sábado, 14 de abril de 2018

La relación VIRGO-ACUARIO

VIRGO ACUARIO Tierra - Mutable - Negativo Regido por Mercurio (también por el planeta Vulcano) Símbolo: la Virgen Fuerzas nocturnas — Femenino Aire - Fijo - Positivo Regido por Urano Símbolo: el Aguador Fuerzas diurnas - Masculino La relación VIRGO-ACUARIO Un árbol de Nunca hacia grandes esfuerzos por crecer en el centro de la habitación, pero todas las mañanas serraban el tronco, al ras del suelo. Como a Virgo le encanta poner orden en el caos, y como a Acuario le encanta poner caos en el orden, estos dos signos solares deberían representar, el uno para el otro, el colmo del desafío. Los Acuario saltan de un lado a otro formulando profecías y predicciones tan jubilosamente como los meteorólogos (y con mucha más precisión). Reivindican su derecho a ser individualistas y se niegan a tomarse a sí mismos, o a tomar a quien sea, en serio, mientras abordan la vida con refinada y negligente displicencia. Naturalmente, todo esto fascina a los metódicos y ordenados Virgo, que no se atreverían a profetizar o predecir el futuro (están demasiado atareados analizando el pasado y diseccionando el presente), que se toman muy en serio a sí mismos y hacen otro tanto con todos los demás... y que no abordan nada con negligente displicencia. Los Virgo pueden recitar la arenga de Gettysburg del presidente Lincoln sin omitir una coma. Mantienen el equilibrio entre las entradas y salidas de sus cuentas bancarias, y también entienden los complicadísimos horarios de las líneas aéreas y la necesidad de conservar el talón de la entrada de cine por si hay que salir a verificar si se ha agotado el tiempo en el parquímetro. Naturalmente, todo esto fascina a los distraídos Acuario, que nunca atinan a recordar si fue Lincoln o Franklin D. Roosevelt quien pensaba que esta nación del pueblo, por el pueblo y para el pueblo nunca deberá desaparecer de la faz de la Tierra (ambos presidentes eran Acuario, así que es fácil confundirlos); cuyas cuentas bancarias se resisten empecinadamente a mantener el equilibrio entre entradas y salidas; que siempre entregan a las azafatas de los aviones las entradas de cine y a los atónitos acomodadores de cine los billetes de avión... para no hablar de que nunca recuerdan dónde aparcaron sus bicicletas o sus platos voladores, y al diablo con el parquímetro. A estos dos les gusta estudiarse el uno al otro, preferentemente desde lejos. Ninguno quiere acercarse demasiado antes de haber elucidado algunas de las reglas del juego que juega el otro. Inicialmente necesitan un poco de impulso para reunirse. Por ejemplo, que un amigo común los presente insistentemente, o que el destino imperativo los haga nacer en un mismo círculo familiar. Sin embargo, una vez que forjan su relación, ésta casi nunca es monótona. Los Acuario, regidos por el planeta de la blitzkrieg, Urano, se niegan perversamente a pensar, hablar o actuar como los demás, pero pretenden que todos los quieran y no parecen entender por qué quienes no están sintonizados en su frecuencia zigzagueante los consideran unos enigmas. Se sienten atraídos por todos los conceptos o ideas que les pasan delante de las narices, hasta que les extraen toda la verdad, se cansan del juego, y pasan a la siguiente posibilidad seductora. Lo que los intrigó ayer será borrado mañana de la mente, que quedará a disposición de la próxima ecuación nueva y excitante. Un elemento de confusión que se interpondrá entre ellos será el portentoso talento de Virgo para los detalles. Virgo casi nunca olvida un nombre, una cara, una suma, una fecha o una dirección. Los Acuario pueden olvidar a la gente, los lugares, los bolígrafos, los animalitos domésticos, los paraguas y los tíos. (Sin 126 embargo, es poco probable que el uno o el otro extravíe su cartera.) La propensión de los Acuario al olvido se puede rastrear hasta la renuencia de estos hombres y mujeres a atiborrar sus mentes con datos y detalles innecesarios cuando hay tantos asuntos de gran magnitud para investigar y elucidar. Gertrude Dial, una amiga mía Acuario, de Cripple Creek. Colorado, siempre se las apaña para acordarse de su cartera y de su alarma contra robos (es propietaria de una tienda de antigüedades y de alhajas indias de turquesa), pero tiene fama de ser un poco despistada, de tiempo en tiempo, cuando intenta deslizarse por el sendero de la memoria ayudada por un mapa de carreteras de Urano, típicamente ambiguo. Siempre seguiré impresionada por la imagen del día de invierno en que estábamos conversando en su tienda, y un hombre cubierto de nieve irrumpió en el recinto, estrechó a Gertrude en un abrazo de oso polar, y exclamó: — Gertrude, cariño. ¿Cómo estás? Ella le devolvió el abrazo de oso, mientras contestaba: — Estoy muy bien. Cuánto me alegro de verte. — Entonces se volvió y me dijo — : Linda, quiero presentarte a uno de mis más viejos y más íntimos amigos. Este es... ejem... éste es... — y lo miró, con los ojos velados por la bmma de la confusión de Urano — . Creo que éste es... eh... Jim. No, quiero decir Richard... quiero decir Tom... eh, o sea, eh... ¿cómo te llamas, después de todo? Conviene notar que este tipo de vaguedad mental de Acuario es la sustancia de la que está hecho el genio. La negativa a molestarse en memorizar datos intrascendentes, deja a estos hombres y mujeres en libertad para generar ideas asombrosamente originales, corazonadas misteriosamente precisas, y una percepción fulminante de los elementos