sábado, 14 de abril de 2018

La relación TAURO-VIRGO

TAURO VIRGO Tierra - Fijo Negativo Regido por Venus (también por el planeta Pan-Horus) Símbolo: el Toro Fuerzas nocturnas Femenino Tierra - Mutable - Negativo Regido por Mercurio (también por el planeta Vulcano) Símbolo: la Virgen Fuerzas nocturnas - Femenino La relación TAURO-VIRGO ...pero en general los habitantes del País de Nunca Jamás tienen un aire de familia, y si se quedaran quietos en fila se podría decir de ellos que cada uno tiene la nariz del otro, y así sucesivamente. Los Virgo admiran la tenacidad de los Tauro, aunque casi no toleran el empecinamiento del Toro ante una equivocación evidente. Tauro se queda casi pasmado ante la agilidad mental de Virgo, pero los Toros no sienten mucha simpatía por los fanáticos de la salud, ni por los maniáticos de la limpieza, ni por las sutilezas del bizantinismo de Virgo. Pero, ¿qué importan algunas pequeñas diferencias entre amigos? Normalmente estos dos encontrarán muchos elementos para cimentar un entendimiento cordial, y entre dichos elementos no ocupará un lugar secundario el sentido común. Sin embargo, es posible que a veces el nombre de la citada cualidad fastidie al escrupuloso Virgo, pues éste sabe que el sentido en cuestión dista mucho de ser común. Es extremadamente raro. Podéis estar seguros de que algún día el Virgo logrará corregir finalmente esta inexactitud específica del lenguaje. Tauro y Virgo se aferrarán tenazmente a sus respectivos principios mientras el resto de la sociedad se dispara en una danza demencia' de tragedia... y de frívola estupidez. Ni el Toro ni la Virgen hacen muchas distinciones entre la tragedia y la frívola estupidez. Según su sensata opinión, la segunda conduce rectamente a la primera. Los Virgo recuerdan todas las imperfecciones que han visto en su vida, desde la cortina desgarrada de una ducha hasta el defecto de carácter de un amigo. Los recuerdos son dolorosos, y en razón de ellos los Virgo están eternamente desilusionados, para no hablar del pesimismo que alimentan respecto de la naturaleza humana. Igualmente, de alguna manera, los Virgo casi parecen disfrutar con el recuerdo de las grietas y los recovecos polvorientos de la vida. Este les sirve para ocupar sus mentes lúcidas y activas. Tauro también recuerda todo lo que ha visto, aunque el Toro no desea realmente recordar. Una voz interior recriminatoria les dice a los Toros que derrochar el tiempo es hasta cierto punto pecaminoso... y que derrocharlo en cosas pasadas que no se pueden cambiar no es un despilfarro menor. Sin embargo, se sujetan irremediablemente a sus viejos recuerdos, y a las lecciones que han aprendido, come si éstas estuvieran grabadas en piedra sobre sus frentes. En general, los Virgo alimentan temores más complicados (incluso por su propia salud y por el riesgo de accidente) que los Tauro. Lo que temen los Toros no es de naturaleza física. Esta no es una pareja vivaz que desearíais contratar para encargarle que venda urgentemente el Puente de Brooklyn, o que escriba en colaboración un libro de cuentos de hadas, o que promueva la venta de acciones para incautos en una agencia de transacciones clandestinas, o que controle un juego vertiginoso de blackjack en Las Vegas. Ambos nacieron bajo signos de Tierra femeninos y negativos. Lo que significa que son pasivos 45 y receptivos (femeninos), desconfiados y un poco timoratos y cautelosos (negativos), aunque muy íntegros y fiables (Tierra). Es un milagro que lleguen a conocerse. Sin embargo, una vez que juntan el coraje y la agresividad necesaria para intercambiar saludos, y para concertar una cita con el fin de volver a encontrarse (a la cual acudirán puntualmente), la amistad, o la sociedad comercial, o lo que sea (por lo general una combinación de ambas), probablemente florecerá con lentitud, seguridad y sosiego, hasta convertirse en una hermosa relación. Dentro de un grupo familiar, estos dos son casi siempre los que se entienden bien y los que se sienten aislados de los demás radicales congregados en torno de la mesa del desayuno. Una vez conocí a un músico Tauro y a un cantante Virgo. Acostumbraban reunirse casi todas las mañanas frente al Edificio Brill de Nueva York (la sede de los compositores de Broadway). El Toro era — y continúa siendo — un compositor extraordinariamente talentoso. Con o sin una educación musical formal, llegará finalmente a la cúspide de su profesión. Pero alimenta el típico resentimiento de Tauro contra el destino, porque las responsabilidades familiares le impidieron concurrir a una academia de primera, y por consiguiente lleva un pesado rencor a cuestas (que puede abramar un poco tu postura, junto con tu ánimo, cuando también andas cargado todo el día con una guitarra eléctrica). Este Toro desconfía de los cantantes que desean interpretar sus piezas musicales sin pagarle antes, o sin firmar un contrato, y también se niega obstinadamente a dejar que un o una intérprete entone sus canciones si no las considera apropiadas para esa persona. Sin embargo, el vocalista Virgo casi siempre podía persuadir o disuadir al Toro de cualquier cosa. El cantante Virgen (y por supuesto utilizo el término Virgen en su acepción simbólica) era remilgado y exigente cuando seleccionaba los materiales que grababa, e invaria- blemente quería modificar una nota aquí o una palabra allá, en la letra, antes de convencerse de que la canción era suficientemente perfecta como para casar