fresco de la armonía y el equilibrio de ella, o sea de Libra. Éste es su destino, y las vibraciones de Vulcano que siente desde hace poco tiempo aumentan su compulsión a seguir su estrella, para cumplir su misión de Virgo. Y por tanto... si este hombre no le suministra a la dama Libra toda la atención, todo el sentimiento y el afecto que ella anhela constantemente, 97 ella deberá esforzarse un poco más por ser equitativa al juzgar su corazón afable y sus motivaciones puras, por manifestar compasión respecto de sus pensamientos a menudo atribulados, y por entender que su necesidad compulsiva de criticar contiene las semillas de un nuevo tipo de libertad para él mismo... para el mundo... y para su propia relación. Ella también puede prestarle una importante ayuda. Con su tendencia a preocuparse no obstante su intelecto brillante, el hombre Virgo siempre corre peligro (más que la mayoría de los otros signos solares) de caer víctima de la programación y el lavado de cerebro de quienes dictan una edad cronológica falsa e ilusoria, después de la cual uno está más o menos obligado a morir, para no hablar de que se pretende cabalmente que «envejezca» varias décadas antes de esta fecha arbitraria. Howard Jarvis se equivoca. Todavía es un hombre joven, que no ha completado su misión... a menos que continúe imaginando tan vividamente lo contrario, y se niegue a liberarse de las cadenas del pensamiento precondicionado. La mujer Libra está deliciosamente capacitada para convencer amable, tiernamente, al hombre Virgo que ama, de que puede optar por vivir mucho más allá del límite del siglo, tal como se lo propusieron nuestros Co- Creadores (véase el capítulo Virgo-Virgo), sin sacrificar ni su aspecto juvenil ni sus energías juveniles. Si ella consigue despertar su curiosidad, él buscará los medios y recursos para realizar este milagro, con el mismo tesón con que. Howard Jarvis se batió por la «Proposición 13». Y guiado por el poderoso Vulcano, él está en condiciones de hallar y comprender la fórmula secreta que espera, desde hace incontables eones, su redescubrimiento. 98

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