realmente importantes de la vida. De modo que no deberíamos escarnecer ni menospreciar la distracción que exhiben los Acuario cuando sus pensamientos andan vagando por las nubes. Pero los Virgo la escarnecerán. La escarnecerán y preguntarán: «¿Cómo es posible que alguien olvide el nombre de un amigo íntimo?». Esta falta de disciplina mental y esta trasgresión a las normas de la urbanidad horroriza a las almas de Virgo, que tienen una memoria minuciosa y son puntillosamente corteses. Sencillamente no atinan a entender semejante pereza y desorden intelectuales. ¿Será necesario que les informemos que la Acuario Gertrude Dial recuerda el coste exacto de cada una de sus centenares de alhajas de turquesa, el año en que fueron fabricadas, quién fue el indio que las confeccionó, cuántas piedras hay engarzadas en cada una... todo esto con los ojos cerrados? Sí, será necesario. A veces hay que alertar a los Virgo acerca de la conducta ilógica de Urano, para que no subestimen la imprevisible perspicacia del intelecto intuitivo de Acuario y no caigan en sus propias trampas. Los Acuario no tienen tiempo ni paciencia para prestar excesiva atención a los buenos modales extraídos de los libros de etiqueta. Tienen algo más importante: un buen corazón. Los Virgo también son seres de buen corazón, e inteligentes, por añadidura, pero son más tímidos, menos maravillosamente impetuosos que los Acuario a la hora de demostrarlo. En tanto que Acuario desemboca instintivamente en un acto de caridad o en una brillante conclusión intelectual, mediante una especie de invisible proceso telepático, Virgo desemboca en lo mismo mediante una indagación y un análisis concienzudos, y no instantáneamente, como los Aguadores, sino en el momento justo. ¿Justo en qué mo- mento? ¿Alguien preguntó la hora? virgo: Son exactamente las seis menos diecinueve minutos de la tarde. acuario: ¿La hora? ¿Qué hora es? Esto, bueno... ¿es la tarde, no es cierto? No, debemos de estar más próximos al anochecer. Acabo de notar que se está poniendo el Sol. Entre paréntesis, ¿por qué la ciencia dice que el Sol se pone y se levanta, cuando es la Tierra la que gira alrededor del Sol, y no a la inversa? Quiero decir, ¿por qué no decimos que la Tierra se levanta y se pone, en lugar de decir que el Sol se levanta y se pone? Es cierto, ¿por qué no? ¡Esto le dará a Virgo un tema para cavilar y analizar durante los próximos catorce minutos y tres segundos, por lo menos! He aquí otra observación lanzada como al descuido, pero brillante, por un vulgar Aguador de jardín, el cual vierte preguntas que en realidad son respuestas, con el típico estilo de Urano. Un Acuario casi nunca se disculpa por sus defectos o excentricidades, en tanto que el Virgo típico dice «Lo siento», afable y seductoramente, cada vez que comete la menor trasgresión contra la tradición o las nociones populares de conducta. Una vez vi a un Virgo que le decía «Lo siento» a su codo después de golpearlo descuidadamente. En verdad éste es un rasgo enternecedor. Los Virgo varones o mujeres arrugarán preocupados su mente o su corazón cuando piensen que los demás desaprueban algo que han dicho o hecho, pero los Acuario de uno u otro sexo apenas oyen a la persona que les cuenta chismes, sobre todo cuando los 127 rumores giran en torno de ellos mismos. Al Acuario le entran por un oído y le salen por otro: tienen la afortunada lucidez de saber que no se puede complacer a todos... y por tanto hacen lo que se les antoja sin esforzarse por complacer a nadie. Les encanta que los quieran, y se sienten perplejos y agraviados cuando sus amigos los critican, pero esta reacción no dura mucho. Quizá dos o tres minutos. A continuación Acuario se aleja jubilosamente, al trote, silbando una melodía a la inversa... y arroja unos cuantos deseos en el pozo de las monedas. (No, no quise decir monedas en el pozo de los deseos. Quise decir deseos en el pozo de las monedas. Si queréis estar en condiciones de jugar algún día al ta-te-ti con estos individuos, deberéis aprender el arte de la comunicación a la inversa.) Los Acuario son los terráqueos más motivados por la curiosidad que llegaréis a conocer. Los Virgo también lo son, pero a menudo están escindidos entre la cautela y la curiosidad. Vacilan y analizan y quieren reflexionar minuciosamente antes de actuar, lo cual los priva de la espontaneidad, una cualidad que pueden aprender de los Acuario, mientras éstos asimilan de Virgo una indispensable lección de discernimiento. En lo que casi siempre concuerdan (relativamente) es en la manera de gastar el dinero. Cuidadosamente. Sin embargo, es posible que Virgo sea un poco más cuidadoso que Acuario, porque Virgo piensa que si quieres practicar la generosidad, antes deberás ser ahorrativo. Los Carneros y los Leones y los Peces y los Arqueros, que andan por el mundo esparciendo dinero entre amigos y desconocidos por igual, ofuscan a los Vírgenes, que alertarán a los derrochadores contra semejantes despilfarras irreflexivos, recordándoles que la caridad bien entendida empieza por uno mismo. Si esto no resulta, insistirán diciendo: «A medida que te vuelves más gastador, debes volverte menos generoso». Yo soy Carnero, así que no apruebo semejante filosofía ni por un segundo, pero me limito a describir las características astrológicas, sin endosarlas. Sea como fuere, ni Virgo ni Acuario será propenso a dilapidar el dinero, ni a gastar pródigamente en sí mismo. Sin embargo, los Acuario, influidos por un poderoso anhelo