con su voz impecable y con su juicio certero sobre los gustos del público. Igualmente, hacía menos objeciones a las canciones del Tauro que a las de cualquier otro, porque sobre la asociación entre Tauro y Virgo influye la armoniosa configuración de signos solares 5-9. De alguna manera, sonaban claras y auténticas a su oído crítico y ultrasensible. Estos dos pensaron asociarse para montar una editorial de partituras, pero a Virgo lo rige el inquieto planeta Mercurio (hasta que descubran e identifiquen al verdadero regente de Virgo, Vulcano), y así fue como el cantante Virgen se fastidió y hartó finalmente de la falta de agresividad del Toro, abandonó Nueva York, y se casó con una espabilada chica Sagitario llamada Sharon, que lo estimuló durante un tiempo (dado que Sagitario y Virgo tienen una tensa configuración de signos solares 4-10, el lapso fue muy breve, pero aún podrán reconciliarse, porque sus estrellas se cruzan nuevamente). La relación lo benefició, no obstante su brevedad, porque todos los Virgo necesitan desesperadamente que los estimulen, y después de que lo tocaron las vibraciones alegres y dichosas, típicas de Júpiter, de la Sagitario Sharon, el vocalista Virgen se encarriló finalmente hacia otras áreas del mundo del espectáculo que a su juicio él podría perfeccionar con su dedicación afable, cortés y puntillosa. Tauro se limitó a encoger sus robustos hombros, acomodó el rencor que llevaba a cuestas y la correa de su guitarra, y siguió rasgueando y avanzando parsimoniosamente, esperando en silencio su gran oportunidad. (Cuando se trata de Tauro, tiene que ser grande, descomunal, o será mejor que la olvidéis.) Me han contado que ahora está escribiendo la partitura musical para una película de Hollywood, donde actuarán dos estrellas de primera magnitud. La paciencia tiene premio. Así es como Tauro triunfa a menudo sobre Virgo... a fuerza de paciencia. Tauro siempre la tiene. Virgo carece generalmente de ella. Exteriormente, los o las Vírgenes parecen ser tranquilos, serenos y pacientes, pero sus mentes se ajetrean sin parar, y los llenan con toda clase de frustraciones interiores cuando las cosas no suceden exactamente como a ellos les gusta, y tan rápidamente como querrían. La carne desea y puede permanecer sobre la Tierra (durante un tiempo) pero su actitud mental es versátil e inquieta. Mercurio es en realidad el regente del signo de Aire Géminis, y no está muy cómodo en su asociación temporal con el signo de Tierra Virgo. En consecuencia (tal vez por puro aburrimiento) el taimado Mercurio agita a veces a los Vírgenes y los hace incurrir en un comportamiento que contradice su auténtica naturaleza y que choca con sus deseos más íntimos. Sin embargo, los Virgo no deben desesperar, porque como explico en el capítulo sobre Virgo-Virgo de este libro, cuando descubran e identifiquen a Vulcano, dentro de pocos años (o antes), éste empezará a manifestar sus vibraciones poderosas y magnéticas a través de las personalidades de todos los Vírgenes, y los hará más fuertes y resistentes, y menos propensos a cambiar de caballos, de ideas, de chicas o de carrera en medio del río de las pequeñas ofuscaciones e irritaciones de la vida. De todas maneras, siempre será más natural que Tauro triunfe en mayor escala que Virgo (cosa que a los Vírgenes no les preocupa demasiado), porque Tauro es un signo fijo, y «fijo» significa, en astrología, 46 estable, organizado y extraordinariamente capacitado para levantar cimientos perdurables debajo de una carrera, de una casa (lo cual .la convertirá en una casa imperecedera) o de un matrimonio. Virgo es un signo mutable, y «mutable» significa que cambia, que se mueve de un lado a otro, que comunica entre terceros, que lleva información y verdades de aquí para allá, con opiniones tanto verticales como horizontales. Los Vírgenes no experimentan una necesidad devoradora de construir un gran imperio ni de pasearse en un auto deslumbrante entre aclamaciones, mientras el confetti llueve sobre ellos y les arruina el pulcro peinado. (Para no hablar de los rollos de esponjoso papel higiénico qué algunas personas arrojan desde la ventana a los héroes que desfilan por abajo... ¿hasta dónde puede llegar la vulgaridad humana?) La obsesión de Virgo consiste en servir al mundo y a todos los individuos que lo habitan — para lo cual les enseña sus faltas, con el fin de introducir orden en el caos y la anarquía — y en acumular al mismo tiempo una dosis razonable de seguridad personal para el futuro. Si por un accidente del Destino a un Virgo le tocara pasar bajo el resplandor de uno de los focos de la fama, él (o ella) se ruborizaría, tal vez disfrutaría tímidamente durante un breve lapso, y después se enajenaría a menudo a la prensa con sus comentarios críticos, manifestaría su irritación contra el gran público vociferante y sucio... y finalmente ejercitaría la opción que le corresponde a Virgo por derecho de nacimiento, y tomaría la decisión firme y categórica de replegarse a la vida muy privada que la mayoría de los Virgo buscan por encima de todo. Tauro también desea recluirse. Y generalmente los Toros saben muy bien dónde se recluirán. En el campo. Tarde o temprano, entre los seis y los sesenta años de edad, todo Toro, macho o hembra, gravitará fuerte y rectamente hacia la campiña... hacia cualquier lugar de ésta donde los Tauro puedan consagrarse a su pasión por la Buena Tierra, los árboles, la hierba y los mansos arroyos, libres de la intromisión de individuos bulliciosos, necios, charlatanes. Pero cuando los Toros se asientan finalmente entre las gallinas y los patos y las vacas y las pilas de heno, no quieren que su seguridad dependa de la veleidosa Madre Naturaleza y sus cosechas. Por ello soportarán la confusión y la frivolidad de las ciudades, aunque sea durante muchos años, para poder partir, luego, con un bulto voluminoso bajo el brazo... un bulto que no contendrá precisamente lo que los granjeros utilizan para hacer que la hierba crezca verde. Los Tauro desconfían de esta sustancia, en todas sus formas. Contendrá algo que ya es verde: bellos y crujientes billetes, que llevan grabada la gloriosa águila de los Estados Unidos de América. (Los Toros son casi siem- pre patriotas fanáticos. Su lema es: «Mi patria, con razón o sin ella; mi familia, con razón o sin ella; mis amigos, con razón o sin ella; y en último lugar, pero no porque sean menos importantes, mis opiniones, con razón o sin ella».) Cuando Tauro y Virgo exhiben un aspecto Sol-Luna armonioso entre sus cartas natales, sumado a la armonía natural de su configuración de signos solares 5-9, pueden retirarse dichosamente al campo, juntos. Los Toros se plantarán satisfechos sobre sus bienes, mientras las Vírgenes van y vienen entre la granja y la ciudad para comprar provisiones... y deshacer entuertos de vez en cuando. Quizá Virgo refunfuñe un poco cuando Tauro sea desaliñado, y es posible que se traben en algunas reyertas afectuosas, como los personajes de La extraña pareja de Neil Simón (que son, indiscutiblemente, un Toro y un Virgen, un equipo Tauro-Virgo), pero en general serán compatibles. Hay que confesar, astrológicamente, que los Virgo pueden ser tan porfiados como los Tauro. La única diferencia consiste en que la porfía de los Toros es de tipo fijo, bastante general, en tanto que la de los Vírgenes es de tipo bizantino, detallado. Erase que se era un niñito Virgo, llamado Charles Edison Cameron. Un día, en la escuela primaria de Fayetteville, North Carolina, la maestra de Charlie cometió un error. Fue un error bastante normal, nimio, insignificante, pero el pequeño Virgo sencillamente no pudo soportarlo. La maestra trazó dos marcas sobre la pizarra, la una frente a la otra, así: Luego dijo a la clase que esas marcas representaban «dos puntos». — Ahora — prosiguió — , la lección del día consiste en probar que la línea recta es la menor distancia entre dos puntos. ¿Hay algún voluntario? El ansioso Virgo Charlie levantó apresuradamente la mano, con talante preocupado. — Señorita maestra — dijo muy respetuosa y cortésmente — , usted está equivocada. La línea recta no es necesariamente la menor distancia entre dos puntos. La maestra se ruborizó, visiblemente fastidiada. — ¿De veras? — le preguntó al crío de once años, regido por Mercurio — . ¿Quieres acercarte a la pizarra y explicar cómo puedes impugnar esa teoría básica de las matemáticas? El Virgo Charlie trotó inmediatamente hasta la pizarra, cogió la tiza y demostró la corrección de su 47 aserto, mientras toda la clase era sacudida por las risas, y las facciones de la maestra se teñían de un fuerte color rojo. La demostración asumió más o menos este aspecto: — Ya ve, señorita maestra — dijo el Virgo Charlie afablemente, después de que se hubieron apagado las risas — , a mí me parece que esta línea podría llegar hasta la China, si quisiera, y Dios sabe cuánto más lejos si se prolongara hacia amiba en lugar de dar la vuelta. ¿Cómo es posible entonces que una línea recta sea la menor distancia entre dos puntos? Por supuesto, la maestra había omitido tomar en consideración la variante horizontal-vertical de su ejemplo. Y también había errado en la terminología, al emplear la palabra «entre en lugar de decir «la menor distancia que conecta dos puntos». Este es un error común entre los educadores, incluidos los profesores eruditos de matemáticas. Pero el Virgo Charles Edison Cameron no pudo permitir que semejante error de razonamiento y de elocución quedara sin corregir. En un futuro no muy lejano volveréis a oír hablar del Virgo Charles Edison Cameron, por un «revolucionario» invento suyo, brillante y bienaventurado, que será aun más importante para el mundo que el descubrimiento de su tocayo... así que no olvidéis su nombre. Si alguna vez Tauro y Virgo resuelven escribir un libro juntos, el Toro cuidará que el argumento sea consistente. Virgo suministrará el diálogo, y corregirá los errores de ortografía y gramaticales, la puntuación y otras imperfecciones. Tauro agregará luego un humor sustancioso, lo comercializará inteligentemente y se ocupará de que produzca utilidades. A veces la gente piensa que los Vírgenes son tan tímidos y retraídos, y tan corteses, que no pueden ser desmedidamente críticos. A quienes piensan así les propongo que lean una carta que recibí en 1970, poco después de la publicación de mi primer libro, Sun Signs (Los signos del Zodiaco y su carácter). Éste es su texto fiel: Estimada señora Goodman... Encuentro, en la página setenta y ocho, línea uno, de la edición en rústica de su libro, Sun Signs, un error. Cito del libro la frase: (dos habitantes de Caldea vestidos con sandalias»... la frase deberla decir: «calzados con sandalias». Así, le da al lector la impresión de que los caldeos vestían sandalias, y nada más. La saludo muy atentamente, Janine Hartman. P. D. Soy Virgo. Deseo aprovechar la oportunidad para dar las gracias