humanitario, se preocupan bastante por el futuro de sus hermanos y hermanas que pueden padecer inanición, a medida que se cierne sobre la Tierra el peligro de una hambruna. Los Virgo se preocuparán junto con ellos. La preocupación es la especialidad de los Virgo: se enorgullecen de ella y la han refinado hasta convertirla en un arte. Veréis, sus simpatías son análogas, pero su manera de expresarlas es un poco distinta. La preocupación de ambos es sincera, pero Virgo es mucho más concreto a la hora de enunciarla. ACUARIO: Piensa qué cantidad tan reducida de alimentos reciben los niños de otros países, cuando se los compara con los chicos norteamericanos. Efe triste, y chocante. VIRGO: Sí, lo es. Me pregunto si la gente se da cuenta de que exactamente treinta niños biafreños, por ejemplo, deben subsistir con la misma ración de alimentos que ingiere un solo niño norteamericano sano. Es realmente aterrador. ACUARIO: ¿Sabes que todo el fertilizante que utilizamos cada año, sólo en este país, con fines ornamentales — por ejemplo en campos de golf, prados y jardines, que podrían prescindir fácilmente de él durante un breve lapso — implicaría, para algunas naciones, la diferencia entre la vida y la muerte? VIRGO: Lo que dices es muy cierto. Nosotros lo sabemos, pero si al menos hubiera una fama de hacer entender a los otros norteamericanos que si prescindieran de usar sus abonos con fines ornamentales durante sólo doce meses, habría suficiente fertilizante para duplicar con creces la producción de cereales en la India, donde tantos millones de personas mueren literalmente de hambre. ACUARIO: Yo pensaba que es muy costoso transformar los granos en carne, y que si los norteamericanos... VIRGO: ¡Precisamente! Se necesitan diez kilogramos de granos para producir medio kilogramo de carne. Por favor, disculpa la interrupción. ACUARIO: No te preocupes. Como decía, si los norteamericanos comieran menos carne, se podría. . . VIRGO: Si los norteamericanos comieran sólo un diez por dentó menos de carne durante cincuenta y dos semanas, o un año, quedarían disponibles más de doce millones de toneladas de granos para los habitantes de todo el planeta que tienen los vientres hinchados por el hambre. ¿Cómo es posible que la gente sepa esto y siga disfrutando de sus hamburguesas y sus biftecs? Por favor, discúlpame. No quise volver a interrumpirte. Lo siento. ACUARIO: No tienes por qué. Escucha, me preguntaba... ¿qué sucedería si no comiéramos nada de carne? VIRGO: Me alegra que lo hayas preguntado. Sucedería que éste no sólo sería un mundo más feliz, sino que todos estaríamos más sanos y viviríamos más tiempo. Lo que provoca casi todas las enfermedades es el hecho de comer la carne de nuestros hermanos animales brutalmente asesinados, sacrificados. Si no dejamos de comer carne, nunca curaremos el dolor de la hambruna en la Tierra, ni curaremos nuestros propios organismos. ¡Oh! ¿Tú comes carne? Disculpa, no quise ser grosero. ACUARIO: Bueno, la comía, pero ahora... ¿dime, eres vegetariano? VIRGO: Sí, lo soy. ¿Quieres un vaso de zumo de zanahoria y apio? Si nunca lo probaste, te diré que es realmente delicioso. 128 No todos los Vírgenes prescinden de la carne, por supuesto (aunque muchos lo hacen), pero antes de que pase mucho tiempo, este Virgo específico, cortés e informado, convertirá al curioso Acuario a una dieta sin carne, merced al sagaz e innato sentido de la salud humana que poseen todos los Virgo. El Aguador no tardará en divulgar, con típico entusiasmo humanitario, el emocionante descubrimiento de que puedes mantenerte sano, conservar tu aspecto juvenil, prolongar tu período vital, y ayudar simultáneamente a los hambrientos, mediante el sencillo recurso de tratar tu organismo con frutas y verduras frescas, en lugar de envejecerlo y matarlo lentamente con hamburguesas, salchichas, roast beef y biftecs. Entonces el Aguador seguirá investigando (como un buen detective de Acuario) y le comunicará jubilosamente a Virgo el flamante descubrimiento de que, si observas periódicamente una dieta de pomelo durante tres días, digamos una vez por mes, o cada dos meses, no sólo prevendrás y curarás tus enfermedades, sino que adquirirás un mayor esclarecimiento espiritual y parapsicológico, información ésta por la cual Virgo quedará exultantemente agradecido. Sí, estos dos podrán rescatar juntos, después de todo, a la vieja madre Tierra y sus descarriados terráqueos. Estamos en la era de Acuario, de la fraternidad masculina y femenina, ¿así que por qué Virgo no habría de incorporarse también al club de Urano? La sagacidad y la lucidez de Virgo, combinadas con la inventiva y el genio de Acuario, podrían ser justamente la alquimia mágica que necesitamos... más la bondad y la preocu- pación innata por los demás que son características de ambos signos solares. La bondad cura todos los males. Mujer VIRGO Hombre ACUARIO ...una vez ella incluso debió decirle cómo se llamaba. —Soy Wendy — dijo, agitada. El lo lamentó mucho. — Oye, Wendy’ — le susurró él — , siempre que veas que te olvido, limítate a repetir «Soy Wendy», y entonces me acordaré. Claro que esto era muy poco satisfactorio... A menudo la excentricidad del hombre Acuario se agota a un paso del altar. Para elegir a su compañera de toda la vida, tiende a ser ligeramente anticuado. Quizá porque en un reloj sólo hay espacio para un solo cuclillo, el típico pájaro loco. Puesto que la mujer Virgo no competirá en una olimpiada de relojes de cuclillo, es evidente que la asociación entre estos dos puede marchar muy bien, dado que el sexo, para la Virgen, no es más que un factor de interés entre muchos. Probablemente ella puede cuidar que sus calcetines estén lavados y bien aparejados, que sus botones estén cosidos, y puede recordarle su nombre y su número de teléfono, al mismo tiempo que es una madre concienzuda, una profesional inteligente y una conversadora brillante con sus amigos. Su relación contiene todos los ingredientes del éxito, pero ellos deberán esforzarse. Corrección: ella deberá esforzarse. Para empezar, ella es muy exigente y no la entusiasmarán los amigos raros y dispares que él traerá posiblemente a casa a todas horas. (Conozco a una esposa Virgo cuyo marido Acuario pretendió convertirla en anfitriona, durante dos semanas, de un paquistaní especializado en luchas con serpientes, mientras éste practicaba con su reptil en el sótano, entrenándose para el Campeonato Mundial de Pitones... y ésta es una historia auténtica .) Para seguir, la Virgo no es un fogoso símbolo sexual. Pero seamos sinceros: posiblemente él no sabría qué hacer con Raquel Welch, si la tuviera a su disposición. Es fácil que un Aguador se equivoque en su trato con una Virgen. Ella es tan paciente y comprensiva cuando él está físicamente enfermo o emocionalmente exhausto, que el Aguador siente la tentación de aprovecharse de su tierna consideración. Sin embargo, el hecho de que a menudo ella parezca dispuesta a ser más complaciente que una geisha no significa que su único objetivo en la vida consista en esperar ansiosamente, todas las noches, su llegada imprevisible... o en desfallecer silenciosamente en sus brazos cuando él se digna notar su presencia espetando algo así como: «¡Me gustas, tía!» Las ideas que ella alimenta acerca de una relación amorosa cabal no son tan mezquinas. Ella se enamoró del Acuario porque éste veía los arcos iris cuya existencia nadie más notaba, y porque 129 pensó que sería delirante y maravilloso salir a cazarlos junto con él (porque los Virgo nunca son tan remilgados como los antiguos libros de astrología pretenden hacéroslo creer, ahora que falta tan poco para que descubran e identifiquen a su verdadero regente, el atronador Vulcano). Si él hizo el gran sacrificio de permitir que le lavara los calcetines fue porque ella no se rió de sus arcos iris... porque ella tuvo la sensatez necesaria para comprender que estaban pintados con colores prácticos. Pero sensata o no, los arcos iris son arcos iris... y éstos son muy escasos alrededor de las lavadoras, los cubos de basura, las escobas o los recipientes para pañales. Es posible que él la descuide un poco mientras anda por el mundo buscando una vaca de color púrpura, inventando una cama que camine hasta ti cuando estás cansado en lugar de obligarte a caminar hasta ella... o haciendo malabarismos con más o menos otra docena de proyectos fascinantes que ocupan su mente saltarina de tiempo en tiempo. Si él se niega a permitir que ella lo acompañe en su eterna búsqueda del mañana, es posible que la cola que inicialmente sirvió para pegarlos el uno al otro empiece a desconcharse en los bordes. Para ser sinceros (como insisten en serlo los Virgo, aunque resulte muy doloroso), ella puede tener más del cincuenta por ciento de la responsabilidad de los impasses que se produzcan entre ambos. La Virgen acostumbra a dejarse esclavizar por el deber, y después acusa silenciosamente a su hombre de haberla acorralado en los rincones polvorientos donde ella se metió por su propia voluntad. Ella trasciende a menudo, con paso extenuado, los límites del camino del deber, y después llora porque se ha perdido en el bosque de los caprichos de él, a cuyo servicio se ha puesto. Esto es producto de su arraigado sentido de la lealtad para con el hombre que ha prometido amar, respetar y servir, con o sin la bendición del clero. Y ya sabéis cómo es Virgo cuando se trata de las promesas: una fanática de la integridad. Esta chica también puede criticar de cuando en cuando. Pero lo hace con mucha dulzura... y el hombre Acuario, cuando quiere, también es bastante chinche. Lo cierto es que ambos son soñadores de corazón, aunque sus aptitudes mentales sean muy aguzadas y aunque sus hábitos se hayan vuelto muy estables. Las suyas no son las imágenes quiméricas de Piscis ni las metas extravagantes de Aries. Tienen cimientos más sólidos. Pero igualmente... deberán aferrarse a esos sueños si quieren seguir aferrados el uno al otro. La Virgen muy solícita debe alentar a su Aguador para que éste trepe de cuando en cuando solo por sus tallos embrujados. Si se empeña en envolverlo en su sentido de la responsabilidad, práctico y exagerado, es posible que él se convierta en un dictador sádico y autoritario (sobre todo si tiene un signo lunar o ascendente Escorpión, Leo o Aries), o que se tome una o dos horas de libertad adicional en el centro, cada vez que se le presente una oportunidad para ello. Recordad que Acuario es un signo de Aire, y que todos los individuos nacidos en este elemento lo necesitan en abundancia para respirar... y para moverse por su seno. Su compatibilidad sexual encierra-una suerte de sorpresa secreta. Una mujer Virgo que conozco (éste es un episodio verídico) y que había enviudado hacía varios años, empezó a sentirse sola. Normalmente, una Virgo puede vivir muy bien sola, porque, como ya sabéis, los Virgo de ambos sexos son básicamente seres solitarios. Pero esta mujer tenía varias posiciones