a Janine. En cuanto a mis otros lectores, por favor permitidme corregir aquí y ahora la impresión que puedo haber dado a los recatados Virgo, a los convencionales Tauro, y a las demás personas, de que los caldeos retozaban todos desnudos, sin más indumentaria que su calzado. La represión también alcanza, con justicia, al capricorniano Bobbs Pinkerton, el corrector normalmente ultraescrupuloso y superinteligente de Sun Signs. (¡A un Carnero se le puede disculpar semejante descuido, pero jamás a una Cabra!) ¿No es una suerte que Janine haya agregado su posdata? Si no lo hubiera hecho, yo nunca habría podido adivinar su signo solar. Si alguna editorial de primera línea de la costa oriental u occidental busca una correctora excelente, ¿puedo sugerirle que emplee a Janine? Lamento tener que decir que con la negligencia típica de Aries he extraviado el sobre con su domicilio. Pero estoy segura de que volveré a tener noticias suyas cuando lea el capítulo Virgo-Virgo de este libro, y prometo que esta vez retendré su dirección. ¡Creo que es muy espabilada! Mi erudito corrector actual, el Tauro doctor Charles Musés, está de acuerdo... categóricamente, por supuesto. 48 Mujer TAURO Hombre VIRGO «...aquí está la roca.» Es casi imposible que una mujer Tauro seduzca a un hombre Virgo. Pero no deberá sentirse inferior por esto. Es casi imposible que cualquier mujer seduzca a un hombre Virgo. Recordad que Narciso era presuntamente Virgo (aunque si lo era, tenía un ascendente Aries y la Luna en Leo). La leyenda astrológica ha catalogado a Narciso como Virgo porque la mayoría de los Virgo son un poco egocéntricos, no porque sean egoístas como Leo, ni malcriados como Aries, sino porque simbólicamente todos quienes son técnica y literalmente Vírgenes (varones y hembras), están absortos en sí mismos e ignoran lo que significa en verdad estar completamente despiertos en todos los sentidos. Este hombre no soporta la idea de ningún tipo de entrega personal, que implica una falta de autodisciplina. Tampoco le interesa demasiado la conquista. Por ello no es sorprendente que no lo entusiasme mucho el Día de los Enamorados, San Valentín. Sin embargo, la chica Tauro lleva un poco de ventaja a sus hermanas astrológicas para el caso de que resuelva inculcarle al Virgen la conciencia de lo que hace rotar al mundo para aquellos que disfrutan del viaje. Es posible que él no la persiga jadeando por el Sendero de los Enamorados, pero tampoco es probable que huya de ella. Puesto que sus soles natales están recíprocamente en aspecto trígono, esta relación se halla muy favorecida desde el principio. Sus naturalezas, metas y deseos son similares. Influidos por una doble vibración de Tierra, la casi siempre armoniosa configuración de signos solares 5-9, ambos son individuos estables, sensatos, que preferirían que los sorprendieran haciendo cualquier cosa menos entretenerse con fantasías, caprichos o veleidades. Ella es apaciguadora, y tiene una voz agradable, sosegada. El es afable y tiene una enunciación clara. Así que, naturalmente, no se ponen los nervios de punta el uno al otro. Si la chica Tauro echa correctamente sus cartas (y esta metáfora no es muy apropiada porque a pocos signos de Tierra les gustan los juegos de azar), lo tendrá comiendo de su mano antes de que él atine a descubrir lo que le ha sucedido... e incluso conseguirá que vuelva a tomar un bocado de última hora en su cocina. Lo que le ha sucedido es que se ha sentido cómodo. Una mujer que habla y se mueve tan sensual y lentamente casi nunca se equivoca. A menos que usted mismo sea un hombre Virgo, sencillamente no podrá imaginar qué cómodo es estar en compañía de alguien, que no comete siempre errores y traspiés que usted se siente obligado a descubrir y enmendar. ¿Nunca nadie le ha dicho que la crítica compulsiva no es muy divertida? Puede ser extenuante. Ninguno de los dos se encoleriza con mucha frecuencia ni con mucha facilidad. Tienen en común un carácter bastante tranquilo, pacífico (si bien es posible que él se muerda las uñas y parpadee un poco más que ella). Igualmente, cuando la mujer Toro se enfurece, el estallido es tremendo, aunque sea muy raro, y puede dejar cicatrices profundas. Cuando Virgo se decide por fin a tener un berrinche, generalmente se trata de una emoción bastante ligera, superficial, que no dura mucho y que por cierto no cala profundamente en su alma. No se puede decir lo mismo de las preocupaciones. Las preocupaciones del Virgo sí penetran a fondo, pero no necesariamente en su alma. Se asientan en la región del estómago y los intestinos, y por eso cuando la visita para tomar ese bocado de última hora siempre hurga en la despensa... para investigar si tiene un digestivo a mano. Ahora bien, si ella tuviera mal carácter, como otras mujeres, tal vez la ofendería esta aparente difamación contra sus artes culinarias. Pero la chica Tauro típica aceptará con ecuanimidad las pequeñas peculiaridades de su amante Virgo, a menos, por supuesto, que su Luna o ascendente esté en un signo más sensible. Los Virgo no describen sus aprensiones cada pocos minutos. Ni siquiera las proclaman a gritos cada pocas horas. No ven la ventaja de ventilarlas una vez por año, y algunos Virgo se tragan sus angustias durante décadas. ¿Imagináis el efecto que esto puede causar sobre vuestro sistema digestivo, para no hablar del inconsciente ni de la psiquis También es la causa primordial de la artritis y el reumatismo. Siempre