planetarias Leo en su carta natal, y por tanto experimentaba la necesidad de un romance en su vida. De modo que se asoció a una agencia de contactos, y durante un par de años recibió de ésta varias cartas por semana, cada una de las cuales contenía más o menos media docena de fotos de hombres accesibles, junto con un análisis de su carácter, de su profesión, de sus hobbies, etcétera. Ella estudiaba cuidadosamente las propuestas, una por una, y después las rechazaba a todas, rotundamente. Veréis, no eran exactamente lo que buscaba. Trescientos veintiún hombres no estuvieron a la altura de sus expectativas y no reunieron las condiciones del modelo anhelado. Pensadlo bien. Esta es la razón por la cual el hombre Acuario, con su variedad infinita, tiene muchas probabilidades de dar en el clavo de la fórmula correcta cuando se trata de esta mujer exigente y difícil de conformar... ¡y ésta es la sorpresa secreta de su compatibilidad sexual! La faceta sexual de su amor, como sucede en todas las configuraciones de signos solares 6-8, puede ser, por tanto, inesperadamente satisfactoria, pero por razones más singulares. El tratamiento de shock y las imaginativas maniobras imprevistas de Urano pueden inflamar en la Virgen fuegos cuya existencia ella ignoraba antes de que el Aguador intentara volverla tan maravillosamente loca como lo está él. El no lo logrará, desde luego. Ella es Tierra, él es Aire. Pero la tentativa será muy regocijante para la curiosa psiquis del Aguador. Lo que sí es muy probable que él consiga, sin embargo, es dejarla sexualmente satisfecha. Es posible que una de sus muchas actitudes sexuales cambiantes sea la justa, la perfecta para las necesidades de ella. La Virgen está rodeada por una aureola de misterio que intriga al detective que hay en Acuario. Ella puede tenerlo conjeñirando durante años acerca de su personalidad secreta, y las conjeturas son el pasatiempo favorito del Aguador. Además, la displicencia etérea de él respecto de la intimidad física (si bien puede 130 combinarse circunstancialmente con algunos experimentos extravagantes) casará bastante bien con la actitud aplomada de ella respecto de las cuestiones sexuales, y probablemente no ofenderá su sentido del decoro. (Exceptuando esas raras, pero posibles, fantasías extravagantes, que pueden ser tan inocentes como la prefe- rencia por hacer el amor en el patio del fondo, en una tienda, donde él pueda oler la hierba y contar las estrellas.) A sus relaciones no les faltará apasionamiento, porque ella representa para él la octava Casa de los misterios del sexo, y por tanto es posible que le despierte más deseos que otras chicas que conoció anteriormente... lo cual la halagará y la hará sentirse necesaria. No será necesario que os recuerde cuán feliz hace a un Virgo el hecho de sentirse necesario, así que todo esto podría resolverse de una manera inesperadamente satisfactoria para ambos. A los Acuario les gusta provocar, pero sería un error que la provoque con demasiada frecuencia hasta hacerla llorar. Las Vírgenes son capaces de tomar la decisión de cortar amarras y buscar a otro hombre, después de una larga deliberación... y de actuar entonces con precisión glacial, casi quirúrgica. Es posible que él también note que sus ojos hermosos, claros, necesitan de cuando en cuando un cambio de escena, como los de él, y que su mente lúcida necesita más estímulo que el de un «¿Qué se cena esta noche, tía?» Hay que admitir que ella también tiene pequeños defectos, como el de arrancar pelusa de las mantas en una romántica noche estival, cuando en lo que él menos piensa es en arrancar pelusas... o el de decirle a él que es excéntrico usar calcetines marrones con zapatos negros (lo cual no lo oñiscará en lo más mínimo, porque considera que la excentricidad es una virtud, excepto cuando la de un tercero interfiere sus propios hábitos personales fijos). Es posible que ella ponga demasiado énfasis en el síndrome del Martirio y que haga demasiado hincapié en la puntualidad... o que se preocupe y se irrite si él se niega a bañarse en ungüento Vicks cuando estornuda. Pero todos éstos son síntomas de una mujer Virgo a la que se le presta demasiado poca atención. Sus señales de advertencia, cuando está hastiada, consisten en servir tarde la cena en una cocina desaliñada y en omitir cepillarse el pelo cien veces cada noche (o sus equivalentes). Cuando ella lo conoció, él acostumbraba a mirar la televisión cabeza abajo y rumiando cacahuetes. Ahora camina sobre sus pies como un terráqueo rutinario y aburrido. Apenas sucede esto, es hora de que el hombre Acuario coja a su Virgen y se embarque en un avión nimbo a Egipto para analizar los enigmas y descifrar los misterios de la Gran Pirámide de Guizé... cabeza abajo, por supuesto, en la cámara real o en la sala del sepulcro. Después podrán pasearse a orillas del Nilo, a la luz de la luna, mientras ella le susurra suavemente: «Querido, se me ocurre una idea fantástica. ¿Por qué no empotras un reloj despertador en la cabecera de nuestra cama?». Y él puede murmurar a su vez: «Sigamos soñando así. ¿Para qué despertar?». Y ella puede sentenciar, como buena Virgo que es: «Pero si ya estamos despiertos». Entonces él puede fingir sorpresa, a la manera de Urano, y exclamar: «¿De veras? Yo pensé que estábamos aquí en nuestros cuerpos astrales». 131 Hombre VIRGO Mujer ACUARIO El intentó discutir con Campanilla. — Ya sabes que no puedes ser mi hada, Campanilla, porque yo soy un caballero y tú eres una dama. A lo cual Campanilla replicó con estas palabras: — Grandísimo asno — y desapareció en el cuarto de baño. Una cosa es bastante segura (aunque pocas otras lo son, entre estos dos). Virgo y Acua- rio no prolongarán un contrato durante toda la vida si no los une un auténtico amor, lo cual se puede deducir de sus signos lunares y de otros intercambios planetarios mutuos de sus horóscopos. La regla rara vez se aplica con tanta frecuencia a todas las otras configuraciones de signos solares 6-8 como a ésta, por las peculiaridades de sus naturalezas. Cualquier otra cosa que no sea un amor verdadero y profundo (como una «amistad» de la era de Acuario, con una dosis de sexo) jamás durará. Imposible. Podríais decir que esto también vale para todas las otras parejas en general, nacidas bajo cualesquiera estrellas, pero os equivocaríais. Muchas combinaciones de signos solares convivirán durante años, mientras comparten el respeto mutuo y una empatia reconfortante, por falta de la energía, el deseo o la necesidad acuciante de entablar una relación más profunda con otra persona, y se conformarán con algo aceptablemente apacible, aunque no se trate de la «gran pasión» soñada en la juventud. Éste no es el caso de Virgo y Acuario. Los Virgo cortarán las amarras emocionales (que en el mejor de los casos los hacen sentir incómodos) si éstas empiezan a devanarse y a reducirse a la nada. Sólo un romance especial y significativo puede hacer que Virgo se comprometa, desde el principio. Si descubre que se ha equivocado, se encerrará en un silencio terco, negándose a seguir compartiendo su corazón..., y, no siempre, pero sí en la mayoría de los casos, continuará así durante el resto de su vida. Como Virgo es de todas maneras, básicamente, un solitario, ¿por qué habría de ir nuevamente contra su naturaleza? Se da por satisfecho con haberse evadido del primer fracaso conyugal. Prefiere vivir solo, jalonando su soltería con amoríos circunstanciales y frívolos, en lugar de arriesgarse a tener otro fracaso en una existencia compartida que, aunque marchara por buen camino, le produciría una vaga sensación de inquietud. El cantante y actor Virgo, Maurice Chevalier, fue un perfecto ejemplo de esta verdad astrológica. Continuó siendo, hasta el final mismo de su vida, un manso y sutil símbolo sexual para las mujeres, y a lo largo de los años ñivo varios amoríos y aventuras fugaces, pero no estaba dispuesto a cometer dos veces el mismo error y a dejarse seducir por la tentación de un segundo vínculo permanente, después de que el primero se frustró en su juventud. Cuando el amor desilusiona a un hombre Virgo, el desencanto sólo les demuestra a su mente y su corazón analíticos que su sospecha original, instintiva, de que en este planeta no existe algo parecido a una relación casi perfecta fue correcta, así que ¿por qué habría de cortejar un desengaño seguro y repetido? Se equivoca, por supuesto, ¿pero alguna vez intentasteis probarle a un Virgo que está equivocado? En cuanto a los Acuario, el Aguador típico (varón o mujer), una vez que ha reconocido su error, no vacilará en continuar la búsqueda amorosa, y cambiará las viejas relaciones por otras nuevas hasta encontrar un facsímil razonable del primer romance idealizado de su juvenñid (que pudo haber sido un idilio en la escuela primaria o un enamoramiento precoz en la escuela secundaria, al que se aferró tan tenazmente que tal vez fue la causa oculta por la cual el primer amor o matrimonio auténtico, adulto, fracasó. ¿Quién quiere compartir a su consorte con un fantasma?). Algunas — no todas, pero sí algunas — chicas Acuario son capaces de tener salidas verbales bastante subidas de tono cuando tratan de sacudir a un hombre Virgo para que éste se fije en ellas o cuando tratan de arrancarlo de su constante y fastidiosa declaración de independencia emocional con un comportamiento inesperado y muy extravagante. Puesto que asistimos al despuntar de la excéntrica era de Acuario, cuando las vibraciones del imprevisible Urano bombardean en distinta medida a todos los jóvenes, cualesquiera sean sus signos solares, no puedo afirmar con certeza que las moderadas procacidades lanzadas por la representante de un sexo que tradicionalmente tiene una imagen de «azúcar y canela y todo dulzura» lo harán ruborizar y demolerán sus ensueños románticos... pero en los «viejos tiempos» previos a la revolución sexual, los hombres Virgo tendían a mirar con malos ojos a las mujeres que empleaban un lenguaje obsceno o exhibían un comportamiento poco convencional. No olvidemos que el símbolo de Virgo continúa siendo la Virgen, y que ésta representa una esencia innata de su naturaleza interior que ni siquiera los tiempos cambiantes pueden 132 cancelar totalmente. Ahora bien, no os apresuréis a inferir que acuso a la chica Acuario de ser grosera. No es así. Sólo se trata de que generalmente es más extrovertida y franca que sus hermanas de otros signos solares (excepto Sagitario). No sólo más extrovertida y franca, sino también más independiente, poco convencional, imprevisible, insólita... y sencillamente más chalada y excéntrica. La generación más madura puede poner como ejemplo a Tallulah Bankhead, la Acuario fumadora de cigarros, a la que le gustaba hacerse entrevistar en traje de nacimiento, completamente desnuda, para poner a prueba el umbral de resistencia al shock de los periodistas... sin que importara que su padre fuese presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. La