he pensado que Hamlet pudo haber sido un signo lunar Virgo, como lo reveló al decir: «Podría estar encerrado en la cáscara de una nuez, y considerarme rey del espacio infinito, si no fuera porque sueño». Normalmente los Virgo se quedan muy satisfechos cuando disponen de espacios pequeños como cáscaras de nueces, donde pueden desperezar sus egos y sus ambiciones. Normalmente se conforman con ser trabajadores, corteses y serviciales... con poder urdir sus pequeñas telarañas de esperanza, sin pisotear a los demás. El problema consiste en esos condenados sueños. Todos saben (y nadie mejor que Virgo) que los malos sueños y las pesadillas provenientes de emociones reprimidas pueden generar todo tipo de problemas: desde un ataque de gastritis y un ligero estreñimiento hasta úlceras. Es entonces cuando entra en escena la mujer Tauro. No para asistirlo como si estuviera enfermo, sino para sosegarlo con su filosofía práctica acerca de las pesadillas. TAURO: Si tienes una mente y un cuerpo sanos, y materializas tus emociones, las pesadillas no existen. Y 49 punto. VIRGO: ¿Pero cómo puedes mantener la mente, el cuerpo y las emociones sanos, cuando todo se derrumba alrededor de ti, cuando al mundo lo gobiernan locos furiosos, cuando se te ha averiado el cambio de marchas de tu coche, cuando has perdido el paraguas, cuando has olvidado pagar tu seguro, y cuando tienes los calcetines llenos de agujeros, y...? TAURO: (enérgicamente). Las personas a las que las aman como se debe tienen mentes, cuerpos y emociones sanas, felices y realizadas. Un buen baño caliente y un tazón de sopa sustanciosa y nutritiva resuelven cualquier problema. Dame tus calcetines. Te los zurciré. Ella lo hace parecer tan sencillo (y lo es, realmente) que él dejará de preocuparse, porque obviamente la que lo ama en la forma debida es una mujer al mismo tiempo sensata y sensual. Por lo menos, dejará de preocuparse temporalmente, mientras mastica sus crujientes galletas de algarroba y le mordisquea el fragante lóbulo de la oreja. Al hombre Virgo le repugna la mayoría de los olores artificiales.. Le gusta que todo sea natural, como lo planeó la Madre Naturaleza. Pero le complace bastante el aroma fresco, femenino, del jabón perfumado, sobre todo en la oreja de la mujer comprensiva que escucha tranquilamente sus preocupaciones, sin ofuscarse ella también. Ella es una escucha excelente, y él puede ser fascinante cuando habla. Generalmente la conversación del hombre Virgo es muy inteligente, sagaz, lúcida e interesante, aunque no sea siempre tremendamente contundente. Desde el punto de vista sexual, ambos entran en la categoría de los tipos silenciosos. Ella es silenciosa porque prefiere participar en el acto amoroso sin distraerse con requiebros románticos verbales, y sumergiéndose, simplemente, en las intimidades de la unión con el hombre que ama tan a fondo. El es silencioso porque de todas maneras no se le ocurren muchas cosas alucinantes o espontáneas para decir acerca del sexo, y aunque se le ocurrieran, probablemente se sentiría tan abochornado que no podría decirlas en una reunión de personas de ambos sexos (ellos dos juntos a solas son una reunión de personas de ambos sexos... para Virgo). El no es frígido, y no tiene nada contra el sexo. En verdad, un hombre Virgo puede generar una gran belleza en la expresión física del amor al fusionar el deseo con la ternura emocional, estimulado por la excitación mental. Pero el tipo de sexualidad que carece del elemento enaltecedor de su propósito más sublime no lo conmueve en absoluto. Ella no objetará esta actitud... como no la objetaría ninguna mujer auténtica. Probablemente ella se considerará afortunada por el hecho de compartir con él una experiencia de tan dulce afecto y pasión, y efectivamente lo es. Lo es. El amor de Virgo arde con un intenso calor incandescente que satisface .con una profundidad más mística que la llama roja y efímera de los amantes más informales. No se trata de que él no sepa emplear el toque ligero del romance, si quiere y cuando quiere. Este hombre no es de los que se duermen mientras están haciendo el amor, aunque hayáis oído ese rumor. (Lo mantiene demasiado despierto la preocupación por saber si su compañera está conforme o no con su comportamiento sexual.) Algunos hombres Virgo se enredan en docenas de aventuras insustanciales, porque son expertos en el arte de jugar al amor. Y así se explica que uno que otro hombre Virgo atraiga a las mujeres promiscuas, casquivanas. Estas se sienten a salvo junto a él. Como la actitud de él es muy displicente, intuyen que no les hará escenas de celos emocionales e innecesarias. Todo se reduce a una sana y limpia diversión de Virgo. Sin embargo, como este hombre nunca elige como compañera a una chica ligera de cascos, no tarda en cansarse de la vacuidad del juego, y entonces está listo para una relación permanente. Si en ese momento estuviera transitando casualmente por el jardín de una chica Tauro, será inmensamente susceptible a un romance serio, que culminará en boda. Para decirlo en lenguaje claro, es una presa fácil. Ella deberá recordar, empero, que el matrimonio no es una condición natural para un Virgen, aunque si alguien puede hacer que aquel parezca más confortable que restrictivo, ésa es la mujer Tauro. Mientras ella no lo haga sentir prisionero, será arcilla en sus manos. Tampoco deberá tener miedo de concederle demasiada libertad. Aunque le afloje mucho la cuerda, es probable que él la use sólo para encontrar el camino de regreso a ella en la oscuridad. En última instancia, el Virgo es casi un animal de costumbres. Se ha habituado al rostro de ella, a su oreja fragante, a su propia ducha privada, al zumo de naranja que ella le exprime todas las mañanas, y a encontrar todas sus camisas pulcramente apiladas en el cajón, sin una orla alrededor del cuello. ¿Cómo podrá acostumbrarse entonces a colgar sus calcetines en un toallero ajeno? Sobre todo cuando las puntas y los talones bien zurcidos le traerán inevitablemente el recuerdo de ella y le provocarán un acceso instantáneo de remordimiento. Es posible que él no entienda por qué ella necesita rodearse con tantos lujos, y que ella se queje de que las ideas que él sustenta acerca de la comodidad personal son un poco espartanas, pero ninguno de los dos es aficionado a despilfarrar el dinero con indiferencia... así que rara vez discutirán por cuestiones económicas. Con 50 o sin un aspecto Sol-Luna armonioso entre ellos, este hombre y esta mujer pueden confiar en que la plácida empatia de la vibración 5-9 tenderá un manto de comprensión sobre cualquier conflicto, y mitigará cada disputa con una dosis de indulgencia. No es fácil conformar a un Virgen, pero la mujer Tauro puede estar muy cerca de lograrlo, y sabe conmover el corazón escéptico del hombre Virgo con su propia variedad de devoción afectuosa, desinteresada. Si ella persevera (y en esto consiste gran parte de su talento... en perseverar), es posible que, después de un tiempo, también aprenda el arte de la crítica de Virgo. Entonces podrá enviarle una tarjeta de San Valentín, en verso, que dirá (en parte): ... para ser absolutamente sincera como tú me has enseñado esmeradamente a ser te diré que aún estás un poco descentrado al investigar la verdad sin resultados y al ocuparte exclusivamente de lo tuyo... al jugar con trivialidades al leer libros sobre Buda para aprender a morir antes de haber empezado a vivir al forzar las emociones por un cedazo estéril y al frotar tu inmaculada torre de marfd con estropajos todas las mañanas ... pero estás mejorando. Hombre TAURO Mujer VIRGO — Es una picardía que no limpie — dijo Wendy, suspirando. Era una niña pulcra. Las chicas Virgo fruncen la nariz ante el desorden. La mayoría de ellas son un modelo de pulcritud. Cada tanto aparece una Virgen cuyo entorno está un poco revuelto. Pero su mente siempre está desempolvada, y fraccionada en ideas precisas... y probablemente no hay hebras sueltas de tabaco en el fondo de su bolso. En agosto de 1974 yo estaba comiendo con una periodista Virgo. Discutíamos su signo solar, y comentó: — No se me ha contagiado en absoluto la compulsión de Virgo por la pulcritud. Antes de decidirme a vaciar el cubo de la basura, lo dejo desbordar durante días. — Desde luego — le contesté — . Procedes así porque no te gusta ensuciarte las manos. — Entonces le miré fijamente los dedos, y su compostura se quebró como un frágil cristal. ¿Por qué miras? Oh, ¿esta mancha? No es suciedad. Es mi sortija. Tengo mucho ácido en mi organismo, y el oro me tiñe la piel de verde cuando me pongo nerviosa. Pensé que me lo había quitado todo cuando me lavé las manos hace una hora, pero... bueno. Sé que parece mugre, pero no lo es, y... ¡eh, camarera! ¿Dónde está el lavabo, por favor? Una de las barreras que se levantan entre la Virgen y el Toro consiste en que el hombre Tauro suele ser un poco desaliñado. Algunos de ellos son francamente descuidados. Y unos pocos Toros son astrosos hechos y derechos. Les encanta rodearse de belleza y lujo, pero están tan atareados acumulando dinero para pagarse la una y el otro que no se molestan en quitarse la pelusa de los pantalones, en peinar sus guedejas pulcramente, en barrer sus migas y cenizas, en colgar sus camisetas de perchas de raso o en sacar brillo a sus zapatos. El Toro de espíritu práctico suele reverenciar el papel moneda, pero no hasta el extremo de sentirse obligado a lavar todos sus billetes y a estirarlos con una plancha caliente. Para Tauro, el dinero arrugado sigue siendo dinero, y vale tanto como el oro. Así como un hombre con la camisa arrugada sigue siendo un hombre (quizá más aún que esos fulanos que lucen puños escarolados y solapas de terciopelo)... y también vale tanto como el oro. De cuando en cuando un Tauro pondrá énfasis en su atildamiento, pero no lo convertirá en un fetiche. Mientras esté bien fregado y limpio, no le preocupará que los lazos de sus zapatos no estén perfectamente anudados o que uno de sus calcetines parezca un centímetro más corto que el otro. 51 Existe un equívoco acerca de las chicas Virgo que tal vez horrorizará al Toro que lo descubra. Naturalmente, no todas las Virgo son vírgenes, pero no se trata sólo de esto. Su amor al orden y su aguda clarividencia, fundados sobre un refinado sentido crítico, pueden hacer que parezca convencional hasta el punto de ser puritana. Pero no es necesariamente idéntica a Beth, el personaje de Little Women (Mujercitas), de Louisa May Alcott. La moral puritana de Virgo es un mito astrológico. Al fin y al cabo, se puede ser cortés, afable y selectiva sin incurrir en mojigatería. La mujer Virgo investiga los hechos, observa la acción, lo evalúa todo con su mentalidad matemática, y se forma una opinión clara (generalmente tácita) acerca de lo que es mejor para todos. Sin embargo, lo que sus agudas observaciones la han inducido a juzgar mejor para