generación más joven puede poner como ejemplo a Helen Gurley Brown, la Acuario de facciones dulces y voz suave, gracias a la cual la revista Cosmopolitan se encauzó por una trayectoria zigzagueante y pasó del déficit de los números en rojo al superávit de los números en negro, cuando publicó el primer desplegable central con un desnudo masculino. O podéis pensar en una de mis Acuario favoritas, Mia Farrow, una Aguadora pecosa, de rasgos frescos, resplandeciente y pulcra, que se parece a una princesa de cuento de hadas... la actriz que irradiaba ingenuidad adolescente junto a Frank Sinatra... que después cercenó sus hermosas y largas trenzas, cuando Sinatra la hizo encolerizar, hasta dejarlas tan cortas como las de las monjas que se las tijereteaban antes de entrar en el convento, lo cual la convirtió en algo más parecido a un triste huevo de Pascua que a una princesa... que a continuación volvió a dejarse el cabello largo y reluciente... que fue aclamada por su interpretación en varias películas... que fue violada por Satán (en cine, por supuesto) en Rosemary's Baby... después de lo cual dio a luz a los mellizos del compositor André Previn, fuera del matrimonio (desdeñando, a la manera de Acuario, las normas hipócritas), para casarse luego con él, como impulsada por una idea tardía y displicente. Pero la intuición uraniana de Mia parece haber estado alegremente sintonizada, porque el suyo ha sido, hasta ahora, un matrimonio inusitadamente feliz, desbordante de vástagos regordetes y rozagantes... un matrimonio en el que todos parecen disfrutar de un júbilo descacharrante, en medio de una plétora de auténtico amor y de risas. A las mujeres Acuario no les interesan en absoluto la opinión pública o los chismes, y se rigen sólo por su propia pauta interior de honestidad y decencia. Vivir la vida ateniéndose a los dictados de la sociedad sería, para todas las Aguadoras, el colmo de la hipocresía. La magnitud de la veta de desprejuicio uraniano es variable, pero no deberéis hurgar mucho para encontrarla presente en la vida personal de las mujeres Acuario aparentemente más aplomadas, circunspectas y convencionales. Los vecinos siempre se horrorizan, junto con los parientes, cuando una esposa Acuario callada, aparentemente dócil, abandona súbita e inesperadamente a su marido para hacerse bailarina, pintora, actriz... o para abrir una estación termal en Siam. El hombre Virgo tiene un rasgo curioso. Puesto que ha nacido bajo lo que la astrología denomina uno de los «signos solares humanos» (simbolizado por la Virgen «humana»), cuando se enamora no lo guía el instinto animal, del cual carece, de manera que al principio, como pertenece al elemento Tierra, se repliega en el bosque fresco de su yo más profündo, hasta haber tenido tiempo de analizar estos nuevos sentimientos. A la mujer que lo ama tal vez le resultará útil saber que los Virgo suelen temer a, y desconfiar de, lo que más desean. La mujer Acuario tiene un rasgo curioso. Puesto que ha nacido bajo lo que la astrología denomina uno de los «signos solares humanos» (simbolizado por el Aguador «humano»), cuando se enamora no la guía el instinto animal, del cual carece, de manera que al principio, como pertenece al elemento Aire, se repliega en las nubes de su yo más profundo, hasta haber tenido tiempo de analizar estos nuevos sentimientos. Al hombre que la ama tal vez le resultará útil saber que las Acuario suelen temer a, y desconfiar de, lo que más desean. Ya veis que esta pareja concuerda bien en algunos aspectos, por lo menos. Ninguno de los dos se destaca por su vehemente afición al matrimonio. Flay más solteros de ambos sexos entre estos dos signos solares que entre los nacidos bajo la influencia de las otras diez estrellas. Sin embargo, una vez que los Acuario han seleccionado cuidadosamente al consorte apropiado y han resuelto casarse, generalmente arremeten de cabeza. Este no es casi nunca el modelo matrimonial de Virgo, así que es posible que sus relojes románticos estén ligeramente desfasados y que deban sincronizar sus idiosincrasias para llegar al altar. De lo contrario tendrán que compartir el mismo saco de dormir, colgar uno de esos posters que dicen TARZAN Y JANE VIVEN EN PECADO, y tomarlo a risa. Mejor dicho, intentarán tomarlo a risa, pero ni Virgo ni Acuario están predispuestos a la hilaridad cuando se trata de una cuestión tan seria como el amor... ni tampoco cuando se trata de una cuestión aún más seria (para ellos) como lo es el compartir sus sacos de dormir, sus cepillos de pelo, sus cuentas bancarias, sus vitaminas, sus gérmenes de trigo y su dulce soledad. 133 Dejando de lado la liberación femenina, se ha dictaminado sabia y correctamente que la ternura de la mujer escasea en los hombres, pero que cuando un hombre es tierno, lo es más de lo que jamás podría ser una mujer. Esto es doblemente cierto cuando se trata del hombre Virgo, tanto en la unión ilícita como en la ratificada legal y socialmente. (No he dicho ratificada espiritualmente, porque todo amor verdadero está ratificado espiritualmente, dentro o fuera del matrimonio.) La ternura de este hombre puede ser algo casi tangible, que abarca todas las áreas de su relación con la mujer que ama temporal o definitivamente, incluida el área de la expresión sexual. Muchas mujeres considerarían que ésta es una cualidad digna de veneración, un rasgo precioso y reconfortante en un amante o marido. Pero la chica Acuario sólo acepta con placer y gratitud la