todos puede abarcar desde la construcción de más conventos hasta la promoción de la terapia nudista de grupo. Eso depende. Su actitud moral está regida por el intelecto, y pocas veces entran en juego sus emociones (a menos que tenga la Luna en un signo de Aire o Fuego más sensible). Las Virgo son tan curiosas como críticas. ¿Cómo se puede reparar una imperfección si no se ha examinado el cántaro? De modo que a esta chica le imputan el defecto (¿o le atribuyen el mérito?) de exhibir una moralidad asfixiante que en realidad no posee. El Toro no habla mucho de ética o moral. El siente lo bueno o lo malo, y después reacciona con ciega vehemencia, sin reflexionar mucho acerca de la complejidad de los problemas implícitos. Cuando sus distintos métodos para desentrañar la verdad los llevan a la misma conclusión, todo es color de rosa. Pero cuando toman un atajo mental, estos amantes terrenales pueden sepultarse recíprocamente bajo un gélido silencio y una terquedad inflexible. Una vez fui testigo impotente de una reyerta entre dos amigos, una chica Virgo y su amante Tauro. Los tres habíamos estado conversando acerca de la revolución sexual de la era de Acuario, sus implicaciones y sus diversos subproductos, desde la vulgaridad expuesta en los quioscos de revistas hasta la explotación del deseo sexual y la violencia en el cine, todo ello en nombre de la gloriosa libertad y de la derrota de la censura. Antes de que se me presentara una oportunidad para ventilar mis opiniones personales, estos dos empezaron a hostigarse recíprocamente. TAURO: Sexo, sexo, sexo, estoy harto de oír y de leer todo lo que se dice y se escribe sobre el sexo. Cualquiera pensaría que lo descubrieron ayer, a juzgar por la forma en que figura continuamente en los titulares de la prensa. VIRGO: (musitando pensativamente). Quizá si legalizaran la prostitución en todas partes, sería mejor. TAURO: ¿Sería mejor para quién... para las prostitutas? VIRGO: Bueno, el sexo no va a desaparecer, y es posible que esas mujeres presten un servicio útil a sus clientes. TAURO: (con el cuello congestinado, y erizado de cólera). ¿De veras? Bueno, pues sus «clientes» compran una mentira. VIRGO: Es cierto. Sin embargo, esta mentira puede ser precisamente la fantasía que necesitan los tullidos emocionales, y tal vez esas mujeres les suministran una especie de terapia física a dichos hombres. TAURO: (que empieza a piafar). Me alegro mucho de haber descubierto cuál es tu actitud respecto de la moral cuando aún no me he casado contigo. VIRGO: (todavía serena e impasible). Nunca cambiaremos nada si acusamos a los seres humanos de cometer fechorías, y si después los condenamos o castigamos. Si tienes que ser tan severo, procura aprender a odiar la prostitución, y no a la prostituta. Dirige tu cólera contra el delito, no contra el delincuente. El problema consiste en que tus actitudes siempre son muy dogmáticas, y nunca tratas de discernir (la palabra favorita de Virgo). TAURO: (que ahora está exacerbado hasta el punto culminante de la finia del Toro). El problema con tus actitudes consiste en que no sabes cómo mantenerte fume (la palabra favorita del Toro) en nada, ni siquiera en tus propias opiniones. No puedes ponerle un valor económico a la emoción. Eso es menos que humano. Nunca imaginé que defenderías semejante aberración. Pensaba que eras una mujer buena, decente. Lo que está mal está mal. Y está mal vender el amor. Eso es todo. VIRGO: Es muy natural que los hombres prefieran que las mujeres regalen sus «emociones humanas», sin cobrar, en lugar de venderlas. TAURO: No me vengas con esas monsergas feministas. VIRGO: Es curioso que la mayoría de las personas que son tan hostiles a la prostitución sean muy pesimistas cuando se trata de la promiscuidad sexual. Los mismos que desprecian a las prostitutas (excluyéndote a ti, por supuesto, cariño) son los que piensan que la sexualidad informal, desprovista de compromisos, es una cosa muy bella y sofisticada, y que cualquiera que no coincide con ellos es un individuo irremediablemente pacato y burgués. Eso me parece asquerosamente hipócrita. Sigo afirmando que la prostitución existe porque trata una enfermedad de la sociedad misma, de la misma sociedad que condena a las prostitutas. 52 TAURO: Trata un síntoma. VIRGO: Entonces, como dije, ¿por qué no tratar la causa? Siento no poder contar el desenlace de la discusión, porque llegó mi taxi y debí partir antes de que terminara. Sin embargo, este fragmento breve (y auténtico) del diálogo debería despejar cualesquiera ideas astrológicas turbias y preconcebidas en virtud de las cuales toda Virgen Virgo de sexo femenino es una Miss Inocencia monástica... en tanto que todo Toro de sexo masculino es un grosero y erótico animal lascivo, que suelta resuellos de pasión a todas las vacas del prado. Si la fanática moralista Carrie Nation se reencarnara hoy y empezara a blandir su hacha contra las prostitutas de las esquinas, entre quienes la seguirían gritando: «¡Duro con ellas!» tal vez habría muchos más Toros «sensuales» y Escorpiones «sexy» que Vírgenes presuntamente «puritanos»... lo cual sorprendería a todos menos a los astrólogos. Probablemente las Vírgenes estarían exhortando elocuentemente a Carrie a descargar su hacha contra los cines y quioscos pornos donde se estimula inicialmente la concentración en los excesos sexuales — a atacar la raíz del problema, no las ramas — , con la típica capacidad de Virgo para analizar