ternura de su compañero en la consumación física del amor durante un lapso específico. Después necesita un cambio. Prefiere que todas las experiencias sean fugaces, no demasiado perdurables, para poder saborear su dicha y pasar después a la siguiente. Por supuesto, hay algunas experiencias que vale la pena repetir varias veces, y la ternura se cuenta indudablemente entre ellas, pero es posible que ella pretenda compartir con él esta forma de hacer el amor sólo periódicamente, sustituyéndola de tiempo en tiempo por otras pruebas sexuales — desde la pasión primaria hasta el éxtasis de la entrega sensual — para desembocar en el delicado y controlado método oriental tántrico de la unión sexual-espiritual. (No me refiero al aspecto degradante del Tantra que enseñan algunos gurús concupiscentes, partidarios de practicar el intercambio de parejas cuando el consorte carece de las «cualidades estéticas» apropiadas para este acoplamiento sensible, sino a la forma pura y auténtica que asumió el Tantra antes de que lo deformaran estos discípulas descarriados y promiscuos.) Para preservar el interés y la vulnerabilidad a la seducción de esta dama de Acuario (porque la verdad es que al fin y al cabo a ella tanto le da internarse en el bosque y cantar a coro con una ardilla como entregarse a la sexualidad por la sexualidad misma), él deberá recordar que ella experimenta una necesidad básica de cambio en todas las actividades. El problema reside en que al hombre Virgo típico le resulta difícil emular la naturalidad del troglodita salvaje... o cualquier tipo de naturalidad que implique la entrega del yo total. La mujer Acuario no debe esperar que su hombre Virgo alterne de una noche a otra las técnicas que emplea para hacer el amor. Apenas si puede lidiar con esta responsabilidad más o menos de un mes a otro, y una vez traspuesto este límite su afabilidad puede trocarse en mal humor. Ella tampoco deberá olvidar nunca que es más probable que lo estimule un aire virginal, de pureza y decoro femenino, dentro o ñiera de la cama (que le permitirá desempeñar cíclicamente los papeles de hombre de la jungla y gurú tántrico), y no el uso de vituperios hirientes, como el «¡Grandísimo asno!» de Campanilla, y otras ternuras análogas. El blasfemar y otros hábitos excéntricos, como el de dar volteretas mientras escucha el pronóstico meteorológico por la radio (esto es lo que he dicho) no son, categóricamente, las tácticas ideales para ayudarlo a conservar su carisma de ternura, que es. al mismo tiempo, su atractivo romántico más cautivante y perdurable... así como el que ella misma encontrará finalmente más satisfactorio y gratificante después de que hayan ensayado todos los otros (incluidos probablemente unas pocas pruebas experimentales y solitarias de soltería). Como todos los Acuario le llevan muchos años luz de ventaja al resto del mundo, y están muchos párrafos más adelantados en las discusiones normales y en las conversaciones comunes, es posible que la Aguadora lo deje atónito cuando él le formule una pregunta acerca de una mota que vio en la taza y el platillo que ella acaba de lavar, y ella se dispare alegremente formulándole a su vez una pregunta sobre naves espaciales. (La palabra «platillo». Veréis, ésta ñie la que puso en marcha el mecanismo.) Aunque parezca que los Acuario buscan información cuando os interrogan, lo que hacen en realidad es tratar de averiguar qué es lo que vosotros sabéis. Esta es la razón por la cual ella siempre contesta las preguntas de él con otras preguntas. Es una experta en el bello arte del diálogo socrático solapado (Sócrates era indiscutiblemente un Acuario), y es posible que utilice este talento desconcertante cuando hayan reñido, y hayan acordado separarse por un tiempo... convencida, al emplearlo, de que su Virgo distanciado no puede ver sus verdaderas intenciones ocultas detrás de este juego. (La Aguadora no ha estudiado sus signos solares. Virgo puede atravesarlo todo con la mirada.) Por ejemplo, mientras estén separados, reflexionando cada cual por su lado y procurando decidir si romperán cabal y definitivamente o si intentarán reconciliarse, es posible que ella le escriba una carta de prueba, que rematará con una de sus sagaces preguntas socráticas: «Espero que, suceda lo que sucediere, podamos seguir siendo amigos. ¿Siempre seremos amigos, no es cierto, cariño?». Claro que el hombre Virgo es suficientemente perspicaz como para captar el verdadero sentido de esta taimada pregunta de Acuario: se trata de una técnica de Urano para poner a prueba su mérito romántico. Si él realmente desea recuperarla, cuando conteste su carta deberá contraatacar (enérgicamente) con la misma sutileza socrática de ella, escribiendo: 134 «No, no podremos seguir siendo amigos. Rotundamente no. Entre nosotros habrá amor, o nada. Tú ya lo sabes. Sólo pretendías comprobar si yo también lo sabía, ¿no es así, cariño?». ¿Ahora comprendéis cuál es la estrategia? Limitaos a contestar la pregunta de la Aguadora con otra pregunta, tal como lo hace ella. Esto la sacará de quicio y le enseñará una lección. Si ella también desea recuperarlo, realmente, le telefoneará y le dirá que al fin y al cabo no es un «grandísimo asno», y después correrá a buscarlo con un frasco de vitamina C para sus resfriados, sin detenerse a jugar en el trayecto con las ardillas. Le están tomando el tiempo... y no es el momento oportuno para llegar nuevamente tarde.

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