y discernir, mientras se mantiene indiferente a las engañosas actitudes emocionales. Elay que ser Virgo para entender que las prostitutas no tienen la culpa de la epidemia de ultrajes sexuales a niños, de enfermedades venéreas y de abortos, ni del gran aumento de las violaciones que tanto indignan a las feministas. La prostitución siempre ha existido... como válvula de desahogo para las personas con carencias y alteraciones emocionales. Virgo comprende serenamente que la auténtica responsabilidad de que se exacerbe deliberadamente a las personas emocionalmente sanas para que se sumen a las fdas de los perturbados y las engrasen recae sobre otras cabezas... y no sobre los burdeles. Después de un tiempo, el hombre Tauro aprenderá a valorar la forma peculiar de honestidad de su chica Virgo, y comprenderá que la tendencia de ésta a eludir los rótulos, y a analizar las cosas antes de juzgarlas apresuradamente, es una gemina virtud y -no un vicio. Elay que tener paciencia. Incluso es posible que ella consiga un día que su afectuoso Toro confiese que una mujer que había sido prostituta fríe la única que creyó al hombre que le prometió que triunfaría sobre la muerte, la única entre todos sus apóstoles y seguidores feivientemente devotos que acudió a buscarlo a su tumba en la mañana de Pascua... mientras todos los hipócritas lloraban, desprovistos de fe, o corrían de un lado a otro preguntándose cómo podrían eludir la ha de los soldados romanos, hasta llegar en algún caso al extremo de negar que lo habían conocido. Es posible que una chica Virgo enamorada de un Toro dogmático deba convencerlo de que sus opiniones sobre la moral pública no reflejan necesariamente su código privado de conducta. Como César, el hombre Tauro pretende que su mujer esté por encima de todo reproche. Y probablemente lo está, aunque tal vez sea ella quien le aseste sus reproches al Toro, si éste convierte el sexo en tema de broma. Para ella, el sexo es una emoción hermosa y pura que merece respeto... y una gran concentración y práctica para perfeccionarlo. Es posible que su enfoque frío, analítico, paralice inicialmente las actitudes más directas y sensuales del Toro respecto del acto sexual, pero probablemente encontrarán la forma de superar ese impasse temporal que los separa. Como sucede en el caso de las otras configuraciones de signos solares 5-9, el amor romántico y el afecto sentimental desempeñarán un papel tan importante como la pasión en su unión sexual. Durante la mayor parte del tiempo, este hombre y esta mujer estarán maravillosamente preparados para satisfacer sus respectivas necesidades silenciosas, mediante la rara intimidad de compenetración que es común a todas las vibraciones 5-9, y sobre todo a las del elemento Tierra. Es posible que el espíritu práctico no parezca un concepto romántico. Sin embargo, cuando se trata de estos dos, puede forjar un vínculo profundo y reconfortante entré ellos, un fuerte cordón para circundar su amor. Ni Virgo ni Tauro son proclives a entregarse sin razón a las emociones pasionales, ni a encolerizarse por problemas que no se pueden resolver mediante la ira. Es posible que él cavile un poco, y que ella tenga algunos leves ataques de indigestión, pero en general ambos aprobarán la profesión de fe del alcohólico: «Concédeme la gracia de cambiar lo que puedo cambiar y de aceptar lo que no puedo cambiar, y la sabiduría indispensable para distinguir la diferencia». (Es dudoso, empero, que hayan escuchado la frase en una asamblea de Alcohólicos Anónimos. Se necesitan una presión tremenda y una angustia insoportable para empujar a un signo de Tierra típico hacia la bebida o las drogas.) Cuando el resto del mundo parece estar zarandeándose demencialmente, ella sólo se siente segura junto a él... y si por casualidad él tropezara con las emociones desenfrenadas, lacerantes, de un desconocido, correrá a refugiarse entre los brazos de ella, en la refrescante y apacible corriente de sus sentimientos controlados. El dirá algo sustanciosamente divertido que a ella le parecerá gracios 0 , ella soltará su risita argentina y tintineante de Virgo... y entonces el «espíritu práctico» puede convertirse en un concepto muy romántico. Es posible que ella sea remilgada, sí,., ¿pero poco razonable? Nunca. Existe una cadena de simpatía, refulgente y dorada, que conecta la obsesión de la chica Virgo por las 53 «menudencias» con la forma en que el hombre Tauro disfruta de los sentidos. A él le gusta el aroma a cedro de los lápices nuevos. A ella le encanta sacarles punta. A él le gusta la sensación crujiente, limpia, fría, que produce la nieve al caer sobre sus mejillas... y a ella la fascinan las estrellitas rutilantes que forma sobre la acera. A él le gusta mordisquear las agujas de pino, paladear su perñime fresco, verde, sabroso, de Navidad. A ella le encanta recogerlas y apilarlas pulcramente, una por una. La Virgen y el Toro pueden pasar sus vidas juntos sumidos en el éxtasis de contemplar todos los pequeños y vulgares prodigios que los rodean. Ésta es una «embriaguez» extraordinariamente hermosa (y natural)... siempre que ellos no la sofoquen con demasiadas exigencias. La perfección eterna que busca ella es un espejismo. La seguridad eterna que busca él... también. Ambos buscan algo seguro. Pero tal vez lo más parecido a la seguridad que encontrarán será lo que cada uno de ellos implica para el otro.

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